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Sandro y Patri, capitanes de ambos equipos
De cabeza a por el tercer puesto

De cabeza a por el tercer puesto

Un gol con la testa de Mikel Uriarte en el último suspiro de partido permite al Badajoz ganar en Don Benito y situarse a un solo punto de la tercera plaza

Rodrigo Morán / Don Benito

Domingo, 8 de marzo 2015, 21:15

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El que lea sólo el titular y no se adentre en esta locura de partido, se perderá una de esas historias que sólo la ilógica e imprevisibilidad del fútbol algunas veces regala. Don Benito y Badajoz brindaron un emocionante e intenso combate de alternancias, movimientos tácticos, golpes bajos y goles. Pudo pasar cualquier cosa, pero la fe e imperiosa necesidad de un Badajoz que hizo un partido bastante completo, le reservó una traca de éxtasis final con el remate a gol de Mikel Uriarte en el último segundo. Nunca sabes que pasará después de este partido, pero el tanto del ariete navarro son de aquellos que pueden marcar un antes y un después en la liga. Al menos, en la lucha trepidante por un tercer puesto más vivo que nunca en estos momentos.

Dos estrategas cocinaron un bonito duelo desde los banquillos. Pastelero ganó el primer asalto. Sorprendió hundiendo la posición de Mikel en la mediapunta y atacando con Cajoto y Abraham Pozo rompiendo entre líneas. Se pudieron forrar a goles ambos, pero la inteligente zaga local siempre tenía un segundo para dar un paso adelante y meter a los atacantes blanquinegros en fuera de juego. Aún así, el Badajoz salió más conectado al partido. Carlos Arias construyó una autopista por el carril izquierdo y por allí se hinchó el Badajoz. Tras un gol bien anulado a Abraham Pozo y un disparo alto de Cajoto, despertó el Don Benito que provocó su primer susto con una internada de Moruno por banda izquierda a la que no llegó por un flequillo Albertino. El Badajoz disfrutó de media hora de bastante iluminación futbolística. Abraham Pozo, Edu Torres y Sergio Ramos innovaban y se entendían. Todo lo demás venía a balón parado. Así avisó hasta en dos veces el Badajoz. En el primer golpeo, Rodolfo y Mikel no llegaron por centímetros al remate. Seguidamente, Sosa hizo la mejor parada de la tarde a remate de cabeza de Mikel. Espectacular mano a córner. Y, entre medias, Lolo sacudió el dominio blanquinegro con un disparo por encima del larguero en una de las escasas aproximaciones del Don Benito.

El partido se enfilaba a vestuarios cuando, el guión del partido, reservó el primero de esos capítulos que lo cambia todo. En otro balón lateral, Edu Torres bota al corazón del área y Rodolfo, con sutileza y criterio, desvía con la derecha el centro para marcar el primer gol. Premio a la insistencia de un Badajoz que marcaba justo cuando había levantado ligeramente el pie del acelerador.

Cambio de dueño

Si en la primera parte el Badajoz había moldeado a su antojo el partido, en la segunda cambió el decorado del encuentro. Sosa ganó el segundo asalto metiendo a Isra Centeno y equilibrando la parcela ancha del terreno de juego. El Don Benito conquistó la medular y entonces el partido cambió de manos. Para postre, los de Sosa empataron de inmediato. En una jugada de continuos despejes, Kiko Martín mete la bola al segundo palo, pilla a la defensa saliendo desde atrás y Óscar Hernández se queda enganchado entre zagueros en posición legal para ejecutar a Ímola. Cambio de dueño y cambio de partido.

Neutralizada la ventaja y equilibrado el planteamiento táctico, el Don Benito vivió sus mejores minutos. Albertino pudo hacer el segundo tras driblar a Ímola, pero su golpeo se estampó en el lateral de la red. Después no se entendió con Óscar en un dos para uno letal. Zarandeaba el árbol blanquinegro el Don Benito hasta que la segunda manzana cayó. Isra Centeno bota una falta, Kiko Martín se cuelga del cielo para peinar el balón y Carlos baja de las nubes para fusilar de primeras. Golpe a la mandíbula. 2-1.

La remontada pudo dejar aniquilado al Badajoz, pero entonces los blanquinegros levantaron la mano y pidieron un nuevo asalto. Pastelero removió el armario y sacó a Javichu y Juanan Vélez. El primero para morder más el centro del campo. El segundo para darle mayor frescura al ataque. Quería morir el Badajoz dentro de territorio comanche. Y allí arriesgó y ganó.

No tardó en llegar el empate, aunque nació de las botas de un futbolista que le ha dado la misma vida al Badajoz: Sergio Ramos. Un tipo inteligente, siempre bien posicionado y con un criterio casi siempre acertado. Suyo fue el pase rápido en una falta en la que todos pedían barrera menos Abraham Pozo, que rompía en desmarque sorpresa. Sólo ante Sosa no falló y ejecutó para el empate. Fue en ese momento en el que el Badajoz se dio cuenta de que la remontada era posible. A la contra pudo marcar Kiko Martín. No lo hizo. Y a la recontra lo pudo hacer Carmona, pero falló sólo y sin portero. El epílogo del partido podía editar cualquier cosa y dibujó una fiesta blanquinegra. En el último minuto del descuento, Abraham Pozo puso una falta pasada al segundo palo, Sosa erró en la salida y la cabeza de Mikel, que había buscado todos los balones imposibles, encontró el más importante en el último segundo. Gol, éxtasis, locura pacense y a un punto del tercero.

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