José Elo oposita a Alexanco
El central del Mérida, que jugó el último cuarto de hora en punta, rescata en el 92' un empate que sabe a gloria tras un partido gris de su equipo
R. P.
Mérida
Domingo, 3 de septiembre 2023, 00:28
El partido podría haber cambiado en el el 26, cuando en un minuto el Atlético Sanluqueño adquirió una ventaja de dos goles. O en el ... 30, cuando el Mérida tiró de gol psicológico para meterse de nuevo en un partido del que estaba fuerísima. Pero cambió justo en el 85. Porque sin lo que pasó en el 85, no hubiera llegado el equipo de Rai a la explosión de alivio del 92.
Cogió Rai por el cuello a su central José Elo y le dijo que iba a entrar por el mediocentro Ismael Gutiérrez. «¡Pero no para jugar ahí, sino en punta!», le advirtió. Y ahí se tiró un cuarto de hora un señor central rudimentario para rescatar un punto para su equipo. Disparó cruzado Chuma y cuando el cuero iba a salir por línea de fondo, metió el internacional guineano la puntera para empujarla a gol y hacer explotar de alegría a su equipo, al banquillo visitante y a los aficionados emeritenses que estaban detrás de él.
Fue un puntazo de oro porque el equipo lo vio perdidísimo, tanto por la altura de partido en el que llegó el 2-2 como porque no cuajó el grupo de Rai una buena imagen. La primera parte fue para olvidar. Lo mejor al descanso era el resultado: 2-1 en contra. Todo lo demás era para tirarlo y empezar de nuevo. El dominio, el control y las llegadas fueron casi siempre del Atlético Sanluqueño porque el Mérida entró con varios puntos de intensidad de menos que su rival. No era contundente atrás y no fue capaz de enganchar casi nunca en zona de ataque.
El Palmar es un campo típico y básico de lo comúnmente conocido como Segunda B, y allí se compite de una manera que no acabó de entender el Mérida. Y por eso fue superado en todo momento. Lo doloroso es que los dos goles locales llegaron en apenas un minuto. En el 25, Mwepu tocó en posición dudosa un disparo desde dentro del área que acabó por despistar a José Andrés y en el 26, otra vez Mwepu, disparó cruzado el palo largo desde la frontal del área pequeña en otra acción infantilmente defendida por el conjunto romano.
Afortunadamente llegó prontísimo el gol psicológico de Sandoval: cuatro minutos después del 2-0, penalti claro sobre Escardó que se encargó de transformar el extremo asturiano. El tanto metió al Mérida, no en el resultado, sino en el partido, porque acabó mejor el equipo de Rai el tramo final de la primera parte. Hilvanando más, jugando en campo contrario y viendo más de cerca a Juan Flere, el guardameta verdiblanco.
ATLÉTICO SANLUQUEÑO
Juan Flere; Kike Carrasco (Joaquín, min. 91), Cortijo, Fer Román, Joan Rojas, Viti; Cordero, Luis Vacas (Bastida, min. 46), Álex Guti (Coke, min. 46); Mwepu y Airam Cabrera (Arana, min. 82).
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MÉRIDA
José Andrés; Felipe Alfonso, Bonaque, Tomás Bourdal, Raúl Prada (Lluís Llácer, min. 46; Luis Acosta, Ismael Gutiérrez (Elo, min. 85), Escardó (Ben Hamed, min. 59), Busi (Álvaro Juan, 54') (Jorge Padilla, min. 59), Sandoval; y Chuma.
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GOLES 1-0: Mwepu, min. 25. 2-0: Mwepu, min. 26. 2-1: Sandoval, de penalti, min. 30. 2-2: Elo, min. 92.
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ÁRBITRO Muñoz Piedra, del comité madrileño. Amonestó a los locales Joan Rojas, Viti, Airam Cabrera y al técnico Antonio Iriondo y a los emeritenses Raúl Prada, Bonaque, Tomás Bourdal, Álex Escardó y Jorge Padilla
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INCIDENCIAS Alrededor de 2.400 espectadores en El Palmar.
Tras el paso por los vestuarios, y con el cambio de Raúl Prada (con amarilla) por Lluís Llácer, el Mérida comenzó con otra cara la segunda mitad. Por intención y por aproximaciones. Lo vio también Rai y metió dinamita: Álvaro Juan por Busi para explotar la banda derecha. Pero algo haría este Mérida en otra vida porque la mala suerte que le está persiguiendo y acosando desde que comenzó la pretemporada es inhumana: a los cuatro minutos, Álvaro Juan pisó el balón, cayó mal y se le salió el hombro. Y pinta a lesión importante, a la espera de las pruebas pertinentes de esta semana.
Así que, a partir de ahí, entre interrupción e interrupción, pérdidas de tiempo, faltas y tarjetas, el partido se paró. Muchísimo. Aunque el Mérida había mejorado su versión del primer tiempo, le costaba jugar, le costaba llegar, le costaba tirar. Y bajo esa pesadumbre se tiró el tramo final del partido, rumiando la derrota mientras quería pero no podía. Hasta que, en una acción suelta, aislada, el balón llegó al área, por primera vez en mucho tiempo, tiró Chuma y… ya saben lo que sucedió: que Elo se convirtió en Alexanco y el Mérida encontró una alegría que ya no esperaba.
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