«Espero debutar con el Coria en la fase de ascenso y quitarme la espinita»

Durante las dos pasadas temporadas fue uno de los mejores centrocampistas –si no el mejor– del grupo XIV de Tercera División. Ambas, en la UP Plasencia. En la primera, Pedro Gilarte se hizo hueco en una plantilla construida a base de talonario para llegar a la segunda ronda de la fase de ascenso.

En la segunda, tiró del carro para luchar por el playoff hasta el final aun a costa de la salud de su rodilla izquierda. Cuando el Coria le fichó el verano pasado sabía que el jugador tendría que pasar por el quirófano. No le importó.

Lo que no podía prever es que el medio volante de Valverde de la Vera iba a pasar la temporada inédito. Ahora, de vuelta por fin a los entrenamientos para preparar el asalto a Segunda B, confía en echar una mano en forma de minutos. Es el gran fichaje del playoff 2019/20.

–¡Por fin! De vuelta a los entrenamientos...

–Sí, se puede decir que ya estoy entrenando con normalidad. Al principio tenía alguna molestia, pero cada vez me estoy sintiendo mejor. Durante el confinamiento, como todos, he estado entrenando en solitario, pero ha sido al volver al grupo cuando verdaderamente me he exigido. Pasan los días y parece que pasa el dolor.

–La temporada, a nivel personal, ha sido todo un vía crucis...

–Todos sabíamos que tenía una tendinopatía rotuliana. Me ofrecieron dos opciones: seguir un tratamiento conservador de seis meses, con el riesgo de recaída que eso suponía, o bien operarme. Pasé por quirófano a últimos de julio para volver a jugar en diciembre. Sin embargo, tras la operación se produjo un edema óseo y me dolía más que antes. Me han dicho que es cuestión de paciencia, que no es grave pero que habrá dolor hasta que se reabsorba.

–¿Ha habido momentos de frustración?

–Por supuesto. Te operas pensando que va a ser lo mejor y lo más rápido y luego aparece un edema. Han sido desesperantes los viajes a Salamanca para hacer ecografías, revisiones, tratamientos, recuperación... Pero todo es cuestión de paciencia.

–¿Ha pensado alguna vez en colgar las botas?

–Lo primero que pensé fue en dejar el fútbol, pero fue el Coria el que me convenció para que siguiera. Si podía jugar, bien. Y si no, también. Estaba en su derecho de retirarme la ficha, pero me la ha mantenido hasta el final. En este sentido, la directiva me ha sorprendido muy gratamente. El trato hacia la plantilla es de 10. Ningún se puede quejar y menos yo.

–¿La retirada ya no pasa por su cabeza?

–La llevo pensando desde las pasadas Navidades, pero a día de hoy depende de si desaparecen las molestias o esté bien físicamente. Vamos a pensar en ascender, que pase el verano y luego ya veremos.

–Con solo uno o dos partidos por delante, ¿cuál puede ser el rol de Pedro Gilarte en este Coria?

–Entrenar a tope y estar lo mejor posible por si el míster decide contar conmigo en algún momento. Es cierto que el grupo está hecho y no tengo ritmo de competición y que tampoco va a haber amistosos para cogerlo, pero también es verdad que todos los jugadores han tenido que parar tres meses y estamos un poco igualados en ese aspecto. Mi objetivo es estar en condiciones, porque en un partido pueden pasar mil cosas. Con cinco cambios siempre hay opción de entrar. Espero debutar con el Coria en la fase de ascenso y quitarme la espinita.

–Tras un año de descanso, estará como una moto, siempre que el dolor le dé un respiro...

–Casi mejor que todos los demás (bromea). Solo hay que ver que tengo cuatro kilos menos que antes del confinamiento. Lo importante es que cada vez tengo menos molestias a la hora de apoyar fuerte o esprintar. Espero estar a disposición del míster para lo que necesite.

–¿Conocía a Rai de antes?

–Le conocía de enfrentarme contra él y solo puedo decir que como entrenador es igual que como era como jugador: noble y cercano.

–A 180 minutos de entrar en la historia con el Coria...

–Lo sabemos y el equipo está trabajando bien, muy ilusionado. Tenemos el apoyo del club, de la directiva ys de la afición, pero va a ser complicado. Tenemos la pequeña ventaja de que nos favorece el empate, pero hay que salir a ganar. Como salgamos a empatar, acabaremos perdiendo. El Cacereño es un equipo con grandes futbolistas.

–Será su segundo playoff tras el de hace dos años. Evidentemente, no tienen nada que ver.

–Dentro de las dificultades que encierra, hay que reconocer que ahora es más asequible. Son dos partidos ante dos rivales conocidos y en uno de ellos nos vale el empate. Tendremos a un gran equipo como el Cacereño, pero que sabemos cómo juega. Será clave no dejar espacios y buscar hacer gol.