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Rafinha recibe la felicitación de Coutinho tras marcar el primero del Barça. Albert Gea (Reuters)
Rafinha presenta su candidatura al clásico
Grupo B | Tercera jornada

Rafinha presenta su candidatura al clásico

El brasileño jugó en la posición de Leo Messi y demostró un gran nivel, anotando un tanto e interpretando muy bien el juego blaugrana

JACOBO CASTRO

Jueves, 1 de enero 1970

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Cuando el radio de Leo Messi dijo basta el pasado sábado, todos los focos apuntaron a Ousmane Dembélé. El francés, uno de los fichajes más caros de la historia del fútbol, parecía el elegido para sustituir al genio argentino las tres semanas que va a estar de baja. Sin embargo, tras la victoria ante el Sevilla, Ernesto Valverde torció su gesto cuando le preguntaron por el francés. «Si no juegas tienes que ganarte el puesto» dijo sobre el extremo. Una afirmación en la que pocos repararon pero que empezó a dejar a las claras que el elegido no iba a ser el ex del Dortmund. Tres días después se confirmó la noticia. Dembélé tendrá que seguir luchando para ganarse el puesto.

De ganarse el puesto sabe bastante Rafinha Alcántara. Siempre a la sombra de su hermano Thiago, quizá más talentoso que él, el joven centrocampista tuvo que irse dos veces fuera para poder ganarse una oportunidad. La primera, recién salido de la cantera. Un año en el Celta le sirvió para poder regresar a Can Barça. Sin embargo, tras tres temporadas en las que sufrió una grave lesión y no llegó a asentarse, tuvo que volver a emigrar con destino Milán. Media temporada en el Inter le sirvió para regresar a casa. Quizá su afán de superación conmovió a un Valverde que decidió utilizarlo como sustituto de Messi ante, precisamente, el Inter de Milán.

Cualquier jugador al que de un día para otro le dijesen que su cometido iba a ser el de sustituir al, posiblemente, mejor jugador del mundo y de la historia del fútbol, se le vendría el mundo encima y notaría una presión brutal. No pareció ser el caso de Rafinha, que ubicado en el extremo derecho salió al campo con la clara idea de parecerse en todo lo posible a Messi. Obviamente, el brasileño no cuenta con las mismas condiciones técnicas que el argentino, pero sí demostró tener una inteligencia táctica muy elevada. Sólo 15 minutos bastaron para darse cuenta de que Rafinha había saltado al césped con la idea aprendida. Pese a iniciar muchas jugadas pegado a la banda, rápidamente se metía hacia el centro para dejar espacio para las subidas de Sergi Roberto. Además, comenzó a aparecer en zonas de remate. En el minuto 20 hizo su primera prueba, con un disparo cruzado que atrapó el meta Samir Handanovic. A la segunda tampoco acertó. A la tercera fue la vencida. Un balón de Luis Suárez al área fue rematado por el brasileño para hacer el 1-0.

Rafinha no lo celebró por respeto a su exequipo. Pero en el fondo sabía lo que el gol significaba: un posible billete directo al once titular en el clásico del próximo domingo. El brasileño pagó la inactividad y su capacidad física fue decreciendo, por lo que cada vez fue aportando menos. Sin embargo, no abandonó su empeño de buscar el balón por dentro, generando espacios para la banda derecha. Cuando el minuto 72 el cartelón iluminó el número '12', Rafinha cogió camino del banquillo con una gran ovación y con la sensación de que lo que hecho la noche de este miércoles en el Camp Nou puede darle su primera titularidad en un clásico.

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