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Los jugadores del Badajoz celebran el gol de Sergio Martín. :: PAKOPÍ
Sergio Martín tira el muro balono
SEGUNDA B

Sergio Martín tira el muro balono

El Badajoz se merece mayor botín que un punto, pero choca ante un inspirado Montoya

JAVI PÉREZ

BADAJOZ.

Lunes, 21 de agosto 2017, 08:58

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Montoya tuvo su tarde y se la amargó a los jugadores blanquinegros. El Badajoz lo dio todo y se tuvo que conformar con un punto que le sabe a poco tras lo ofrecido por uno y otro equipo en el terreno de juego. El cuadro pacense minimiza el palo recibido a los dos minutos con un gol de Sergio Martín que al menos sirve para coger confianza en el vestuario. Los pacenses dejaron buen sabor de boca en su retorno de bronce y chocaron ante un inspirado portero visitante.

BADAJOZ

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LINENSE

  • CD Badajoz Néstor Díaz; Chechu, Manu Torres, Fran Morante (Jesús Muñoz, min. 46), Gabri Izquier; Joaqui Flores, Diakité (Sergio Martín, min. 52), Javi Rey, Ruano; Juanma García y Guzmán (Buben, min. 66).

  • Balompédica Linense Javi Montoya; Sergio Rodríguez, Dennis Nieblas, Olmo, Luis Madrigal; Gato (Zamorano, min. 80), Chico (Abenza, min. 66), Sana N'Diaye, José Ramón; Sergio Molina y Juan Diego (Wilson Cuero, mi. 54).

  • Goles 0-1: Sergio Molina, min. 2. 1-1: Sergio Martín, min 74.

  • Árbitro Arberola Rojas (castellanomanchego). Expulsó con roja directa a Dennis Niebla (28) del Linense. Amonestó en el Linense a Olmo (32) y Montoya (82).

  • Incidencias Unos 3.500 espectadores en el Nuevo Vivero. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas en el terrible atentado de Barcelona. José María Maldonado, responsable de Deportes de Canal Extremadura TV entrega el galardón a Ruano por el mejor gol en el fútbol extremeño de la temporada pasada.

No mereció el Badajoz ese golpe inicial. Un gol de los que duelen, deja tocado y provoca que aflore ese nerviosismo que se quiere evitar ante el partido inaugural. El equipo de Marrero cargó con ese lastre desde el minuto 2, pero supo mantener la calma. El escurridizo Gato conectó con Sergio Molina y sorprendía desde la frontal a Néstor Díaz con la fortuna de un bote envenenado que le dejó vendido. Un tanto inesperado hasta para la Balompédica Linense. El Badajoz puso toda la carne sobre la parrilla del Nuevo Vivero. Dominio, juego, presión, control y un carrusel de ocasiones. Una detrás de otra. Pero la pelota no entraba. Incluso antes de recibir ese mazazo los blanquinegros ya habían dispuesto de una oportunidad, pero Juanma García no llegó a rematar a un paso de la portería. De esa área se pasó a la otra en un visto y no visto que dejó helado a un Nuevo Vivero desafiante al calor. Los de Julio Cobos apenas se asomaron más allá de ese afortunado zarpazo de Molina y poco más.

El Badajoz trató de recomponerse. Había recibido un duro golpe a su confianza, pero quedaba todavía un mundo. Joaqui Flores lo intentaba con sus arrancadas por la derecha. Por el medio Diakité aparecía impreciso en el pase quizás por culpa de un césped irregular y un poco alto a la hora de asociarse con un compañero. En una de sus llegadas armó un disparo cuyo bote convirtió en peligroso para obligar a Montoya a quitarse el balón de encima a córner. Ruano asumía su papel de pie ejecutor de la estrategia. En ese saque de esquina, el de Usagre lo colgó al segundo palo donde irrumpió Chechu para tirarse con todo, pero el balón se le escurrió entre el muslo y el césped en la misma boca de gol. Javi Rey buscaba una salida más clara para que Guzmán y Juanma García intervinieran en el juego. El pacense y el sevillano se peleaban arriba con coraje. Al Linense le faltaba aire ante el asedio blanquinegro. En plena asfixia el árbitro detuvo el partido para que los jugadores se hidrataran y refrescaran.

Guzmán robó un balón en zona de tres cuartos y fue derribado por Dennis Niebla cuando enfilaba ya solo la portería gaditana. El central visitante se llevó la roja directa al ser el último jugador. Ruano lanzó con maestría la falta sobre la misma escuadra, pero Montoya muy acertado despejó otra vez a córner.

De nuevo Guzmán tiró de talento y se marchó como un rayo hacia la portería dejando atrás a todo aquel que salía a su paso hasta plantarse ante el portero y rematar en un intencionado golpeo con el exterior que Montoya le sacó con una mano prodigiosa. El Badajoz seguía al ataque y en otra de sus múltiples llegadas, Joaqui Flores recibía solo en el segundo palo, pero resolvería mal.

La segunda mitad transcurrió por los mismos derroteros. El Badajoz mantenía su ritmo machacón y obligaba al Linense a defenderse agazapado en su campo. La Balona recurría al juego de ganarle tiempo al reloj. Y en medio de ese atosigamiento, por la derecha Joaqui Flores protagonizaba tres ocasiones clarísimas. Y las tres seguidas. En la primera, recortó con una velocidad endiablada a Madrigal para despejar su campo de tiro, pero su disparo salió desviado. Casi sin tiempo de coger aire, el extremo pacense recibió una pase de la muerte de Ruano que no acertó a rematar. Y la tercera fue en un remate de cabeza que Montoya sacó con el puño en una gran estirada sobre el mismo larguero.

En esas estaba el Badajoz y el Linense con las pérdidas de tiempo cada vez más descaradas. Marrero apostó por la frescura de Buben para romper el candado balono. Antes había dado más creatividad al centro del campo con la entrada de Sergio Martín por Diakité y a Jesús Muñoz por Fran Morante, con molestias en el muslo desde el primer tiempo. El Badajoz buscaba el gol con convicción. Y esa insistencia al fin obtuvo el premio con el gol de Sergio Martín desde fuera del área tras recibir un rechace a un tiro de Juanma García.

Pero el Badajoz quería más. Joaqui seguía haciendo de las suyas por la derecha y bien que pudo culminar la remontada con un pase sobre Juanma cuyo disparo pegó en el lateral de la red. Después sería Chechu quien se pegó una galopada por el carril diestro en una gran jugada con sombrero incluido para poner un centro en el segundo palo a Ruano que encañonó a Montoya y le sacó con la manopla en la misma línea de gol.

El Badajoz araña un punto que parece poco, pero transmite buenas sensaciones como equipo en una temporada para soñar.

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