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Los atléticos celebran uno de los goles.
Glorioso Atlético
Fútbol | LIGA DE CAMPEONES

Glorioso Atlético

Remontó con gran personalidad, manejó todos los registros y alcanzó una final histórica

Ignacio Tylko

Miércoles, 30 de abril 2014, 03:21

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Quienes osaron comparar a Mourinho con Simeone pueden observar detenidamente el vídeo de un partido histórico para el Atlético que le sitúa en una final de la Copa de Europa por primera vez en 40 años. El luso no propuso nada en ataque, no mostró cintura táctica y regaló el duelo al recurrir a Etoo, y el argentino dominó siempre la escena. De los Adelardo, Gárate o Luis Aragonés, a estos gladiadores que ha educado el Cholo a su imagen y semejanza y que con su fe mueven montañas. Hacía mucho tiempo que no se veía un equipo más seguro de lo que hace que este Atlético que se empleó con la personalidad de un grande, de un equipo que puede conquistar la Liga y la máxima competición continental. Se sobrepuso a un gol en contra, obra de Fernando Torres, pero la leyenda del Pupas ha volado, quizá para siempre. Los niños que vieron este duelo junto a sus padres y abuelos, veteranos que todavía lloran esa final perdida ante el Bayern en Heysel en 1974, ya piensan en positivo y son felices.

Simeone ha desterrado los viejos fantasmas y ha hecho un grupo campeón, capaz de remontar nada menos que en Stamford Bridge. De gobernar el juego, manejar los tiempos y acabar dando un recital ante un Chelsea rendido a la evidencia y encerrado en un rondito interminable. Su feudo se convirtió en un pequeño Calderón donde sólo se escuchó a la hinchada rojiblanca, que no cesó de corear el nombre de Luis Aragonés desde que Diego Costa marcó el penalti que suponía en ese momento el 1-2 y hasta el final. Los madrileños, que se verán las caras el 24 de mayo con su eterno rival en Lisboa, dominan muchos más registros que los blues. Su éxito es de mucho más calado, pero recordó a esa victoria en San Mamés que le confirmó como máximo favorito el gran título nacional.

Este juego no hay quien lo entienda. Cada día destroza todos los vaticinios y análisis previos y deja con el culo al aire a muchos ventajistas que extraen conclusiones a posteriori, con el arma arrojadiza de los resultados en la mano. Vistas las alineaciones, se pudo colegir que a a Mourinho y a Simeone les dieron sendos ataques de entrenadores a la hora del planteamiento. Al portugués porque recurrió a Azpilicueta como centrocampista- en muchas fases del primer tiempo fue casi en un extremo- y al argentino porque apostó por Adrián, un jugador que en su día estuvo cerca del Chelsea y es tan frío como genial. Ha defraudado este curso aunque jugó de forma genial la vuelta de cuartos frente al Barça, cuando Diego Costa estaba lesionado.

El Cholo, en cambio,prescindió de inicio de Raúl García, un navarro de oro que le ha dado vida al Atlético con sus goles clave, sus dejadas para las segundas jugadas y su enorme trabajo para la recuperación, ya sea como segundo punta o como defensa. Pero concluyó su técnico que por arriba los londinenses eran superiores, como demostraron en el primer asalto del Calderón, y buscó algo diferente con el asturiano. En una noche tan cerrada, antepuso el desborde, el cambio de ritmo, el regate y el desequilibrio al juego aéreo.

Rajoy: "En Lisboa ganará el fútbol español"

  • Felicitación del presidente

  • El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, gran aficionado al fútbol, transmitió en las redes sociales su felicitación "a la familia del Atlético de Madrid" por su clasificación para la final de la Liga de Campeones, y celebra que en Lisboa "ganará el fútbol español".

  • "Felicidades a la familia del Atlético de Madrid. En Lisboa ganará el fútbol Español", escribió en su cuenta minutos después de la victoria por 1-3 del Atlético en el campo del Chelsea, ern el partido de vuelta de semifinales.

El pamplonés fue de los mejores, ya que defendió bien las subidas de Filipe Luis, se prodigó en ataque y dio un gran pase a Fernando Torres que supuso el 1-0 cuando el choque estaba más igualado. Fue una jugada enorme de Willian cerca del banderín de córner, un buen desmarque hacia atrás del madrileño y un pase raso y medido de Azpilicueta. El disparo del fuenlabreño sobre la marcha se le hizo imparable a Courtois cuando golpeó en Mario Suárez, esta vez compañero de Tiago en el eje del centro del campo por la ausencia de Gabi, sancionado. La falta del capitán no es cuestión baladí en el Atlético. Es la prolongación del entrenador sobre el campo, el tipo que marca la línea de presión, el jugador que arenga en la conjura, el profesional íntegro que siente los colores como nadie.

Un gol clave

Simeone puede alardear de que Adrián marcó el empate cuando el primer tiempo moría. Apenas había aparecido el asturiano pero remató en semifallo y selló un gol que iluminaba el sombrío panorama. iago, ex del Chelsea, marcó los tiempos, amagó con disparar, pero se la puso a Juanfran en el segundo palo. Más con la espinilla que con el empeine, el asturiano cazó la asistencia del alicantino. Las tablas hacían justicia a lo visto en un primer tiempo muy táctico pero algo más abierto que el duelo de ida. El Chelsea se movió sólo a impulsos. Buscó las internadas veloces de un Torres muy activo o los balonazos para ganar la espalda de Juanfran y Filipe, mejores en ataque que en defensa y con dificultades en el juego aéreo. El Atlético salió muy bien. No se cerró atrás, gobernó el centro del campo y pisó más el área.

La exhibición de los colchoneros tras el descanso fue de época. Entendieron que eran mejores y se fueron a buscar a los británicos con el descaro de los privilegiados. Dominaron todas las facetas, si bien es cierto que la acción clave la protagonizó Courtois al desviar un cabezazo de Terry. No le veía claro Mou. Debía arriesgar y e hizo el haraquiri. Etoo por Ashley Cole y Azpilicueta al lateral. Nada más entrar, el camerunés cometió un claro penalti sobre Costa. El brasileño ha estado errático este curso en esa suerte pero cogió al balón con fe. Lo colocó en un hoyo, se llevó una tarjeta por pisotear el césped, se empujó con Terry, lanzó y no perdonó. El Atlético acariciaba ya la final pero la faltaba saber defenderse con el balón, no atrincherarse. A la desesperada, el Chelsea siempre es más peligroso. David Luiz tuvo el empate. pero entre el poste y una mano milagrosa y afortunada de Courtois lo evitaron. Cuando entró Raúl García para aportar más músculo, el Atlético encontró aún más oxígeno y confianza. Llegó el tercero, obra de Arda tras un nuevo centro de Juanfran. El baile fue rojiblanco. Lo castizo se impone en Europa.

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