El Don Benito deja escapar dos puntos

El partido empezó con dominio del Don Benito, aunque con pocas llegadas, a excepción de una internada de Juanlu por la izquierda que sacó bien la defensa. Y no fue hasta la media hora de juego cuando ambos equipos empezaron a intimidar las áreas contrarias.

Los avisos llegaron a balón parado, primero Pity con una falta que se marchó alta por poco, y acto seguido Abraham Pozo, con un disparo que obligó a Juanfran a estirarse para mandar el balón fuera con ayuda del palo.

Tras esa acción y reacción, apareció David Amorín para cabecear un pase teledirigido de larga distancia de Pablo Lluch que sorprendió a Juanfran y adelantó a los dombenitenses (1-0).

A partir de ahí, comenzó el monólogo desaprovechado del Don Benito que contó con numerosas ocasiones para ampliar la renta y que al final acabó pagando su falta de gol en la noche de ayer. La más clara fue para Diop, que marró el disparo tras una buena jugada de Juanlu.

En la segunda, siguió el dominio rojiblanco, que no terminó de traducirse en goles que ampliasen la renta. El Calamonte, mientras tanto, parecía esperar su momento. En el 54, Abraham Pozo tuvo el segundo con un balón que se marchó tras rozar la esquina de la portería rival.

Fue la última oportunidad del Don Benito antes de ver cómo los visitantes les 'birlaban' dos puntos del Vicente Sanz, desde el punto de penalti. Cierto es que el Calamonte había apretado y se fabricó una buena jugada que terminaría con la mano de Trinidad dentro del área. El encargado de transformar la pena máxima fue Pity (2-0).

El gol dio alas durante unos minutos a los de Maya, que de no ser por dos buenas intervenciones de Sebas Gil, podrían haber dado la vuelta al marcador.

Fue sólo un espejismo, pues en el tramo final, el partido se paró con continuas interrupciones que dejaban claro que para el Calamonte el empate era un buen resultado. Incluso, en un momento dado, hasta cuatro jugadores visitantes se dejaron caer sobre el césped de forma simultánea para ser atendidos, algo que enfadó notablemente a la afición rojiblanca y desesperó a los de Juan García, que ya no pudieron enmendar el marcador, pese a los seis de añadido.