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MARÍA CORRAL
CÁCERES.
Jueves, 15 de noviembre 2018, 08:28
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Esparta, terreno sagrado de Grecia donde nacieron las leyendas. Historia de todos aquellos gladiadores que a base de velocidad, fuerza y resistencia mostraron su valía para con la 'polis'. Ahora, de esa antigua 'ethnos' que tanto juego ha dado pese al transcurrir de los siglos solo quedan ruinas. Unos vestigios que siguen teniendo su utilidad en la literatura, la industria del cine e incluso en el deporte.
Como si se tratase de guerreros recién sacados del filme '300', la marca Spartan organiza de manera anual carreras extremas de obstáculos en distintas partes del mundo. Unas pruebas solo aptas para valientes en las que la épica y la heroicidad son el principal ingrediente. Y si no que se lo pregunten a Patricia Gutiérrez y David Hinojal, dos atletas que, aunque se autocalifican como 'amateurs', ya se han colgado al cuello dos Trifecta consecutivas en categoría general Open.
Un evento, tres carreras y más de 50 kilómetros en el mismo fin de semana. Para cualquier humano normal y corriente podría parecer una locura, pero para esta pareja de corredores se está convirtiendo en una actividad de cierta asiduidad. En noviembre del año pasado vivieron por primera vez cómo la exigencia física extrema hacía acto de presencia en su piel mientras atravesaban las ruinas de la ciudad griega. Aunque ni el cansancio ni tan siquiera las lesiones frenaron la ilusión de completar una experiencia única.
Patricia Gutiérrez Corredora Spartan categoría OPEN
David Hinojal Corredor Spartan categoría OPEN
Tal fue la gratificación de lograr finalizar las tres pruebas que hace diez días repitieron. Pusieron de nuevo rumbo a tierras helenas y, junto a otros miles de corredores, se embarcaron en una aventura con infinidad de obstáculos, saliendo bastante satisfechos. Especialmente Patricia, que llegó a la línea de meta en la decimonovena posición en su respectiva categoría por edad.
Esta hazaña cobra más mérito si cabe cuando solo algunos afortunados disponen de la oportunidad de viajar a Grecia para disputar este campeonato del mundo. Previamente se han de ejecutar una a una las tres etapas que conforman la denominada Trifecta: Sprint (más de 6 kilómetros y 20 obstáculos), Super (más 13 y 25) y Beast (más 20 y 30).
Esta pareja de corredores se adentró en este particular reto hace año y medio. En mayo de 2017 se presentaron en la Sprint de Madrid con la única idea de probar algo distinto. Aunque con cierta trampa. Cuando David se registró en la lista de participantes, también apuntó «a escondidas» a Patricia (Plasencia, 1979), su mujer. Ella, desconocedora de la noticia y más aún de la dureza de la disciplina, aceptó a regañadientes. Y así fue como pasó de practicar deporte de manera esporádica a compaginar su oficio en la banca con el entrenamiento diario.
Los inicios de David (Cáceres, 1991), en cambio, fueron distintos. Monitor de gimnasio de profesión, disputó en Almendralejo en noviembre de 2016 su primera carrera de obstáculos y desde entonces no ha parado. «Sufrí tanto que a partir de aquel día decidí entrenar en serio», confiesa este joven 'runner' que ahora suma más de cincuenta pruebas en su haber entre todas sus variantes. Sin embargo, el verdadero culpable de que se animase a formar parte de la familia 'espartana' fue tomar como ejemplo al corredor mexicano Fernando Casanova, a quien considera «un superhombre».
Después de Madrid llegó Bilbao, por casualidad, al encontrarse pasando allí unos días. Y, con ello, Andorra para completar el 'triplete' y darle pasaporte directo a disputar el campeonato mundial en Grecia. Este año repitieron y ya suman dos Trifecta consecutivas. Y la razón no es ni mucho menos la competitividad. Al contrario. En lugar de alardear de medallas, destacan el compañerismo y la superación personal como factores de un acontecimiento que describen como mágico. «Cada carrera tiene su historia y su emotividad», recalca Patricia.
Ahora, ella tiene la mente puesta en el próximo viaje a Grecia donde continuará en la misma categoría, mientras que David explora ampliar horizontes, como participar en algún medio Ironman o pasar a la fase de Age Group (la siguiente a Open). Pese a que esta modalidad de carreras de obstáculos solo la conciben como un pasatiempo más, la 'locura Spartan' se ha convertido en estilo de vida. Una afición que comenzó fruto del azar y a cuya épica y heroicidad no quieren poner todavía punto final.
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