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Jornada 36

Costa se rebela contra el VAR y sella el pasaporte a Champions

El videoarbitraje anuló dos goles al Atlético, uno milimétrico de Morata, y cuando los rojiblancos jugaban con diez y sufrían, sentenció el hispano-brasileño

Amador Gómez

Madrid

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Sábado, 11 de julio 2020

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Después de 35 jornadas, tras quedarse atrás hace demasiado tiempo de la pugna por el título, el Atlético de Madrid ya tiene ante sí el objetivo prioritario de la clasificación para la Liga de Campeones, que será ya un hecho irrebatible en el caso de ganar este sábado al Betis en el estadio Wanda Metropolitano, donde llega un equipo sin nada en juego, ya salvado matemáticamente y con la mirada en el proyecto del curso que viene que dirigirá Manuel Pellegrini.

Cuando empezó la Liga, allá por agosto de 2019, el pase a la 'Champions' era una obligación inexcusable; cuando llegó el parón, el pasado mes de marzo con 27 citas disputadas, era un reto que estaba en duda, porque entonces era sexto; y hoy, con una imponente reanudación del campeonato del conjunto rojiblanco, con 18 de 24 puntos y sin ninguna derrota, sólo le falta culminarlo a través de una victoria. Tiene tres oportunidades. La primera este sábado.

No ha fallado en ninguna de las ocho temporadas completas de Diego Simeone en su banquillo. Siempre alcanzó ese objetivo. Una vez como campeón, dos como segundo -las dos anteriores- y cuatro como tercero. Y ahora lo tiene enfilado, con toda la transcendencia que tiene la clasificación para la Liga de Campeones, aunque actualmente no suene a tanto porque la exigencia ha crecido de forma imparable en el equipo rojiblanco en este tiempo.

Aparte del anhelo insistente de ganarla, tan presente cada curso y aún más ahora, a la espera de la final a ocho de Lisboa, en la que ya conoció este mismo viernes su rival en los cuartos de final (el Leipzig; luego si pasa se enfrentará al ganador del PSG-Atalanta), la Champions es indispensable para el Atlético desde todas las perspectivas. Y, sobre todo, económicamente: en la era Simeone ha significado un total de 419,8 millones de euros de ingresos para el equipo rojiblanco hasta la fecha.

Necesita ganar un partido de los tres que le quedan. Bien al Betis este sábado, bien al Getafe o bien a la Real Sociedad. Con eso ya sería inalcanzable para el Villarreal, al que le gana la diferencia particular de sus enfrentamientos en esta Liga. La tercera plaza, en el pulso que sostiene con el Sevilla, requiere más que un triunfo, quizá hasta los tres para que sea suya.

Son ya 15 (13 en LaLiga Santander) los partidos que encadena invicto el Atlético, que ha ganado cinco de las últimas siete jornadas, que enlaza once partidos sin perder en su estadio, con nueve triunfos y dos empates, desde el 0-1 con el Barcelona del 1 de diciembre de 2019 -la única derrota en casa de la temporada- y que encara el choque contra el Betis con alguna duda en su alineación, pero con muchas certezas en sus resultados.

No se prevé que José María Giménez, con una torcedura de tobillo en Vigo, ni Joao Félix, con un edema óseo, estén a disposición de Diego Simeone, al menos para el once titular. La probable baja del central uruguayo reabriría la puerta del once bien a Felipe Monteiro, que ya fue titular en el Camp Nou cuando Stefan Savic estuvo sancionado, o bien a Mario Hermoso, que ya ultima su puesta a punto de unas molestias, pero es duda para el sábado.

Simeone, a la vez, recuperará a Yannick Carrasco, ya restablecido del cuadro digestivo que le apartó del choque en Balaídos el pasado martes, y a Diego Costa, que cumplió sanción en Vigo.

El ataque es otra de las incógnitas del once, una vez que Álvaro Morata, en racha con tres goles en los últimos dos partidos, y Diego Costa se han alternado en la titularidad y no han coincidido juntos en el terreno no sólo desde la reanudación del campeonato, sino desde mucho más allá, desde la derrota 2-1 en Leverkusen hace ocho meses: el 6 de noviembre de 2019.

¿Es el momento ahora de juntarles de nuevo en el once? No ha dado pistas Simeone, que en el entrenamiento del jueves no dispuso de Costa, con una sesión individualizada, y que ya proclamó a la vuelta de la competición que no se daban las circunstancias para ello, porque no tenía «un equipo preparado de la mejor manera para sostener esos dos delanteros». Eso fue el pasado 13 de junio. Han pasado 27 días desde aquella afirmación. Si no, uno será titular, acompañado de Marcos Llorente o Ángel Correa. También son opciones para la banda, como Carrasco.

En cualquier caso, no se esperan tantas rotaciones como en partidos pasados, como ya ha advertido Simeone en los dos últimos duelos. Superada la primera secuencia de choques, después de una preparación limitada y condicionada, es tiempo ahora más de continuidad que de variedad. En ese sentido, en el centro del campo son indiscutibles Koke Resurrección, Thomas Partey y Saúl Ñíguez, igual que Stefan Savic y Renan Lodi en la defensa y Jan Oblak en la portería.

También lo es Giménez, aunque su tobillo dañado lo pone en seria duda para la alineación. Kieran Trippier o Santiago Arias completarán el once titular en el lateral derecho. Si sigue la alternancia actual, el puesto será para el inglés frente al Betis, aunque el rendimiento del colombiano haya reavivado con firmeza la competencia. Ahí es baja Sime Vrsaljko, que se pierde su noveno partido seguido por una artroscopia en la rodilla izquierda.

Enfrente, el Betis llega al Wanda Metropolitano una vez sellada su salvación matemática ante el Osasuna en el Villamarín (3-0) y con un nuevo entrenador para las próximas tres temporadas, el chileno Manuel Pellegrini, lo que puede marcar los planteamientos y la rotación de jugadores del actual inquilino del banquillo bético, Alexis Trujillo.

Alexis, quien recupera a Sergio Canales una vez cumplido su partido de sanción por acumulación de amonestaciones, armonizará la exigencia de competitividad de los suyos con su condición de hombre de la casa para empezar a trabajar en el proyecto de Pellegrini.

Diego Costa se rebeló contra su suplencia y contra el VAR, que anuló en la primera parte dos goles al Atlético, el segundo milimétrico de Álvaro Morata, para sellar de forma matemática el pasaporte del Atlético de Madrid a la Liga de Campeones. Cuando los rojiblancos jugaban con diez y sufrían frente a un Betis que jugó mejor pero le faltó remate, el delantero hispano-brasileño se encargó de sentenciar a un conjunto sevillano ya sin aspiraciones en esta Liga que se presentaba en el Metropolitano como víctima propicia pero dio mucha guerra al equipo de Diego Pablo Simeone.

Otra vez gracias a una jugada a balón parado, en este caso una falta, consiguió el Atlético la victoria, certificada también por el VAR después de que el balón cabeceado por Diego Costa pegase también en su hombro. Con mucha intriga, el gol fue ratificado por el videoarbitraje y ahí murió el Betis que había superado en fútbol y ocasiones al Atlético pero no tuvo gol para dar la sorpresa. La definición fue cosa de Diego Costa, como anteriormente lo fue de Correa y de Morata, aunque mientras el tanto del argentino fue anulado correctamente por una mano previa de Llorente, el del delantero madrileño debió subir al marcador y no ser anulado por presunto fuera de juego en una salida a la carrera con Bartra, con quien estaba en línea.

El VAR resultó así trascendental en un primer tiempo en el que el Atlético fue de más a menos, cedió el balón a un Betis al que le gusta jugar y sufrió ante los contragolpes del equipo verdiblanco, que dispuso entonces de un par de remates muy peligrosos, de Guardado y Loren, para generar bastante inquietud en los rojiblancos. El Atlético, en cambio, aparte de los tantos anulados, no generó mucho más peligro en todo el partido que un remate cruzado de Marcos Llorente al inicio de un duelo en principio bastante igualado que se rompió para mal del conjunto de Simeone tras el descanso.

El técnico argentino del Atlético alineó en esta ocasión a Llorente como delantero como acompañante de Morata, en vez de situarlo como interior derecho, posición reservada a Correa, y en ese comienzo de partido los jugadores rojiblancos no dejaron de buscar al polivalente jugador madrileño. Igual que el Betis no dejó de buscar el gol durante toda la primera parte en la que el Atlético sufrió la baja de Trippier por una indisposición y el equipo fue incapaz de sobreponerse a la presión, empuje y, tam bién, buena disposición defensiva de los sevillanos. Así se fue diluyendo en ataque el Atlético, muy golpeado por el gol de Morata que no subió al marcador.

Se libró el Atlético al inicio de la segunda parte porque Loren no fue capaz de definir en un mano a mano con Oblak en una ocasión clarísima, pero el mayor problema para los colchoneros fue la expulsión, inmediatamente después de un tempranero triple cambio de Simeone, de Mario Hermoso, que derribó por detrás a Loren y le pisó el tobillo. El árbitro no dudó en mostrar la rigurosa roja a Hermoso y el Atlético se quedó en inferioridad cuando el Betis ya había estado jugando mejor durante gran parte del encuentro. Con uno más el Betis se encontró aún más cómodo e insistió en campo rojiblanco, pero siguió perdonando, esperando el Atlético a la defensiva para intentar aprovecharse de alguna contra. De lo que se aprovechó, sin embargo, fue de una falta lanzada por Carrasco y rematada por Diego Costa.

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