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El Atlético se supera y fulmina al Barça

El Atlético se supera y fulmina al Barça

El bloque de Simeone ofrece otra demostración de fútbol y carácter con una victoria que se quedó muy corta frente a un triste conjunto azulgrana

AMADOR GÓMEZ

Jueves, 10 de abril 2014, 08:48

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Cuarenta años después el Atlético de Madrid está en las semifinales de la Copa de Europa. Lo que parecía una utopía al comienzo de una temporada que ya es histórica para el equipo de Simeone, es por fin una realidad para los rojiblancos, que tras tomar ventaja en la eliminatoria con su empate en el Camp Nou se superaron en el Vicente Calderón, donde ofrecieron un partido memorable a sus aficionados.

Fue un encuentro fantástico del 'Atleti', al que no hizo justicia la victoria por la mínima, porque si no llega a ser por los palos y por Pinto, que salvó otros tres goles, este triste y desconocido Barcelona habría sufrido una verdadera humillación. Este Atlético que no deja de crecer y asombrar, muy superior al Barça ante sus aficionados, ofreció su mejor versión frente a los azulgrana en el momento más trascendental.

Al contrario que el Barcelona, empequeñecido ante el carácter, el juego, la fe y el esfuerzo coral del Atlético. Con el triunfo del colectivo. Mérito de Simeone, que ha convertido al 'Atleti' en un bloque poderosísimo que ya no teme a nadie. Al ataque, como demostró en un arranque de ensueño, y defendiendo, como pocos lo hacen en el continente, cuando tuvo que resistir. Al contrario que Martino, que abrió un poco más su puerta de salida, y no sólo por este fiasco, sino también por sustituir a Iniesta, a quien el Atlético impidió iluminar a su equipo.

Los primeros 20 minutos del Atlético fueron impresionantes, con una valentía y una presión tan demoledora que, ante la verbena de la defensa azulgrana, permitió que los rojiblancos marcasen un gol y mandase hasta tres balones a los palos. Fue un espectáculo lo que ofreció el equipo de Simeone en ese sorprendente inicio en el que el Barça, con un balón perdido tras otro, fue absolutamente desarbolado por el 'Atleti'.

A base de la conocida intensidad de los colchoneros y de su sacrificio colectivo, los del Manzanares borraron del campo a los culés en un tramo en el que, el trabajo en el terreno y la pasión de la grada permitieron revivir momentos de fútbol grandiosos para el Atlético, desconocidos para un Barcelona asustado frente al brío, la precisión y la ambición sin tregua de los locales. Sólo le faltó al Atlético puntería para reflejar en el marcador el baño que le dio al conjunto de Martino, lastrado por las ausencias de Piqué y Valdés y a merced de un rival encorajinado por la baja de Diego Costa, que sólo se acusó cuando hubo que contragolpear tras el descanso, cuando los azulgrana sí que mordieron durante un cuarto de hora pero no encontraron ninguna salida.

Sin suerte en el remate

No hubo suerte en el remate, perdonó el Atlético y así pudo sobrevivir el Barcelona, mientras los rojiblancos les pasaban por encima, agarrados al carácter y al fútbol de ataque que necesitaba para meter miedo a los azulgrana e intentar sentenciar una eliminatoria que se presentaba, como los cuatro anteriores duelos de la temporada, igualadísima.

Sin embargo, en el arranque de ensueño certificó el Atlético una superioridad que pudo dejar al Barcelona contra las cuerdas, gracias a continuos balones a la espalda de la defensa visitante que no acabaron en gol porque lo evitó la madera ante un par de disparos de Villa y otro, en la jugada del 1-0 de cero, de un magnífico Adrián, al que los ánimos dados en la víspera por Simeone transformaron en una de las figuras de un bloque asombroso. Como era de esperar, después golpear, de tanto desgaste, y de la solidez defensiva mostrada a lo largo de toda la temporada, los de Simeone dejaron jugar a un Barcelona demasiado lento, en el que sólo generaban peligro Messi y Neymar.

Mientras el argentino, como 'falso 9', tampoco acertó en un par de ocasiones en la primera parte, las esperanzas del Barça estaban en el desborde del brasileño por la banda izquierda, donde Iniesta, demasiado gris, aunque nadie pudo entender su cambio, jugó más atrasado que de costumbre para intentar equilibrar el esforzado y táctico medio campo del Atlético. Neymar, a quien Courtois le arrebató en el comienzo de la segunda parte la posibilidad de empatar, sólo pudo presumir al final de un espectacular caño a Tiago, porque, como sus compañeros, se enredaron ante la tela de araña dispuesta por el Cholo y la muralla rojiblanca que fue imposible de rebasar por un Barcelona desconcertado.

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