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Los jugadores del Jerez celebran la clasificación para la fase de ascenso y la tercera plaza. :: JEREZ CF
Vázquez Bermejo, el druida templario
TERCERA

Vázquez Bermejo, el druida templario

El técnico del Jerez vuelve a obrar el milagro y clasifica al equipo verdinegro en la tercera plaza para su cuarta fase de ascenso consecutiva

J. P.

Miércoles, 10 de mayo 2017, 07:47

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Todos los años por estas fechas se produce un milagro en Jerez de los Caballeros. Concretamente en la Ciudad Deportiva Manuel Calzado. Pero esta vez el prodigio se ha superado y de nuevo el equipo templario se cuela entre los mejores de la Tercera extremeña. José Antonio Vázquez Bermejo tiene la receta de la pócima mágica que hace de un grupo de veteranos mantener la ilusión intacta de un juvenil que debuta con el primer equipo. El técnico de Valle de Santa Ana es el Panoramix templario que convierte a sus 'viejos rockeros' en irreductibles.

El Jerez afrontará su cuarta fase de ascenso consecutiva a Segunda B, la quinta para Vázquez Bermejo que en la 2012-13 tocó con su varita mágica al Díter Zafra. «Esto cuesta mucho trabajo y para lo poquitos que estamos es demasiado. Pero tengo la suerte de tener a estos futbolistas, que es para hacerles un monumento. Rinden por encima de sus posibilidades». Y ahí es donde el druida templario ejerce sus dotes para sacar el máximo a su plantilla. «La gente está muy implicada y nos conocemos. No hay secretos, sólo tener esa unión en el vestuario y una confianza grande en lo que estamos haciendo. Son los futbolistas quienes han hecho esto posible con su trabajo. El entrenador está para no restar», expone.

Esta temporada el milagro de los panes y los peces se ha elevado a su máxima expresión en el club templario. Siempre parte con una plantilla cogida con pinzas por sus escasos recursos económicos y esa falta de efectivos con un grupo de jugadores que rondan los cuarenta años supone un riesgo de no poder completar las convocatorias. Los problemas con lesiones y salidas como las de Regino o Jesús Marabé pusieron el más difícil todavía en el Manuel Calzado. «Somos 16 en la plantilla, bueno ahora 17 con Oli, pero Nauzet está lesionado y Carlos Arias llevaba tres meses. Siempre tenemos alguna baja y así es complicado estar los 16. A veces es difícil hasta juntar 11. Por ejemplo, en Calamonte estábamos 11. Llevé gente lesionada para rellenar el banquillo por la imagen del club, pero no podía hacer ningún cambio. Y como no tengo que demostrar nada no voy por ahí quejándome, con excusas o teniendo que justificarme», relata el técnico verdinegro. Por eso, a Vázquez Bermejo le suena a chino el tema de las rotaciones. «Cuando escucho a algún entrenador hablar de rotaciones me hace mucha gracia. Algunos de mis jugadores como Barrero y Jorge Zafra me bromean con eso. Me dicen: 'míster, ¿a quien le toca rotar esta semana?'. Tengo dos centrales, Barrero y Ferre, y si me falta uno no tengo otro. Por eso trato de cuidarles al máximo. Si me falta alguno me tengo que inventar cosas para jugar y eso me ha pasado en el 30 por ciento de los partidos».

Pero esta última jornada se va a permitir el lujo de reservar a Barrero y Ferreirinha. «Les voy a dar descanso en Arroyo y vamos a ir sin centrales. Llevan jugando todo el año. La gente ha llegado al límite de lesiones y tarjetas», adelanta. Para ese encuentro, además, el entrenador templario tenía la idea de ganarle días al calendario. «Queríamos jugar el viernes, pero el Arroyo no ha querido. Pensaba dar descanso a los jugadores para la liguilla, que se relajen, desconecten y de paso que disfruten del fin de semana». Vázquez Bermejo afronta la fase de ascenso sin presión, pero con el propósito de dar algún susto como siempre. «La liguilla es para disfrutar y estar dos semanas más juntos. Es un premio para los jugadores, no nos ponemos ninguna obligación».

El Jerez ha llevado hasta el límite su gesta. Las tres clasificaciones anteriores también fueron una proeza, pero esta temporada ha sido la que más le ha costado al Jerez entrar en el grupo de los elegidos. Hasta la jornada 31 no se metió por primera vez entre los cuatro primeros y ahí se quedó hasta asegurarse la tercera plaza. El primero de la otra liga tras los poderosos Cacereño y Badajoz. «Si se analizan plantillas como el Coria, Don Benito, Azuaga, Calamonte, Plasencia, Moralo... se puede hacer una idea del mérito que tienen estos jugadores». Pero el preparador santanero sabía que este curso la exigencia iba a ser aún mayor. «Desde que empezó el campeonato siempre he dicho que era muy difícil meterse. Nuestro objetivo era intentar llegar al final sin descolgarnos mucho y si nos dejaban tratar de colarnos en un hueco. Así ha pasado. Pero no pensaba que Don Benito se descolgara tanto».

El Jerez se ha consagrado como el retiro ideal para futbolistas de renombre y que buscan estirar el último regate al epílogo de sus carreras. «He querido contar con gente joven, pero quizás no se han adaptado a mis exigencias. Convivir conmigo en un vestuario es complicado. Si alguien rinde al 99,9 por ciento no me gusta», admite Vázquez Bermejo. El gran maestre del santo grial templario.

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