Borrar
Isabel Caballero Moreno. Fedezcaza
Merecemos respeto

Merecemos respeto

Isabel Caballero moreno

Viernes, 15 de septiembre 2017, 09:23

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las críticas continuas, las falsas acusaciones y la falta de información provocan que continuamente el sector cinegético sea el más señalado por personas que dicen conocer «al dedillo»' el mundo rural. Me gustaría que invirtiesen una pequeña parte de su tiempo en mantener contacto directo con la naturaleza. Cuando digo «estar en contacto con la naturaleza» no me refiero a hacer una ruta de 22 kilómetros por algunas de las sierras que habitan en su orografía, ir a ver una de las zonas donde se concentran el mayor número de buitres o recorrer todo el mundo visitando las mejores reservas naturales que alberga nuestro querido planeta.

Me remito a que solo sean capaces de mantener un 'cara a cara' con el mundo rural. Mundo que diariamente pisa el campo, que pasa calor, frío y otras muchas inclemencias. Éste es el que verdaderamente sabe cuáles son los problemas directos con la fauna salvaje y aprecia el trabajo y función que desempeña la caza. Zonas de viñedos, olivo, cereales, ganado y otras muchas explotaciones son las que constantemente aprecian los daños, como enfermedades y destrozos en los nuevos y no tan nuevos cultivos.

Dar una solución a un problema como la mixomatosis, enfermedad más común desarrollada en el conejo, es muy fácil. Vacunar a todos, uno a uno. Cualquier persona 'en sus cabales' que lea eso lo ve como una auténtica locura. Contando, desde el minuto uno, que son animales salvajes, que se reproducen con muchísima facilidad y que por muy pocos o muchos ejemplares que haya en un lugar, resulta verdaderamente imposible o unos gastos excesivamente elevados. Este es el tipo de solución que da una persona que, desde el sillón de su casa, con el aire acondicionado bajo sus pies, nos da al mundo rural.

Por el contrario, estamos los cazadores, a los cuales no nos importa estar a 40 grados a la sombra para poder abastecer y facilitarles agua, alimento y refugio a estos animales en lugares donde la población es escasa. Solución más sencilla de llevar a cabo y sin duda no tan costosa. Los cazadores somos personas que sabemos la importancia que este animal, y todos los que nos rodean, tiene sobre el ecosistema. Y, por eso, somos los primeros interesados en que las poblaciones se mantengan, siempre que no sean excesivas y provoquen daños. Es fácil señalar, es fácil decir que somos unos maltratadores, que disfrutamos matando, disfrutamos viendo sufrir a los animales. Si miramos a través del tiempo, nos daremos cuenta de que el hombre lleva cazando desde tiempos inmemoriales y diréis que lo que cazaban era para poder subsistir, para poder comer.

Pues bien, quizás la carne de caza no sea la más cotizada para consumir diariamente; pero necesitamos seguir cazando para subsistir, para mantener nuestro ganado limpio de infecciones, para que nuestras nuevas plantaciones de viñedos, olivos o cualquier nueva plantación pueda ser próspera o para que nuestros frutales tengan su producto para la campaña. Todas estas funciones se realizan gracias al mantenimiento y al control que realizamos sobre las especies a través de permisos. Se realiza como medida para sostener una población.

Medida en la cual se tiene en cuenta una fecha de inicio y de final, se tiene en cuenta la especie, bien por el número de ejemplares de la zona, o porque simplemente es una especie protegida. No nos dedicamos a matar todo lo que se nos cruce por delante, tenemos unas normas que debemos cumplir.

Y al igual que nosotros respetamos unas normas, los demás, aquellas personas que dicen ser «animalistas», deberían respetar una ley. Ley que nos permite a los cazadores el simple hecho de cazar. La Constitución dicta, en su artículo 45 que «todos tenemos derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado y el deber de conservarlo».

Es respetable que la caza no sea de agrado de todos. En este mundo coexisten más de 19 religiones, 5 continentes y un total de 201 países. Sería imposible que, con 7.350 millones de personas, aproximadamente, que habitan en el mundo, todas podamos tener los mismos gustos, las mismas ideas y la misma forma de vida. Pero lo único que yo si considero posible es el respeto y empatía por los demás.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios