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Celebración del tercer gol por parte de los jugadores del Villanovense en el entretenido encuentro de ayer en el Romero Cuerda. :: r. morán
Épico Villanovense
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Épico Villanovense

Remonta una desventaja de dos goles ante El Palo para sellar virtualmente la permanencia; Carlos Fernández puso la artillería con dos goles

REDACCIÓN

Lunes, 30 de marzo 2015, 07:31

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El Villanovense sigue rompiendo techos en la temporada más brillante de toda su historia. El partido ante El Palo será recordado por muchos aspectos, pero entre otros, por una remontada heroica que sirve para sellar la permanencia en la categoría. Es la segunda vez que el equipo serón consigue la salvación en Segunda B y, desde luego, la primera que lo hace con siete jornadas por delante para que finalice el campeonato. Al más puro estilo de un equipo de gama alta. La afición disfrutó como nunca y obligó a Julio Cobos a que saliera de la caseta de vestuarios para que celebrara lo conseguido. Una gesta sencillamente memorable.

Fue la prueba de fuego más dura para los serones en lo que va de temporada. Pero no hay barreras que no pueda saltar la ilusión. Y este Villanovense la multiplica por cien en cada encuentro. En apenas quince minutos se vio con un 0-2 en contra. Pero tiró de casta, coraje, entrega, decisión y del Romero Cuerda, absolutamente prendido del orgullo de sus futbolistas. En el once hubo sorpresas. Álvaro Ratón ganó el pulso a Fuentes en la portería, mientras Owona se quedó fuera de la lista y dejó que Javi Sánchez fuera el central titular con Jair. No hay titulares en este plantel, eso ha quedado claro.

Todavía se acomodaban en sus asientos los seguidores serones cuando el colegiado pitó un discutido penalti por mano de Tapia dentro del área. Pena máxima rara que ejecutó sin contemplaciones Damián para adelantar a los malagueños. El Palo, con orden y acierto, se puso con medio partido en el bolsillo cuando de nuevo Damián, en una falta escorada, se sacó de la chistera un excelso golpeo que sorprendió a Álvaro Ratón y a todos los que presenciábamos el partido. 0-2. Tocaba remar. Y remontar.

Remontada

Decidió el Villanvense echar mano de su cartera y leerse su propio carnet de identidad: 'sin rendición', rezaba. Dicho y hecho. Se arremangó y cogió el partido del cuello el cuadro de Cobos hasta estrangular a su rival. Pasado el ecuador del primer tiempo, la primera bofetada hacia la remontada. Anxo envió por dentro, Pajuelo peleó hasta el más allá y, antes de que el portero despejara, tocó la bola lo justo para que Espinar aniquilara a placer. Gol repleto de coraje y fe. De remontada a la vista.

Siguió martilleando el Villanovense el área rival. Sin descanso. De nuevo el capitán Pajuelo lo buscó con un disparo violento que estampó la defensa. Y más tarde, Espinar, no alcanzó a un envío largo. El partido encontraba fuerzas igualadas, pero un error de Iván Márquez dejó en ventaja a los serones. El jugador visitante golpeó a Curro con violencia con una fea patada que le costó la roja directa. El Palo vio nubarrones en el cielo del Romero Cuerda. La tormenta de goles se avecinaba.

José Ángel

El medio centro pacense no sólo fue el mejor de su equipo. Su recital en el centro del campo lo aliñó con un gol clave al arrancar la segunda parte. Antes, Cobos ya había zarandeado el banquillo en busca de soluciones. Jairo Caballero entró por Anxo, dolorido por un fuerte golpe en el pie. Y para reanudar la contienda, cambio de turbo en el lateral derecho: Moraga por Trinidad. Surtieron efecto los cambios. Antes de los primeros diez minutos, un servicio de Jairo Caballero desde la izquierda lo cazó José Ángel, el más listo de todos, para empatar el partido. Rugía el Romero Cuerda.

El tercero era cuestión de tiempo y llegó diez minutos más tarde. Fue en el 63 de juego cuando otro balón de Jairo Caballero, esta vez desde la esquina, lo remachó en el segundo palo Carlos Fernández de cabeza para desatar la locura en el coliseo serón. La remontada había llegado y el Villanovense cerraba la puerta del precipicio a Tercera. Pero este maravilloso deporte ofrece muchas sorpresas y la épica debía de contar todavía con un matiz más de dificultad. Así, en una de las pocas contras de El Palo en la segunda parte llegó el empate a tres. Damián, un auténtico quebradero de cabeza, se escapó por banda y puso un centro a la cabeza de Jaime, que no perdonaba. 3-3. Había partido.

Rabioso y herido en su orgullo, el Villanovense volvió a levantarse del tapete y a rugir con más fiereza. Analizó la situación y decidió probar de nuevo con su veneno más aniquilador: la pelota parada. Jairo Caballero, con un guante de seda atrapado entre los tacos, botó otro córner al primer palo y Carlos Fernández, con una cabeza de marfil, remató a las mallas para voltear de nuevo la contienda. 4-3. Éxtasis. Locura. De ahí hasta el final, el Villanovense enredó el partido y su gente, su grada, lo envolvió en papel de regalo para ofrecer una comunión perfecta y celebrar una permanencia virtual más que merecida. Los 45 puntos ya son historia. Ahora luce en el casillero la cifra de 47 y un quinto puesto que hace que los aficionados serones no quieran despertar de este sueño. No lo hagan. Sigan disfrutando.

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