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JESÚS FUENTES
Lunes, 30 de enero 2017, 09:02
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Sigue escalando el Plasencia. Ayer fue capaz de doblegar a un Arroyo (0-1) que entró bien al partido, dominando en los primeros compases, pero sin convertir sus acercamientos en ocasiones. Fue duro para el Arroyo afrontar el partido tras la sonrojante derrota ante el Moralo por 9-1, pero ayer volvió a su tónica de equipo sólido, intenso y, para su desgracia, con poco gol. Los placentinos, por su parte, hicieron efectivo su único acercamiento en la primera mitad, después supieron contemporizar en el segundo tiempo, y con un poco de fortuna, la renta exigua se convirtió en tres puntos.
Los primeros compases fueron de muto respeto en un derbi cacereño desigualado a tenor de la clasificación. El centrocampismo predominó en unos primeros minutos donde ninguno de los dos contendientes quiso arriesgar. El balón largo fue el protagonista y las jugadas por banda eran bien contrarrestadas en las ayudas de los rivales. En definitiva, ni una sola aproximación de peligro.
En torno a la media hora de partido fue Aitor el que casi sorprende a Manolo con un disparo difícil de atajar para el cancerbero y que pudo haber remachado Villa, que no pudo definir. Escasos minutos después se adelantaría en el marcador el Plasencia. Un balón largo desde banda de Bugatto lo recogería el joven delantero Núñez para, con maestría ajustando el balón al palo, batir a Alberto.
Susto para empezar
El segundo acto arrancó con susto para los locales, y es que apenas transcurridos un par de minutos Borrallo hacía gala de su precisión a balón parado y estrellaba el balón en el palo derecho ante la mirada de Alberto. Instantes después, Bugatto dispondría de un golpeo desde lejos que rozaba el larguero. Los placentinos quisieron sacar tajada del gol psicológico marcado antes del descanso para poder encarrilar el encuentro a la salida de vestuarios. Sin embargo, los visitantes tuvieron que sufrir para embolsarse la victoria.
Porque tras su mal inicio de segundo tiempo, el Arroyo despertó y empezó a creer en la posibilidad de arañar al menos un punto. Lo hizo a través del juego directo. De esta manera, la ocasión más clara de la segunda mitad para los arroyanos llegó a través de las botas de Bachi que, tras sortear al portero la pegó con la zurda y Juanals despejó el balón bajo los palos. El propio Bachi, ya en el descuento, tuvo otra ocasión que desbarató Manolo con una gran estirada. Ahí murió el encuentro donde destacó por parte visitante la gran actuación de Luismi, un quebradero de cabeza para la defensa local, y de Gilarte y José Mari, muy incisivos por banda. Todo ello sustentado por un sistema defensivo recio y organizado que apenas dio opciones a los de Arroyo de la Luz.
El Arroyo, con 19 puntos, empieza a complicarse una situación que hace diez jornadas parecía idílica, y es que son ya siete partidos consecutivos sin ganar para los de Javi Moreno. El Plasencia, por su parte, logra su cuarta victoria en sus últimos cinco cruces; un triunfo que desde la séptima plaza le permite seguir peleando por entrar en zona de los que miran de cerca los puestos de fase de ascenso.
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