Cuando ganar es lo menos importante

Por eso, se antojaba difícil centrarse en el gol de Osama, en si el árbitro estuvo o no acertado en las acciones más polémicas o saborear del todo tres puntos que son un balón de oxígeno. El primer recuerdo para las víctimas fue un sentido minuto de silencio, además de los brazaletes negros que lucían los futbolistas de uno y otro equipo. A partir de ahí, el fútbol mandó durante 90 minutos.

La Copa del Rey dejó su huella en el equipo de Juan Marrero que premió a Mario con una nueva titularidad en el carril diestro; Sebas Gil regresó a la portería y Lolo Pavón volvió a mandar en el centro de la zaga en un partido con contadas ocasiones en el primer tiempo.

En el 10, llegó la primera para el Don Benito con un balón al área pequeña de Borja Domingo que no aprovechó Vera para hacer el primero al toparse con una buena intervención de Barrios. Dos minutos después, la tuvo en el lado contrario Javi en una acción que terminó en córner después de rozar en un jugador rojiblanco y salir por el lateral de la red.

Después, no fue ya hasta casi la media hora de juego cuando volvió a asomar de nuevo con peligro el Don Benito con una jugada de Osama que terminó con el disparo desviado de Erik Aguado.

Y, en el 37, llegó la jugada que iba a marcar el curso del partido para beneficio de los locales. Una dura entrada de Guille Campos sobre Borja Domingo se saldó con la expulsión del central, ex del Villanovense, que se había lanzado al suelo con los dos pies por delante para tratar de parar al delantero. Una acción que, sobre todo, se antojaba innecesaria a la altura del banquillo visitante y sin peligro inminente por tanto para el conjunto andaluz.

El lanzamiento de falta, eso sí, se tradujo únicamente en un remate de cabeza de Tapia, demasiado flojo, a las manos del portero visitante. Los problemas crecían poco después para el Antoniano que perdía por lesión a Ayán, obligando a reajustar el equipo tras la expulsión con la entrada de Néstor.

Con igualdad en el marcador, pero ventaja numérica, el Don Benito se marchó al descanso con la tarea de aprovechar esa superioridad. Y no tardó en hacerlo después de un triple cambio introducido por Marrero que dio entrada a Raly Cabral, Dani Salas y Rosón en lugar de Vera, Aguado y Julio Rodao. Dos minutos necesitó el Don Benito para que, en el 47, Osama cabeceara al fondo de la red un centro medido de Dani Salas desde el carril diestro (1-0).

A partir de ahí, no se movería el marcador, pero sí iban a pasar muchas cosas sobre el césped, con el colegiado como protagonista. Y, como coincidirían ambos técnicos al término del partido, quizás con un exceso de amonestaciones para lo visto sobre el campo.

Antes, en el 50, la tuvo Rosón para poner distancia en el marcador, pero su disparo se topó con una gran parada de Barrios para evitar el segundo. Ese fue quizás el gran pero de un Don Benito que no supo aprovechar que el Antoniano estaba con uno menos para haber sufrido menos por lo ajustado del marcador.

Entonces, llegó un carrusel de amarillas en el que terminaron amonestados el local Mario y los visitantes Guti y Fromsa ante el enfado de la grada local, pero también de los que llegaron desde Lebrija.

Entre tanto, Joao estaba a lo suyo y, pasada la hora de juego, dispuso de dos ocasiones para hacer el empate. La más clara, un disparo lejano que salió repelido por el travesaño.

Minutos después, de nuevo tres tarjetas amarillas, esta vez todas para los locales Ponce, mientras calentaba, Tapia y Sebas Gil. Pero no fue lo peor, el Don Benito también se quedó con diez por la roja directa Raly Cabral a instancias del línea que interpretó un plantillazo por parte del caboverdiano.

Marrero optó entonces por reajustar a los suyos con un doble cambio. Entró Matheus en lugar de Marvin y se marchó también el goleador Osama para dejar su sitio a Álex Benítez.

Ya en igualdad, los rojiblancos sufrieron para mantener su ínfima ventaja y, además, Dani Salas no aprovechó una gran oportunidad al contragolpe para hacer el 2-0.

Pero bien está lo que bien acaba y, con el pitido final, el fútbol volvió a quedar en segundo plano.