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FEDEXCAZA
Viernes, 23 de noviembre 2018, 10:13
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El Parque Nacional de Monfragüe está en situación de alerta en términos socioeconómicos y medioambientales.
Por una parte, después de 11 años como Parque Nacional, el impacto socioeconómico de ese nivel de protección medioambiental sobre los municipios del entorno no ha alcanzado los niveles previstos, y lejos de lo que podría pensarse hoy hay más paro, menos población y menos renta que hace una década. Por otra parte, la presión de la fauna silvestre por la prohibición de la caza –ahora sólo se permiten controles poblaciones claramente insuficientes- está provocando una degradación del ecosistema por la falta de una planificación cinegética coherente y sostenible.
Pero el caso de Monfragüe no es aislado. Un reciente informe elaborado por profesores de las universidades de Castilla-La Mancha –Jesús Francisco Santos- y de Extremadura –Juan Ignacio Rengifo- a instancias de la Federación Extremeña de Caza y de la Fundación Artemisan desvela que la evolución socioeconómica es negativa en los entornos de los parques de Monfragüe y de Cabañeros. En concreto, los 14 municipios del entorno del Parque Nacional de Monfragüe (declarado como tal en 2007) han perdido algo más de un 2% de su población en los últimos 10 años, a lo que se suma el descenso de la renta familiar disponible en todos los pueblos de la zona y un aumento del 82% del número de parados. En todos los casos, la evolución de estas estadísticas es peor a la registrada en el conjunto de la provincia. Con una densidad de población de 6,5 habitantes por kilómetro cuadrado y casi un 25% de habitantes con más de 65 años, hay cuatro municipios donde el retroceso demográfico supera el 10%.
Además, si en el conjunto de la provincia de Cáceres la renta familiar disponible por habitante ha descendido en 958 euros de media, sólo una localidad del entorno de Monfragüe (concretamente Saucedilla) mejora esa media. En los 14 municipios cae la renta familiar disponible, y en 9 localidades lo hace más del doble que la media. «Y todo ello, a pesar de los más de 6.300.000€ invertidos desde las declaración de Parque Nacional, como subvenciones extraordinarias en el área de influencia socioeconómica», señala el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo.
Si hablamos de Cabañeros, su zona de influencia está formada por 6 municipios que desde la declaración de Parque Nacional (en 1995) han perdido casi un 19% de la población (el 15% en la última década), mientras que el paro ha aumentado más de un 40% desde 2007.
El informe, que fue presentada el pasado martes de forma simultánea en Cáceres y en Ciudad Real, destaca que «la declaración de Monfragüe y Cabañeros como Parques Nacionales fue un hito en sus respectivas comunidades autónomas en cuanto a conservación de la naturaleza en general y del monte mediterráneo en particular, por los altos valores naturales que los justifican y representan en ambos casos». Sin embargo, «desde el punto de vista del desarrollo del territorio y tras el análisis de los datos sociodemográficos antes expuestos, se detectan problemas estructurales de gran entidad que no parecen haber disminuido con la declaración y gestión de ambos espacios protegidos».
En el caso de Monfragüe hay que recordar que el estudio de densidad y estado de poblaciones de ungulados del Parque, elaborado en 2016, señala que «existe un impacto alto o muy alto sobre el 62'5 % de la superficie del Parque Nacional en la vegetación» y que hay «hasta un 72 % del territorio con calidad baja o muy baja en los ejemplares de ciervo del Parque Nacional y su entorno».
En esta línea, el Programa de acción selectiva de ungulados en el Parque Nacional de Monfragüe para los años 2018-2019 «se considera imprescindible proceder a la reducción de ciervos y jabalíes de ambos sexos de manera significativa en el interior del Parque Nacional».
A todo esto hay que añadir el escrito firmado a finales de 2017 por el comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, quien aclaraba que la protección de esta zona tiene como objetivo «la conservación de determinados tipos de hábitats y especies de interés comunitario protegidos por las Directivas de Aves y Hábitats», de forma que «el venado Cervus elaphus no es una especie de interés para la conservación de la UE ni está protegido por la Directiva de Hábitats de la UE».
Vella señalaba que «la Directiva de Hábitats exige a los Estados miembros que eviten el deterioro de los hábitats y cualquier perturbación importante de las especies protegidas en los espacios Natura 2000, y que establezcan las medidas necesarias para su conservación», y añadía: «Si se planifica e implementa adecuadamente, la caza sostenible puede ser una herramienta para ayudar a lograr los objetivos de conservación de Natura 2000, por ejemplo, mediante el control de la población de especies que utilizan pastos como el venado».
Con este contexto, Artemisan y FEDEXCAZA recuerdan que la propia Ley de Parques Nacionales incluye como objetivo, en su artículo 5, «el desarrollo sostenible de las poblaciones implicadas, en coherencia con el mantenimiento de los valores culturales, del patrimonio inmaterial y de las actividades y usos tradicionales consustanciales al espacio».
Por eso, van a reclamar al Gobierno central una modificación urgente de la Ley de Parques Nacionales para permitir la caza en estos espacios, ya que se trata de un uso tradicional en estas zonas que genera riqueza y empleo y que, además, contribuye a la conservación de estos ecosistemas. El presidente de la Federación Extremeña de Caza lo tiene claro: «Si el nombramiento de estos espacios como Parques Nacionales no ha servido ni para conservar el hábitat ni las especies que lo habitan, y tampoco ha servido para propiciar el desarrollo sostenible de las poblaciones humanas implicadas, está claro que esta ley se hace insostenible y que merece una reforma urgente por parte del poder legislativo». Así, lacaza no es una solución, pero sí puede ser una herramienta útil.
«¿No es tan importante la protección de las personas de un territorio como la de sus recursos naturales? ¿Queremos Parques Nacionales habitados y con fauna y flora silvestre o sólo con fauna silvestre? Porque ése es el dilema real al que nos enfrentamos», han señalado Artemisan y FEDEXCAZA.
El coordinador de Investigación de la Fundación Artemisan, Carlos Sánchez, avisa de que si no se hace adoptan medidas nos enfrentamos a un escenario de futuro en el que estas sean zonas abandonadas o prácticamente sin población. El profesor de la UEX Juan Ignacio Rengifo apunta que en este escenario sería pertinente recuperar usos tradicionales capaces de generar empleo y riqueza.
De momento este informe de las universidades, junto a sus conclusiones, ya ha sido presentado en el Congreso de los Diputados, y en las próximas semanas será trasladado también a los parlamentos y administraciones regionales de Extremadura y Castilla-La Mancha, dado que, aunque se trata de una norma nacional, la gestión de los parques nacionales corresponde a las comunidades autónomas.
Y es que de mantenerse la normativa actual se corre un grave riesgo, puesto que se está recortando la posibilidad de estos municipios de mejorar su actividad económica a través de un sector socioeconómico clave como el cinegético. Hay que recordar que en Extremadura el sector cinegético generó en la última temporada un flujo económico de algo más de 385 millones de euros, lo que supone un incremento del 6,83% con respecto al año anterior. De esta forma, se generaría empleo, se fijaría población y se abrirían nuevas oportunidades para los jóvenes de la zona.
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