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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Plata, Elías Molina, Toni Sánchez y Valverde se dirigen a abrazar a Aarón Fernández y Gonzalo tras el gol. :: MARISA NÚÑEZ
Me encanta que los planes salgan bien
SEGUNDA B

Me encanta que los planes salgan bien

Tras un encuentro calcado a los dos últimos en el Príncipe Felipe, el Cacereño sale del descenso directo gracias a un tanto de Aarón

FERNANDO GALLEGO

Lunes, 8 de diciembre 2014, 08:17

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El Cacereño no tiene motivos para cambiar de planes. Si le va bien sumando sin decimales y recitando la tabla del dos, pues a ello que se pone cada domingo. Con esta fórmula volvió a ganar en casa (tercera victoria consecutiva en el Príncipe Felipe), otra vez más no encajó un gol como local (a pesar de que sigue siendo el equipo más goleado del grupo), aglutina once de quince puntos posibles en las últimas cinco jornadas (lo que supone el mejor bagaje de la categoría) y ya no es equipo de descenso directo (sólo de promoción). Impensable todo hace un mes.

El equipo juega para sacar puntos, no para conmover a su gente. «Cuando estemos en zonas más tranquilas, podremos hacer más cosas», tranquiliza Ángel Marcos. O sea que líneas muy juntitas, la defensa tirando la línea hasta casi el círculo central, cero complicaciones, pelear cada balón como si se tratase del Gordo de la Primitiva y fortaleza mental. Y como todo esto lo ejecuta ya casi de memoria, pues lo ejecuta en cada partido; y como lo ejecuta en cada partido, el último es un calco del penúltimo, que a su vez es un calco del antepenúltimo, que es un calco del anterior. Ayer, enfrente, estaba La Hoya Lorca. Pero pudo haber sido La Roda de hace un mes o el filial del Granada de hace quince días. El partido se ejecutó según los planes de Marcos y su Cacereño.

Volvió a salir el equipo verde como un cohete en Cabo Cañaveral. Pisando área murciana, corriendo mucho, presionando arriba, probando a Raúl Moreno. De hecho, tras un gran tiro de Valverde desde el balcón del área, Plata engatilló a la red el rechace del guardameta murciano. Una pena que estuviera en fuera de juego. Paulatinamente, el Cacereño desaceleró y los visitantes se fueron haciendo con el control del partido. Pero la situación no era peligrosa: ya había pasado antes en los dos últimos partidos en casa.

Vargas, Valverde y Plata

Así es que como el encuentro de ayer tendió a parecerse a sus predecesores, fue el momento de las anotaciones individuales. La primera: Vargas ha recobrado el físico y, sobre todo, la confianza. Desde el regreso de Marcos al banquillo, se apunta una actuación de notable en cada partido. Ayer, tras un buen centro de Ortuño desde la derecha al segundo palo, le sacó un cabezazo a bocajarro a Joselu que era claramente el 0-1. La segunda: Valverde intentó en varias ocasiones la del otro día con el Granada B. Es decir, marchase de medio equipo rival. Esta vez le faltó siempre un último regate: tras haberse ido de cuatro, el quinto le cortaba. Pero el caso no es ese. El caso es que la movilidad que le da el sevillano a todo el frente de ataque del Cacereño cuenta de manera superlativa para el resurgir de este grupo. Y la tercera: el señor Plata. Ya puede bajar de la estratosfera el asteroide de Armageddon que él lo convierte en una ocasión de gol, y mientras tanto se pega y se zafa de sus dos defensores. ¿Quién decía que los hombres no pueden hacer dos cosas a la vez? El señor Plata sí.

Y tras el descanso, el Cacereño vio la luz en la primera llegada de la segunda parte. Centro al área murciana, despejo yo, no despeja tú, cuidado con el rechace, melé, balón suelto... y Aarón Fernández que aparece por allí para colocar el cuero rasito al palo desde casi el punto de penalti. Lo necesitaba y lo merecía el catalán, que perdió hace poco a su tía, «que era como mi segunda madre».

A partir de ahí, a uno se le vinieron rápidamente las declaraciones de Marcos en la previa del viernes: «El problema de todo esto es que vemos mucho Madrid y mucho Barça, que cuando marcan uno, van a por otro, y así hasta cinco. En todas las categorías, el equipo que va perdiendo, inconscientemente, sin orden ni nada, empuja más, se va más hacia adelante. No me digas por qué, pero es la mentalidad del jugador. Y cuando tienes algo que has conseguido, tienes miedo a perderlo y lo conservas. Y eso pasa en Segunda B, en Segunda A y en todos los partidos de Primera en los que no juegan ni Madrid ni Barça. Un gol cambia la táctica. Tú trabajas una cosa durante la semana, y un gol a favor o uno en contra, te cambia todos los planes. Lo que pasa es que en el fútbol, cuando no se tienen responsabilidades, es muy fácil ser ofensivos». Tras el 1-0, aunque seguía defendiendo con la línea muy adelantada, el Cacereño se juntó aún más y así se tiró toda la segunda parte: dándole el balón a La Hoya Lorca, que apenas le creó peligro de verdad, y esperando alguna salida a la contra, que nunca culminó en ningún 'uyyyy'.

O sea que, en definitiva, lo quería Ángel Marcos, que cual Hannibal Smith le encanta que los planes salgan bien.

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