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Rodrigo celebra su gol a Inglaterra.

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Rodrigo celebra su gol a Inglaterra. Reuters
Liga de Naciones

España recupera la ilusión

La selección de Luis Enrique logra un triunfo de prestigio tras remontar a Inglaterra y mostrar una imagen más fiable que en Rusia

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Londres

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Sábado, 8 de septiembre 2018, 00:11

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Luis Enrique, en el Día de Asturias, inició en el templo del fútbol europeo 'la reconquista'. El triunfo en Wembley, por segunda vez en la historia, regenera la ilusión aunque es necesario asumir que esta es otra selección. Una por construir que necesita que futbolistas con enormes condiciones individuales funcionen como un colectivo. Es necesario tiempo y trabajo. Y olvidar el pasado. El seleccionador, que invocó a Don Pelayo en su presentación y también en la previa del estreno, tenía claro su plan: apostó por usar a diez de los que viajaron a Rusia. Sorprendió la presencia arriba de Aspas, llegado por la ausencia de Costa, junto a Rodrigo.

De los titulares sólo Marcos Alonso no lloró aquella tarde en el Luznhiki, si bien Saúl estaba mustio aquel primero de julio en el banquillo, ya que fue uno de los olvidados por Hierro en el torneo. El centrocampista del Atlético se antoja el engranaje necesario para la evolución a una España más rápida, de ida y vuelta. Menos control, más profundidad, masticar menos las acciones ofensivas. Saúl, que además tiene gol, se fajó para compensar desajustes en la transición defensiva.

Inglaterra

Pickford, Maguire, Stones, Joe Gomez, Trippier, Henderson (Dier, min. 63), Delle Alli, Lingard, Shaw (Rose, min. 53), Rashford (Wellbeck, min. 92) y Kane.

1

-

2

España

De Gea, Carvajal, Ramos, Nacho, Marcos Alonso (Iñigo Martínez, min. 87), Busquets, Thiago (Sergi Roberto, min. 76), Saúl, Isco, Aspas (Asensio, min. 66) y Rodrigo Moreno.

  • goles 1-0, min. 11. Rashford. 1-1, min. 13, Saúl. 1-2, min. 32, Rodrigo.

  • árbitro Dannie Makkelie (Holanda). Amonestó a Henderson, Shaw, Stones, Carvajal y Rose.

  • incidencias Wembley. Casi lleno. Unos 81.392 espectadores, de ellos unos 3.000 españoles. Primera jornada en el grupo 4 de la Liga de Naciones 2019. España jugó de rojo pero con pantalón blanco y medias negras. José Mourinho, Aitor Karanka, Mauricio Pochettino, Emilio Butragueño, Eduardo Berizzo y Javi Gracia vieron el partido en el estadio. Antes del partido, Gareth Southgate entregó la bota de Oro del Mundial a Harry Kane. Silbidos a Sergio Ramos al ser nombrado por megafonía por su acción en la final de la Champions con Salah, jugador del Liverpool y también cuando tocaba la pelota. En el minuto 53 se tuvo que ir en camilla del terreno de juego Shaw tras un choque con Carvajal.

Es normal por ser el primer partido, pero en ciertos momentos de presión la primera línea no acompañó, y se crearon huecos enormes. Así llegó el gol de Inglaterra, que salió presionando arriba al inicio y tras una mala entrega española cogió a La Roja mal parada para marcar en un veloz contragolpe llevado por Shaw, un portento físico sin suerte con las lesiones, que se fue de Rodrigo y aprovechó la duda de Carvajal, que ni cerró ni taponó. El pase con rosca lo encontró Rashford, que ganó el espacio a los centrales algo descordinados con Marcos y fusiló a bocajarro a De Gea. Luis Enrique animó y sus chicos, los mismos implicados en la acción del 1-0, tuvieron una fantástica reacción para generar el empate en un acción igual de vertical. Cabalgada de Carvajal, Rodrigo la puso muy bien atrás y Saúl, quizá el mejor llegador español, demostró una de sus virtudes. Su disparo, con la derecha, abajo fue imposible para Pickford.

El duelo, tras dos chispazos de velocidad y contundencia, se volvió a igualar. La estrategia, como quedó patente en Rusia, volvía a cobrar importancia. En una bola cruzada Marcos Alonso se durmió con Maguire y cuando Kane ya se relamía llegó rápido Saúl para evitar un disparo franco del Bota de Oro mundialista. España tenía la pelota, la movía con rapidez de lado con un Isco que respetó más su posición que en la cita mundialista y cuando la recuperaba su idea era clara: montar contragolpes. El gol que buscó España llegó a balón parado en una acción casi de baloncesto, con bloqueo incluido. Lo obró Rodrigo, con un desmarque al primer palo para aprovechar el pase de su 'hermano' Thiago, ese con el que jugaba de niño en Vigo el mundialito de colegios. El delantero del Valencia siempre aporta cuando sale de inicio: desmarques, llegadas y apoyos pero también efectividad ya que suma tres goles y una asistencia en sus cinco partidos en el once. En Rusia jugó 23 minutos, de ellos 16 en la prórroga ante Rusia.

Wembley se quedó en silencio. Tras el gol los suyos no reaccionaron más que a balón parado. Sólo una manopla espectacular de David de Gea junto a la escuadra provocó algo de ruido. El meta, que vivió con amargura la Copa del Mundo en Rusia tras un error grosero ante Portugal, confirmó como otras veces en Wembley, donde ha ganado cinco finales con su club, esas condiciones por las que han apostado los cuatro últimos seleccionadores. Esa acción, con 1-1, y otras dos a su compañero Rashford a bocajarro en la recta final del encuentro reafirman a Luis Enrique, que dijo no tener ninguna duda en esa posición. Lo necesitaba el arquero del United, considerado uno de los mejores del mundo menos en España, donde recibe la ira de un país cainita en el que se mezclan los amantes de interesadas estadísticas, y los que añoran tiempos pasados que, por desgracia y ley de vida, no volverán.

Un choque de Carvajal con Shaw al inicio del segundo tiempo enfrió el partido aunque Thiago activó a España con un derechazo que se le marchó rozando el larguero. Southgate reclutó a Dier por un desparecido Henderson pero España se sentía cómoda y aprovechó algún error local para buscar bolas al espacio. En una de ellas Saúl encontró a Rodrigo, al que le hicieron una falta cuando se veía delante de Pickford. Luis Enrique optó por refrescar el plan: Asensio en lugar de un trabajador Aspas para no desperdiciar los huecos que empezaba a dejar su rival.

Los aficionados españoles estaban tan contentos con un equipo que por momento recordó al de Lopetegui que llegaron a corear 'Gibraltar español', algo que no entendían sus vecinos de asiento, sólo agitados por los 9 minutos de descuento. Luis Enrique, viendo que De Gea tenía que intervenir más de lo deseado, reclutó a Iñigo Martínez por Marcos Alonso para ganar contundencia atrás y terminar el debut con un 3-5-2 en pleno correcalles. La nueva era y la Liga de Naciones comienza con una sonrisa tras un duelo de taquicardia.

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