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Éder Díez celebra el tanto de la victoria ante la desesperación del Don Benito

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Éder Díez celebra el tanto de la victoria ante la desesperación del Don Benito PAKOPÍ

El Badajoz saca la cabeza en el Nuevo Vivero

Un tanto de Éder en el descuento desnivela un derbi igualado en el que el Don Benito mereció más

manuel Gª garrido

Domingo, 4 de noviembre 2018

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La prioridad para el Badajoz era revertir las sensaciones que arrastraba y brindar una victoria a su afición. No consiguió lo primero, porque mostró una versión timorata en la primera mitad que le obligó a tirar de orgullo tras el paso por vestuarios, pero un tanto de Éder en el descuento le permitió una redención necesaria (2-1) en el Nuevo Vivero. El Don Benito se mostró hecho, con limitaciones, pero sabiendo a lo que juega y la derrota no fue fiel a lo que se vio en el césped. Despliegue físico inconmensurable del cuadro de Juan García.

El Don Benito lo tuvo claro desde el pitido inicial. Presión alta y feroz en la salida del balón del Badajoz para incomodar en la primera línea de creación. Ese era el pilar maestro desde el que edificó el siguiente paso, ganar presencia en tres cuartos de campo rival para alejar el peligro de su portería. Los locales, sin haberse aún asentado, incómodos y exigidos, encajaron el primer tanto. David Agudo recibía en el área un balón filtrado y, tras un recorte, la colaba por el palo corto de Kike Royo. Mazazo para comenzar la etapa Nafti. Y volvieron los nervios, las dudas, las miradas de incomprensión entre los jugadores. Acto seguido, Ale Zambrano estuvo a punto de profundizar en la herida blanquinegra al plantarse solo delante del portero, pero su vaselina se marchó muy por encima del larguero. Primeros pitos. El Badajoz era un flan atrás y pura precipitación arriba. Guzmán trataba de tirar del carro bajando a conectar con la medular con escaso éxito. Mientras tanto, el Don Benito, en su salsa. Pisadita de Abraham Pozo que, con dos movimientos, fintó a dos rivales y mandó un pase profundo buscando la espalda de Eneko.

Sin inventar nada, sin florituras ni grandes alardes, los visitantes se adueñaban del tempo del choque, un factor en el que insistía Juan García en la previa como una de las claves. Tras quince minutos de pesadilla para los locales, un córner agitó la coctelera con un balón peinado de Mario Gómez que sacó con dificultades Trinidad cerca de la línea de gol. Tenue reacción sin continuación. En la sala de máquinas los engranajes se atascaban con un Kamal desbordado, Petcoff poco fino y Cidoncha errático. El repliegue del Don Benito era de manual facilitado por el lubricante de un tanto que les permitió ser un acordeón. Juntos, sin riesgos y jugando fácil, sublimación de la sencillez en su versión más efectiva.

El descosido del centro del campo se amplió hasta las bandas, donde José Manuel y Álex Herrera construyeron una sucesión de paredes que dejó al descubierto las costuras de un Badajoz superado y desquiciado. El canterano pacense aprovechó el agujero en el flanco diestro local para atreverse a realizar varias incursiones que finalizaron con centros con mucho veneno. En uno de ellos, David Agudo remató a bocajarro en el interior del área pequeña y Kike Royo repelió el esférico como pudo. Apenas unos segundos después, José Manuel tuvo la puntilla en un remate de media chilena que se estrelló en la cruceta. El Nuevo Vivero estallaba. De tímidos pitos se pasó a una breve pero sonora bronca.

Badajoz

Kike Royo, Cristian Pérez, Eneko Zabaleta, Mario Gómez, César Morgado, Kamal, Cidoncha (Éder, m. 58), Petcoff, Guzmán (David Martín, m. 79), Higón (Lamarca. m. 72) y Ferrón.

2

-

1

Don Benito

Leo Santos, Trinidad, Álex Herrera, Heredia, Mario, Gonzalo, Abraham Pozo, Ale Zambrano (Pablo Platero, m. 78), David Agudo, Bernal y J. Manuel (Adri, m. 66).

  • Goles: 0-1, min. 7: David Agudo. 1-1, min. 30:César Morgado. 2-1, min. 95: Éder.

  • Árbitro: Caucelo Sace (comité andaluz). Amarillas para Guzmán, César Morgado, Mario Gómez, Bernal, Ale Zambrano, Adri y Francis Ferrón, que sería expulsado con roja directa.

  • Incidencias: Unos 5.000 espectadores en el Nuevo Vivero. El Badajoz entregó una camiseta a Álex Herrera en reconocimiento a su trayectoria en el conjunto blanquinegro en el día de su vuelta al coliseo pacense. Nafti no se sentó en el banquillo local al no haberse podido tramitar a tiempo su ficha. Vio el partido de pie en la primera fila de la tribuna.

El Badajoz no daba señales de vida, no se percibía propuesta, orden, estilo, ideas... Pero cuando estaba grogui, se revolvió con furia. Fue a balón parado, en una jugada aislada tras una falta en la frontal del área. No podía ser de otro modo a tenor de lo visto. Corría la primera media hora y César Morgado mandaba un latigazo en la ejecución de un golpe franco que acariciaba la escuadra. De la indignación se pasó al júbilo en la grada. Así es el fútbol, caprichoso y, a veces, injusto, porque ni el Don Benito merecía ese castigo ni el Badajoz un premio de ese calibre.

PAKOPÍ

El choque se reseteó,no así el guion de los visitantes. Incansable trabajo de Ale Zambrano y Gonzalo que encarnaban las virtudes de un bloque serio y bien armado. El Badajoz, también a lo suyo, abasteciendo sus opciones de victoria de chispazos, balones largos y la rapidez de sus hombres de arriba. Y nada más, muy pobre puesta en escena. Voluntarioso pero plano, se excedía en el pase atrás ante la incapacidad de rebasar el muro calabazón. Pepe Bernal y David Agudo impartieron un clínic de juego sin balón, acumularon kilómetros, fueron solidarios en el sacrificio e iniciaron la defensa desde el ataque.

En la reanudación, revés para el Badajoz, que se quedaba con diez por la expulsión de Ferrón tras una dura entrada. El atacante andaluz atraviesa una racha negativa más allá de su sequía goleadora. Se echa en falta su ímpetu, oportunismo y movilidad, fue una isla, desafortunado y en ocasiones descentrado. El Badajoz renunció a un jugador del medio del campo quitando a Cidoncha y Éder asumía el rol de ariete. Petcoff lo intentaba, cogía la manija, conducía, ganaba metros, giraba, oteaba pero no encontraba socio. El argentino daba instrucciones a sus compañeros, arengaba y asumía unos galones huérfanos hasta el momento. Le tocó rectificar los errores de Kamal, que demostró que aún le queda mucho para recuperar su mejor versión.

En el ecuador de la segunda mitad, el partido entró en la fase de imprecisiones. A falta de fútbol, el duelo ganó en intensidad y entrega. La emoción del derbi engulló los preceptos tácticos y el público despertó. Aunque no fue por la reacción de su equipo u ocasiones, sino por el árbitro, protagonista en un par de jugadas, entre ellas un gol anulado a Éder por fuera de juego.

En el último estertor del choque, cada equipo tuvo opciones para desnivelar las tablas. Eneko cruzaba en exceso tras una incursión por banda izquierda y su disparo se marchaba lamiendo el palo de Leo Santos. Un minuto después, a pocos segundos del noventa, Kike Royo sacó con el pie un remate de Adri, que repetiría después con un chut manso que atajó el meta local. Iban de réplica en réplica hasta que la pólvora del Badajoz se impuso. Era el minuto 95 y Éder lograba el tanto de la victoria con un cabezazo en el segundo palo.

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