Santi Amaro, el hombre de los tres ascensos emeritenses

Marcó Álex Jiménez el último penalti, el del ascenso, y el técnico emeritense se puso a correr sin saber por qué ni hacia dónde. Hasta que se acordó, una décima de segundo después, y se marchó a por su hijo, al que abrazó llorando y arrodillado. Y lo primero que le salió fue un: «Vamos a buscar a mamá y a la hermana». Y a buscar que se puso, mientras los aficionados le cogían de la cara y le decían cosas que ni Santi podía escuchar porque su mente estaba en otro sitio. Mientras él descargaba toda la tensión que ha acumulado durante todo el año, que no ha sido poca.

«La eliminatoria ha sido fortísima. muy dura. El desenlace sería injusto para quien cayera. Son ya tres ascensos con este club. Gracias a la plantilla y muy orgulloso de devolver el Mérida a Segunda B. Hay que celebrarlo». Frases, todas ellas, inconexas, con puntos suspensivos entre una y otra porque paraba para coger aire y pensar qué decir, sin saber qué decía.

«Que la afición lo disfrute, porque el año ha sido durísimo y nos ha costado mucho». Palabra de Amaro. Y ascenso también.