Paula Josemaría: «Lograr el número uno es algo que veníamos buscando hace mucho»
La moralejana y Ariana Sánchez dominan el ranking y se han erigido en la pareja del presente y del futuro en el circuito
Allá por el mes de diciembre de 2021, tras el torneo de maestras que pone el broche a cada curso, Paula Josemaría se congratulaba por « ... la mejor temporada de mi carrera», pero su ambición le impedía saborear el éxito sin otear un nuevo desafío en el horizonte, el número 1, su espinita, su sueño, una proyección de futuro con cada vez más ribetes de presente, pero que ese curso se quedó lejos en sus aspiraciones.
En Madrid, hace un par de semanas, la moralejana y Ariana Sánchez, con la que comparte pista desde hace un año y medio, recibieron la corona como reinas del ranking general del WPT, con 15.915 puntos, por los 13.805 de Alejandra Salazar y Gemma Triay, y de la Race 2022, con 13.015, por los 11.230 de la madrileña y la barcelonesa. «Ahora lo difícil es mantenerse», comenta a este diario. La pista de la Caja Mágica fue el prestigioso mural en el que plasmaron con trazo firme sus nombres en la historia del pádel al conquistar el trono que ostentaban Salazar y Triay con puño de hierro. Llegaban a la final con el cetro en el bolsillo tras ceder sus rivales en octavos y cuando la última bola dictó sentencia para sumar el que por entonces era su sexto entorchado de la campaña (luego han logrado uno más), Paula, pletórica, apretó los puños y, por fin, en su cara, la ilusión pueril se impuso al rictus grave y concentrado que el peso de la competitividad le confiere. Rauda, acudió a fundirse con Ariana, a la que rescató con fraternal abrazo del shock que invadió su cara de lágrimas. Por un momento, las dos implacables campeonas yacían en aquella nube azulada como dos niñas (ambas tienen 25 años) que vibraban por la consecución de un sueño. Su legado ya era eterno. «Eso quedará en el recuerdo para siempre, porque es algo que venimos buscando desde hace mucho y a lo que todo el mundo aspira. Hacerlo realidad, ya sea unos días, unas semanas o unos meses, es especial, porque es muy difícil ser número 1 de cualquier modalidad».
Reconoce que apenas lo han saboreado, «ha sido raro porque no ha habido días para saborearlo y que la vorágine del circuito no permite relajaciones. Así lo cuenta en uno de los escasos recesos que le concede un calendario con un ritmo frenético en septiembre y octubre que no da tregua. «No hay tiempo ni para disfrutar de las victorias ni para pensar en las derrotas, va todo seguido. Es como si el torneo nunca acabara, que no ganaras, porque a los dos días estás compitiendo otra vez », relata la extremeña. Estoril, Estocolmo, Madrid, Ámsterdam y ahora Santander, donde espera resarcirse de la derrota en la final del torneo neerlandés, en el que ponía fin a una racha de 20 victorias seguidas y cuatro torneos completos sin mácula. «Perdimos en el tercer set, podíamos haber jugado mejor, pero hay que estar contentas, son muchos títulos seguidos y es difícil mantener el nivel, sobre todo jugando todas las semanas».
Ha sido el único borrón en su historial desde el regreso de la competición tras el parón veraniego del mes de agosto; se han mostrado implacables. Paula Josemaría explica que no hay milagros para un rendimiento tan alto, solo trabajo: «En ese tiempo solo me tomé ocho días para irme a la playa con mis amigas y el resto me lo he pasado entrenando, con dobles turnos de pádel y luego otra parte de físico, así que estaba casi todo el día en la pista. Quizás vayan por ahí los tiros». Y, por supuesto, otra de las claves es la gran fiabilidad de la conexión entre ambas, capaces de descifrarse con una mirada y anticiparse a los golpes de la otra. «Hay mucho trabajo detrás, jugando sé más o menos dónde va a tirar la bola Ari, y ella también, es un proceso continuo, del día a día». Después de mucho rodaje, han adquirido automatismos y al mismo tiempo desarrollado alternativas para adaptarse mejor a la exigencia de los partidos, aunque no se conforma. «En general en todos los golpes tenemos margen de mejora y también tácticamente, porque podríamos tener más variantes, aunque nos caracterizamos mucho por ser capaces de jugar de diferentes maneras. Somos una pareja muy completa, pero aún podemos serlo más».
Existe un factor de complicidad y afinidad más allá de la compatibilidad técnica que también influye y entre ellas es muy fluido. «Fuera de pista sabemos cuál es el momento de la otra y siempre nos sumamos», explica.
A cuartos de final de Santander con sufrimiento
Ya vaticinaba Paula Josemaría que el encuentro con el que entraba a escena junto a Ariana Sánchez en el Adeslas Santander-Cantabria Open distaba de ser sencillo. Y no se equivocaba. Delfi Brea y Tamara Icardo obligaron a las números 1 a emplearse a fondo para sacar el partido adelante y les dieron un susto al adjudicarse el primer set (6-4). La moralejana y la catalana reaccionaron a tiempo y lograron devolver el mismo parcial en el segundo. Ya en el tercero, endosaron un 1-6 que despejó las dudas y dio el pase a cuartos, donde se medirán este viernes, a las 9.30 horas, a Patty Llaguno y Virginia Riera.
No corrieron la misma suerte la cacereña Lorena Rufo y Carla Mesa, que plantaron cara, pero sucumbieron finalmente ante Marta Marrero y Lucía Sainz (6-3/3-6/4-6). Tampoco lograron el pase los pacenses José Antonio García Diestro y Antonio 'Pincho' Fernández, tras caer frente a Momo González y Álex Ruiz (6-4/4-6/2-6).
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