El gol, una especie exótica en La Isla en la segunda vuelta
Solo hay un equipo en los cinco grupos de la categoría que ha marcado menos goles que el Coria en los últimos cuatro meses
Lo más llamativo en la crisis del Coria es sin duda su descomunal descalabro en la tabla en el segundo tramo del curso. De flirtear ... con los puestos de playoff de ascenso, ocupando el séptimo puesto en el mes de diciembre, a hallarse inmerso en el descenso afrontando el momento clave del campeonato. Dos puntos le separan actualmente del playout y de la permanencia.
También es flagrante y palpable su inagotable racha de partidos sin vencer, que la pasada jornada aumentó el registro hasta los 11 encuentros, con únicamente siete puntos sumados en los 13 compromisos de la segunda vuelta. Aunque rascando un poco más, en un segundo nivel cognitivo hay una estadística más que preocupante y que explica la grave situación por la que atraviesa un equipo que ha mutado a su versión más roma e inconsistente tras ser una de las revelaciones del curso.
Los celestes solo han perforado la meta rival en cinco ocasiones en el periodo que comprende desde el ecuador de la campaña, lo cual arroja un promedio sonrojante de menos de medio gol por partido (0,3). De esa cifra, dos han sido de penalti y solo uno de ellos, el anotado por Mahillo ante el Unión Adarve, ha servido para obtener un triunfo (1-0) que se le resiste desde el 29 de enero. Además de esa diana, contabilizan la de Canillas en la derrota (3-1) frente al Atlético de Madrid B; la de Traver desde los once metros en el empate (1-1) ante el Estepona; y las dos de Santi Luque en las tablas ante el Navalcarnero y el de penalti del pasado domingo en Melilla, donde se escaparon dos puntos en los instantes finales (2-1) con remontada incluida en el tramo final. Además, han atravesado por una sequía que duró seis partidos, 540 minutos, o lo que es lo mismo, un mes y medio. El gol se ha convertido en una especie exótica que apenas se ha avistado tres veces en La Isla en los últimos cuatro meses.
El dato es clarificador en sí, pero lo es aún más haciendo una comparativa con toda la Segunda RFEF. El Socuéllamos, también del grupo 5, iguala ese guarismo, y solo hay un equipo más mermado de pólvora que el extremeño, el Laredo, que milita en el grupo 1 y que únicamente ha perforado la meta contraria en cuatro ocasiones en este periodo. Aunque la sustancial diferencia es que el conjunto cántabro apenas ha recibido 8, por los 21 de los extremeños, el que más de los 18 de su ámbito clasificatorio.
De aquellos polvos, estos lodos. El domingo volvió a quedarse a cero después del 'rara avis' de encadenar dos choques con productividad. Aunque la referencia más fiable la tiene en sí mismo, en los datos goleadores de la primera vuelta, cuadruplicando las actuales, a falta de que se disputen los cuatro duelos que restan para finiquitar la temporada.
En los compases iniciales de la liga, el Coria se nutrió del olfato de Nané García, llamado a ser el nueve de referencia y que dejó muy buenas sensaciones en la pretemporada, que quedaron respaldadas durante el fuego real. Su carta de presentación era inmejorable con cuatro tantos en siete partidos (se perdió uno por sanción), pero una lesión truncó su estado de gracia y lo dejó en el dique seco durante unos tres meses. Reapareció a mediados de febrero ante el Estepona, pero desde entonces no ha vuelto a marcar. Durante la ausencia del andaluz, asumió la responsabilidad ofensiva Mercadal, cuya efervescencia fue efímera, cuatro encuentros en los que sumó cuatro dianas simultaneando su presencia en la punta de lanza con la banda, su posición natural. En la segunda vuelta dejó de tener continuidad y protagonismo en el once inicial y su presencia ha sido de revulsivo sin que haya vuelto a ver puerta.
Toda esta retrospectiva pone de manifiesto ciertas fisuras en la planificación deportiva, con una posición de ariete desguarnecida y sin recambios, especialmente tras la salida de un Canillas cuyo rendimiento en cualquier caso tampoco dejó mucho lustre en la entidad celeste. Mercadal, Santi Luque y Nané, con cuatro dianas cada uno, son los que han sostenido al equipo en esos menesteres, seguidos por Asiel, Ledesma, Isma Cerro y Traver, con dos; Sergio Gómez, Mahillo, Canillas y Alberto completan la cuenta con uno.
A todo ello se suma un componente anímico que se está convirtiendo en el principal caballo de batalla que combatir. Y así lo transmitía el técnico celeste Diego Merino tras el empate ante el Atlético Paso: «Queríamos romper la barrera de conseguir una victoria, sobre todo por un tema psicológico, de que se quitasen esa mochila». Porque precisamente ese factor les atenaza de manera decisiva. «Al equipo le he notado que las piernas le pesaban más que en los anteriores partidos, estando menos fluidos, más imprecisos; hemos querido recuperar demasiado pronto, nos hemos hecho largos, no hemos interpretado bien cómo progresar». Y es consciente de que es algo heredado, «lo sabía cuando llegué», concluía el preparador emeritense.
El siguiente compromiso para los caurienses será el domingo (18.30) en el feudo del Villanovense, antes de recibir a otro de los aspirantes al playoff, el Cacereño.
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