La osadía de un Llerenense inconformista
El conjunto de Luismi cierra 2023 a dos puntos del playoff y con una racha de seis partidos sin perder en los que solo ha recibido un gol
Ni el Cacereño, con la vitola de favorito tras quedarse a las puertas del ascenso al caer en la final del playoff por finalizar en ... peor posición en temporada regular que su rival, el Recre; ni el Badajoz, llamado a dominar con puño de hierro el grupo 5 tras su descalabro de bronce el curso anterior; ni un fiable Villanovense, que se quedó fuera de la lucha por subir, pero que siempre cumple; ni el Montijo, que era una incógnita en su segunda aventura. A un partido de la finalización de la primera vuelta, ha sido el Llerenense el conjunto extremeño con mejores prestaciones en una categoría traicionera y engañosa en la que se han adaptado mejor los bloques procedentes de una división inferior que aquellos profusamente reforzados para el asalto del primer puesto. Incluso gallitos como el Numancia, ya más asentado, han sufrido los designios de una competición marcada por la igualdad y con una débil frontera entre la zona noble y el pozo del descenso.
Cumplido prácticamente el ecuador, varios equipos han adquirido el rol de revelaciones, con el Illescas cerrando 2023 dominando la tabla en el año de su debut, o el Ursaria, que ha coqueteado con las posiciones cabeceras durante varias fases. Y en ese espectro se cuela un conjunto de la Campiña Sur que ha protagonizado una rápida aclimatación al contexto, pero que no ha sido una sorpresa completa. Lo es a tenor de un presupuesto ajustado y una plantilla sin el fulgor y el lustre de estrellas, un déficit contrarrestado con un proyecto reposado, sólido, confeccionado artesanalmente por las manos de Luismi Álvarez, que asumió el cargo a finales de 2021 y desde entonces ha cincelado cada rasgo distintivo de un equipo de autor que ha disputado una fase de ascenso y logrado el billete a Segunda RFEF tras acabar primero en la 2022/23.
«¿Habéis mirado hacia arriba?», comentaba el técnico placentino cuando se le preguntaba sobre las cábalas respecto a la clasificación. «Ahora estamos a dos puntos, mirad para arriba y dejad de mirar para abajo, a ver si nos vamos a caer», ironizaba con hilaridad el preparador del conjunto blanco, henchido de satisfacción tras vencer al Montijo en el derbi en el Emilio Macarro el pasado domingo (0-1).
Con los pies en el suelo, pero sin poner techo a la ambición, Luismi es consciente de que en una coyuntura con los márgenes tan angostos, el playout acecha a tres puntos y el pozo a cuatro, pero es el momento de ser optimistas en el epílogo del año más exitoso de la historia de la entidad. «Ahora toca descansar y luego pensar en el 7 de enero», fecha en la que regresa la competición con un duelo de alcurnia en el Fernando Robina. «Nos viene un miura, da igual que esté arriba, abajo, en el medio, con críticas, el Badajoz es el Badajoz, el presupuesto que tiene, los jugadores...».
Pero antes, toca parar para recargar una batería bajo mínimos tras el desgaste de estos exigentes meses. «Me voy a Plasencia un par de días a ver si desconecto un poco porque da igual estar en Primera, Segunda o Segunda RFEF que los entrenadores sufrimos mucho». Fruto de la euforia, bromeaba respecto a la difícil papeleta de vivir el fútbol desde el banquillo como director de orquesta, «en qué hora me habré retirado, porque me va a dar un infarto, jugando no me pasaba eso, disfrutaba el triple».
Más allá de la ubicación de los llerenenses a estas alturas del curso, décimos con 23 puntos, con seis triunfos, cinco empates y cinco derrotas, lo más reseñable del bloque extremeño es que llega al parón navideño en su mejor momento, acumulando seis encuentros consecutivos sin perder, después de doblegar al San Fernando, al Talavera y al Montijo y sumar tablas contra el Ursaria, el Cacereño y la Gimnástica Segoviana. En un tramo en el que, además, se ha hecho fuerte atrás, sellando su portería en cinco ocasiones, recibiendo solo un tanto, y amortizando los goles de Maikel (2), Bayo y Platero.
El de este último sirvió para que el Llerenense se resarciese de una de sus pocas cuentas pendientes, vencer a domicilio, ya que no lo hacía desde el 9 de septiembre en la segunda jornada, precisamente en la casa del actual líder, el Illescas, al que goleó por 0-3. «Hemos merecido alguno más, pero hoy –por el domingo– no lo hemos merecido, todo se iguala en estas ligas con 18 equipos. Hay que darle mérito a la trayectoria», valoraba.
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