La fortaleza mental mantiene al Coria vivo en la eliminatoria

Al cuadro de Diego Merino se le presentaba otro desafío anímico tras la lacerante mella de la derrota frente al Socuéllamos que sepultó las opciones de los caurienses de evitar el cruce por la salvación. Cabeza fría, resetear y capear el temporal. «Le doy mérito al equipo de rehacerse después de lo que ocurrió la semana pasada y encajar un gol tan pronto», resaltaba el entrenador emeritense tras el partido.

Porque la inercia podría haber sido dar un paso al frente, morder el anzuelo, descubrirse y caer en la trampa de los locales, muy verticales y rápidos en la vertiente ofensiva y ávidos de espacios para descoser a su rival a base de acometidas vertiginosas. En algunos tramos de la primera parte así ocurrió, contando los locales con ocasiones para ampliar la ventaja y obligando al Coria a taponar esa hemorragia para no desangrar sus opciones de permanencia. «Nos expusimos en dos o tres situaciones y con un 2-0 la eliminatoria se habría puesto muy difícil».

Las dimensiones del mítico feudo permitían explotar las virtudes de los retoños del Zaragoza y las urgencias de los extremeños podían reforzar esa superioridad dejando vías de fuga entre líneas. «Se abría un escenario peligroso, porque ellos nos han permitido tener el balón, pero con la sensación de que en la transiciones podíamos sufrir, como así fue».

Diego Merino insistió en varias ocasiones durante su comparecencia en la inteligencia mostrada por sus pupilos y explicó que le «habría gustado otro resultado, pero nos vamos contentos y satisfechos. Al Coria le faltó llegada y último pase para tratar de inquietar al meta rival, porque apenas pudo sorprender con acciones aisladas y algún disparo lejano, como el protagonizado por Alberto Bernardo. Poco bagaje para poner contra las cuerdas a una escuadra aragonesa con mucha pólvora y que no se marchó con más réditos en parte por la actuación de su meta Varea, muy seguro.

En la víspera de la primera ronda copera que emparejó al Coria con el Fuenlabrada, Mahíllo manifestaba a este diario su frustración por no poder disputar con el club de su vida un partido de ese calibre, pero una lesión en la rodilla le impidió vestirse de corto durante los primeros tres meses de competición. Regresó en diciembre, a tiempo para medirse a la Real Sociedad en la segunda fase del torneo del KO, pero a partir de finales de febrero su presencia se redujo a una titularidad ante el Cerdanyola y tres minutos contra el Melilla.

Y el vía crucis será bastante largo para el central de Puebla de Argeme, porque el club ha publicado su parte médico tras semanas de pruebas diagnósticas. Finalmente tendrá que pasar por el quirófano para tratar la rotura del ligamento cruzado anterior, así como otras afectaciones en la articulación.