El Coria se asoma al precipicio
El conjunto celeste se encalla en una racha negativa que le aproxima al descenso tras sumar cinco puntos de 24 posibles
Puede asociarse a muletilla sobre la que los entrenadores disimulan un paso aberrante de sus escuadras cuando se aproximan al precipicio, pero la igualdad en ... el grupo 5 de Segunda RFEF es tan real como inmisericorde con los errores. Y más aún cuando se enquistan y adquieren cierta condición endémica, como empieza a ocurrirle al Coria. Dos puntos le separan del temible puesto del playout y cuatro del descenso. Lo que ha cambiado el panorama en cuestión de un mes y medio, porque a principios de enero los celestes transitaban por la zona noble con aspiraciones de colonizar alguno de los puestos del playoff. No era nada descabellado imaginar en las quinielas de la fase de ascenso al conjunto de Alberto Urquía.
Pero tras vencer en el derbi al Diocesano, hincaron la rodilla ante el Cacereño y los renglones se torcieron, registrando una única victoria en ocho encuentros y solo cinco puntos de 24 posibles. Además, en esa secuencia han recibido 15 de los 28 tantos que registran en toda la campaña, más de la mitad, y su producción ofensiva ha quedado reducida a una pírrica cifra de tres tantos. Y lo peor es unas sensaciones que denotan bloqueo. «No sé cómo explicártelo, corremos, lo intentamos, hacemos todo lo posible, pero nos cuesta», explicaba hundido el centrocampista Sergio Gómez tras el choque ante el Don Benito que se les escapó en el último suspiro.
El acecho del abismo está generando un nerviosismo que atenaza las piernas y aturde las cabezas. «Tenemos presente que nos estamos metiendo abajo y que no somos capaces de sacar los resultados, que el fútbol que hacemos no es el que nos gustaría; tenemos que desconectar y descansar». Confiesa que perciben falta de frescura y de ideas que están condicionando su juego y eso deriva en unos guarismos que han dejado al vestuario «hundido».
Y el técnico del Coria, Alberto Urquía, tampoco podía esconder su pesadumbre. «No estamos bien, cada vez se nos complica más la cosa». Considera vital restar algo de presión en el grupo y «recuperar mentalmente a los chavales», porque es evidente que el aspecto anímico está lastrando de manera decisiva el rendimiento de un equipo con mimbres para estar en otra pelea menos dramática.
El técnico celeste reconoce que la situación no es flor de un día y que es la punta del iceberg de un contexto mucho más complejo y dilatado en el tiempo. «Llevo preocupado desde que hemos tenido tantas lesiones, desde diciembre». Unas bajas recurrentes que han influido de manera directa en el trabajo diario. «Ahora estamos algo mejor, pero no nos está dando para sacar los partidos».
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