Iñaki Alonso: «Es el mercado más difícil al que se enfrenta un club»
El técnico del Badajoz remarca que enero es un periodo de incertidumbre porque la mayoría de las operaciones cristalizan en los últimos días
Desde el cobijo que proporciona la tribuna, observando desde un prisma que simplifica y distorsiona la realidad, se podría pensar que el mercado invernal es ... una bendición para los entrenadores. Aprovechando la efeméride tan señalada, para el ojo profano este periodo se asemeja a una especie de lista de deseos que los pretenciosos técnicos confeccionan y entregan a los directores deportivos a la espera de que hagan su magia para agasajarlos.
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Es cierto que este tramo de la temporada abre el espectro de posibilidades para reforzarse, pero también permite que algunos futbolistas pongan pie en pared y levanten la mano para abandonar el barco. La única realidad es que, por norma general, en estas fechas no hay grandes gangas ni oportunidades de oro, más allá de casos excepcionales como el que se está dando con Rodri Ríos, uno de los arietes más cotizados de Primera RFEF, que se rumorea que ha solicitado a la directiva del Murcia abandonar el club.
Lo que abunda son piezas con cierta devaluación al no haber lucido sus virtudes en el atractivo escaparate teñido de verde o cuyo rendimiento no ha cumplido con las expectativas. Porque nadie negocia a estas alturas de campaña a menos que sea estrictamente necesario ante la dificultad para hallar un recambio de garantías. Las circunstancias han colocado al Badajoz en esa tesitura por los escarceos extradeportivos de un delantero que fue una apuesta arriesgada y que salió cruz. Porque la rescisión del contrato de Isaac Aketxe ha liberado una ficha que no estaba siendo ni por asomo productiva y ahora se plantean dos enfoques: uno, el optimista, que da vía libre, y gratis (sin pagar por romper el acuerdo), para rastrear en busca de una alternativa; y el negativo, que la encomienda es arduamente compleja, porque ya lo es en cualquier demarcación, pero aún más en la de delantero, siempre más cotizada que el resto.
Con todo este contexto, el técnico blanquinegro, Iñaki Alonso, se alejó de una visión idealista y edulcorada de una fase del curso que es frenética para todos los componentes del entramado técnico. «Enero es un mes que a mí me suele gustar que pase rapidísimo, porque a los entrenadores y a la plantilla nos genera incertidumbre, inquietud, nerviosismo… es algo que está montado así y hay que afrontarlo».
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Y por si había quedado alguna duda del estrés que genera ese limbo plagado de variables, recalcó que «hay que esperar, lógicamente el equipo se va a reforzar, sin duda. Se está trabajando mucho, pero por mi experiencia este mercado es el más jodido al que se enfrenta siempre un club».
El motivo es evidente, que el stock disponible no es de primeras marcas y que la demanda sobrepasa exponencialmente una oferta escasa y menos lustrosa, «vas a firmar jugadores que no han tenido protagonismo, que han estado lesionados, gente sin ritmo…». Pese a esa coyuntura, está confiado en que el plantel contará con los retoques necesarios para competir en el segundo tramo de la campaña. «Lo único que necesitamos es tener ese pelín de suerte y, sobre todo, conocimiento para traer lo que de verdad creemos que necesitamos».
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Aseguró que a día de hoy ningún futbolista le ha manifestado su intención de abandonar la disciplina pacense y que él tampoco ha sugerido a nadie que se busque acomodo, pero son situaciones que pueden darse en los próximos días. «Yo no voy a engañar a nadie».
El trabajo es frenético en una carrera de fondo con una larga cuenta atrás. Muchas de las operaciones suelen cristalizar cerca de la bocina que marca el tránsito a febrero y así lo remarcó Iñaki Alonso cuestionado por posibles refuerzos. «No nos podemos precipitar, somos el Badajoz, para lo bueno y para lo malo. En la última semana, incluso en los dos días finales, se producen no te digo el 50-60% de los movimientos más importantes, pero casi».
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Más allá de esa disertación sobre las escasas bondades de la ventana invernal de transacciones futbolísticas, el preparador vizcaíno desveló pocas claves sobre la hoja de ruta en el capítulo de altas y bajas. Sí habló en plural a la hora de referirse a los fichajes, dejando entrever que se estudian varias posibilidades y volvió a nombrar el comodín del 'B'. «Existe la posibilidad de que vengan sub-23, al tener el filial, podemos tener varias de esas fichas».
Fue sin duda el tema estrella en la primera comparecencia del técnico de Durango en 2024, con el partido del domingo ante el Llerenense como telón de fondo. Un derbi que los pacenses afrontarán con todos sus efectivos disponibles, excepto Bilal Kandoussi, convaleciente tras sufrir un accidente de tráfico el pasado 27 de diciembre, y Miguel Núñez por acumulación de amarillas.
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