El Badajoz está preparado para todo

El Badajoz no permitía ni una concesión. Sabía cuál es el plan marcado en la pizarra de Izquierdo y lo ejecutó con una puesta en escena ajustada al guión. Orden, equilibrio, control y verticalidad. La calidad y el talento de los cuatro de arriba hacían el resto. Las piezas encajaban y la máquina blanquinegra funcionó como un reloj. Parada se multiplicaba para abarcar toda la zona ancha. Ejercía de embudo para filtrar cualquier avance rival y ventiló el juego blanquinegro con gran maestría. El de Villamartín agigantó su figura y permitía a su equipo soltar su imaginación arriba. Mariscal. No se le escapó ninguna y con el apoyo de Edu Torres en labores creativas dio frescura al ataque. Abraham Pozo agredecía esa descarga para hacer el trabajo fino y Carreño lo aprovechaba para cazarlas al vuelo.

Tal era la concentración y la intensidad que pusieron sobre el césped que en la primera mitad arrinconó al Santa Amalia en su campo. Sergio Arenas quedó como mero espectador y a Kiko, Germán, Chechu y Jairo se le vieron más en tareas ofensivas que en su papel protagonista en la retaguardia. En una de esas, Chechu apareció por el costado derecho y puso un centro que Carreño cabecearía a placer para inaugurar el marcador gracias en parte a un semifallo de José Chino en el despeje.

El Badajoz por fin conseguía abrir la lata después de varias sacudidas sobre el marco de David. Carreño dispuso de tres antes de poner otra muesca en su cinturón, una de ellas en un magnífico empalme que el portero amaliense desvió a córner.

Los blanquinegros combinaban y llegaban con gran facilidad al área contraria. Tenía al Santa Amalia a su merced y bastante hacía con defenderse con uñas y dientes. Copete lo intentó en su vuelta a la titularidad hasta la desesperación, pero se marchó sustituido, ya vacío por el esfuerzo, sin el premio que habría merecido su insistencia. Lolo también se animó a probar fortuna. Sus apariciones por la frontal sembraban el pánico en el bando rival. Incluso Kiko tuvo una oportunidad que sacó el portero casi en la misma boca de gol y cuyo rechace lo remató el central con una rabona que levantó al público de sus asientos.

Tras la reanudación poco cambió el panorama y el Badajoz siguió imponiendo su jerarquía. El equipo pacense se mostraba muy serio y compacto con peligrosas aproximaciones cada vez que la pelota llegaba a los pies de Abraham Pozo, mientras que el Santa Amalia se limitaba a escampar el temporal. Los de Pedro Ángel Ávila supieron contener la compostura ante la avalancha de ocasiones locales que se sucedían desde todos los flancos. Pero era cuestión de tiempo que el Badajoz ampliara su diferencia y llegó en un córner que remachó Kiko en una perfecta ejecución. De nuevo la estrategia de Agustín izquierdo daba sus frutos. Abraham Pozo pudo rubricar su gran actuación con un gol de sombrero que se le quedó corto en su intento de superar a David.

El Santa Amalia se resistía a marcharse del Nuevo Vivero sin hacer acto de presencia y en su único acercamiento a las inmediaciones de Sergio Arenas provocó un penalti. Chechu derribó a Sergio Jaén dentro del área y el árbitro no dudó en señalar la pena máxima. Rico asumió la responsabilidad, pero Sergio Arenas adivinó las intenciones del jugador iberito y acabó con las esperanzas visitantes.

El Badajoz volvió a la carga empujado por las arrancadas de Chechu y la frescura de los recién incorporados Adri, Álex González y Copito. Entre Abraham y Adri se fabricaron una bonita triangulación que remataría Carreño fuera. Adri también estuvo a punto unos minutos antes. Otro gol se estaba cociendo y sería precisamente Adri quien subiera el tanto al marcador para redondear la productiva tarde blanquinegra.

El Badajoz llega preparado para una cita decisiva en Arroyo y su gran prueba de fuego para comprobar la solvencia de su racha triunfal. El equipo pacense vuelve a soñar con todo.