El Llerenense, la 'cenicienta' que se niega a subir en la carroza
Los extremeños se han despojado de la vitola de equipo débil a base de buenos resultados como el triunfo ante el Talavera
Se podía pensar que el Llerenense pagaría la novatada en su irrupción en Segunda RFEF y que le costaría cogerle el pulso. Es cierto que ... el salto entre la quinta y la cuarta categoría tras la reestructuración es menos acentuado que en el tránsito a Segunda B con el sistema antiguo, pero eso no le restaba exigencia al reto, ni mucho menos. Por presupuesto, por inexperiencia (hace cinco años militaba en Regional) y una plantilla sin grandes estrellas y con una base importante de los artífices del ascenso en sus filas. «Hay una idea», recalca el autor intelectual del proyecto, un Luismi Álvarez que cogió las riendas del conjunto de la Campiña Sur apenas unas horas antes de que el 2021 exhalara su última bocanada.
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Pese a la fuerte apuesta del club firmando a futbolistas contrastados, el Llerenense no arrancaba y flirteaba con el descenso. Luismi supuso una bocanada que ventiló un entorno viciado por los malos resultados y el oxígeno volvió a fluir. Poco tardó en cambiarle la cara al vestuario sentando unas bases e inculcando una identidad. De esa manera revirtió la situación y el equipo alcanzó la tercera plaza, que le proporcionaba un salvoconducto para el playoff en el que sucumbieron ante el Ourense. Pero la semilla ya había agarrado con el fertilizante de una filosofía rica en nutrientes tácticos y abonada con el liderazgo del preparador placentino. «Lo implantamos desde que venimos aquí, no solo ahora; los jugadores, la directiva y el pueblo creen en esa idea», insiste el técnico.
El curso pasado conquistaron su derecho a disfrutar de un hito para la entidad con el primer puesto en Tercera RFEF. Y se han empeñado en demostrar que no tienen intención de que su paso por la cuarta división sea anecdótico ni efímero. «Si seguimos así podremos conseguir el objetivo», resume el preparador extremeño sobre una permanencia a la que le van ganando terreno conforme avanza el campeonato. Cumplido algo más del primer tercio, son novenos, con 18 puntos, dos por encima de la zona de peligro y a tres de la parte noble, siendo el equipo extremeño mejor colocado en la tabla.
Lejos de erigirse en la 'cenicienta' del grupo, el conjunto blanco se presentó en sociedad puntuando ante el Atlético Paso, que se está erigiendo como uno de los aspirantes al ascenso, segundo, con 23 puntos, a uno del líder. En su primer encuentro liguero fuera de los límites regionales, sorprendieron con una goleada (0-3) al Illescas, que en estos momentos ocupa la tercera posición. Un tanto de Laerte y el doblete de Maikel ponían en el mapa al Llerenense, que mandaba un aviso a navegantes. Numancia, Navalcarnero y, sobre todo, Getafe B, devolvieron a su realidad a un bloque humilde, sin ínfulas, pero plagado de ambición y confianza en sus argumentos. Luego el potencial y la pólvora decantan la balanza, pero no negocian ningún esfuerzo ni entregan la cuchara independientemente de quién esté delante. Intercalaron un empate ante el Villanovense, vencieron al Mensajero (un adversario de su verdadero rango) y aguantaron al Sanse hasta que le duró la gasolina y los madrileños desencadenaron su arsenal ofensivo en el último cuarto de hora.
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Nada modificó la hoja de ruta ni el planteamiento y en el siguiente envite volvieron a mostrar sus credenciales, pero esta vez con acierto de cara a puerta, doblegando al Unión Adarve (3-1) en un Fernando Robina que se ha convertido en su principal bastión, certificando cuatro de sus cinco triunfos del curso. Ante el Guadalajara (3-2), los puntos se escaparon en el tramo final, con un tanto de Morcillo en el 85. Pero desde aquel 5 de noviembre, el Llerenense no ha vuelto a perder.
En parte porque ha adquirido mayor eficacia y solidez defensiva, quizás su mayor tara hasta esa fecha encajando quince goles en 10 partidos. En esta nueva secuencia han encadenado tres porterías a cero, ante el San Fernando (1-0), contra una de las revelaciones, el Ursaria (0-0), y dando la campanada el pasado sábado hundiendo el pecho al Talavera (1-0). «Me voy supercontento, que disfruten los chavales y el pueblo, porque para nosotros es histórico». Maniataron al bloque manchego y secaron el caudal futbolístico de una plantilla en la que fluye profusamente el talento. «Partido muy competido y ordenado con y sin balón, en la primera parte hemos podido irnos con ventaja con ocasiones bastante claras y no recuerdo ninguna de ellos», analizaba Luismi tras el choque.
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Admite que tras el descanso los visitantes apretaron, pero que los cambios reactivaron a sus pupilos, que obtuvieron la recompensa por mediación de Bayo, que no estaba siendo protagonista esta campaña. «Él llevaba tres semanas triste y eso no me gusta, así iba a tener pocos minutos conmigo. Pero estos días ha estado alegre y de esa manera las cosas al final salen». Un enfoque que ejemplifica la importancia que confiere el técnico al factor humano y personal de su grupo.
Pese a no contar en su filas con grandes figuras, Luismi reivindica un grupo con quilates suficientes como para despuntar, «aquí hay jugadores capacitados para esta categoría e incluso alguno para estar más arriba».
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