Márquez, a la defensiva con todo a favor

Márquez avisa: «Vengo aquí para luchar por la victoria. He perdido un mes y medio y el hueso me molesta, pero estoy con ánimos y mejorando». Si pudo sobreponerse a todo en el año de su debut, ninguna meta parece inalcanzable para el '93' en un panorama radicalmente distinto al de su compañero de colores. Y es que Dani Pedrosa, ya sin Alberto Puig, no termina de sacar la cabeza de la sombra que ha impuesto Márquez en todo lo que no sea él dentro de la escudería alada. Los dos cuentan con una ventaja, y son precisamente los robots de Nakamoto, que se han comportado de forma óptima en los test de pretemporada y que amenazan a sus rivales y a los aficionados con una temporada tiránica en los puestos de cabeza.

Si alguien puede impedir el presumible monopolio es Jorge Lorenzo. El bicampeón, herido en su orgullo, hará todo lo que le permitan para llevar la Yamaha lo más cerca posible de sus adversarios. Sin embargo, no las tiene todas consigo. Jorge no se encuentra en igualdad de condiciones, y mira de reojo a la moto 'Open' de Aleix anhelando su laxa normativa. El '99' cree que la marca de los diapasones no puede competir de tú a tú contra las Honda, pero no le han dejado ni siquiera subirse a la moto del mayor de los Espargaró para comprobar cuánta ventaja le proporcionan unos neumáticos más blandos, tener doce motores en lugar de cinco y disponer de cuatro litros más en el depósito que las motos oficiales.

Frustrado, en su último año de contrato y padeciendo ligeras evoluciones sobre una moto que estuvo a años luz en 2013, el piloto es la única pieza fiable de una ecuación que, salvo milagro para él, le deja en una aparente desventaja respecto a Márquez y Pedrosa. Su compañero Valentino Rossi sí parece haber acercado el rendimiento al de su compañero, e incluso se ha codeado con Pedrosa en algunas pruebas previas. La edad y la falta de regularidad de Lorenzo pesan en el debe como una losa, pero jamás se puede descartar a un nueve veces campeón. Ha cumplido el primero de los objetivos, que no era otro que ser competitivo. Le faltan tres escalones: ver si lo es tanto como su compañero, ver si eso es suficiente para alcanzar a las HRC y comprobar si todo eso le sirve para aspirar al Mundial. Muchos retos y puede que demasiados años.

Tras las Honda y junto a las Yamaha emergen un sinfín de nombres marcados junto a un signo de interrogación. Ducati sí se lanzó a inscribirse como 'Open' para exprimir las ventajas de una categoría creada para estar cerca de las oficiales y comprobar si se les ha ido la mano hasta el punto de que puedan amenazar su supremacía. En el caso de que así sea, se crearía una categoría intermedia, la de 'Factory 2', con normas establecidas entre las rígidas de las 'Factory' y las permisibles de las 'Open'. Un lío de motores, consumos y ruedas que se desgranará con el paso de las carreras.

Podios esporádicos

Crutchlow y Dovizioso serán el termómetro en el que se mueva el Mundial, acompañados de Aleix, que convierte en oro cualquier moto en la que se sube, y de su hermano Pol, que llega a la categoría reina tras coronarse en Moto2. Se espera que las otras motos 'Factory' compitan en un escalón por debajo de las victorias. Bradley Smith, compañero de 'Polyccio' en Tech 3, las Gresini de Bautista y Redding y la LCR de Bradl entrarán en pelea pero carentes de argumentos para pensar en algo más que no sean apariciones esporádicas en los cajones. Lo demás es historia. Los Barberá, Iannone, Hernández, Edwards, Di Meglio y compañía buscarán logros relativos alejados de una cabeza en la que Márquez amenaza con dominar con puño de hierro.