El viaje a la humildad del Real Madrid
Desde los exteriores al terreno de juego, pasando por el vestuario o los pasillos del Príncipe Felipe, el equipo blanco experimentó un golpe de realidad en Cáceres
Por mucho que el Cacereño se afane –que lo ha hecho– en adecentar al máximo su estadio ante la lujosa visita del Real Madrid para ... la eliminatoria copera, la expedición blanca se topó en suelo extremeño con un golpe de pura realidad. La otra realidad, la más extendida e imperante en el fútbol, y que apenas saborea el vigente campeón de la Champions y la Liga. La de la humildad frente al confort. La del acaudalado que, aunque sea por unas horas, debe acoplarse a la cotidianidad del modesto.
Una modestia que aparece incluso antes de pisar Extremadura. Con el viaje. Carente Cáceres de aeropuerto, desde protocolo del Real Madrid confirmaron que el equipo salió de Valdebebas en autobús el mismo martes a las 9.00 de la mañana rumbo al cacereño Hotel Barceló V Centenario. Se descartó así el avión, que es el medio habitual incluso para trayectos cortos. Por ejemplo el reciente a Valladolid del viernes, polémico porque el vuelo privado de unos 20 minutos desde Barajas tiene otras alternativas menos contaminantes como el AVE (50 minutos) o la autovía en autobús (unas dos horas). Tres horas y media emplearon en llegar hasta Cáceres, una incomodidad a la que no está acostumbrada el plantel madridista y a la que el técnico Carlo Ancelotti contestó con su habitual caballerosidad valorando que así puede contemplar el paisaje español.
Un par de horas antes de que los dioses blancos pisen el coliseo verdiblanco, el club muestra a este diario el recorrido que harán jugadores, cuadro técnico y demás empleados desde la llegada con el bus hasta la salida hacia la hierba para el calentamiento. Un club totalmente desbordado ante las circunstancias. Cientos de aficionados se agolpan en las puertas a la espera de que aparezcan.
Tres horas antes del inicio del choque los utilleros del equipo blanco ya tienen preparadas las equipaciones
«Créeme que hemos visto vestuarios de equipos de Primera que estaban peor que este», cuentan
Mientras, tres horas antes del choque, empleados del Real Madrid ya tienen preparada toda la equipación que usará el campeón de Europa. Lo tienen tan colocado ya todo que les sobra tiempo para una tranquila partida de cartas. «Créeme que hemos visto vestuarios visitantes de equipos de Primera División que están peor que este. Puedes decirlo tranquilamente», nos cuentan utilleros y miembros de prensa de la casa blanca. Cada jugador ya tiene la vestimenta en su sitio, milimétricamente doblada, a la espera de que llegue el autobús desde la concentración del hotel cacereño ante una marea de hinchas extremeños. Entre esas vestimentas, la de Eden Hazard, que regresa al equipo. O la de Militao, Lucas Vázquez, Asensio, Rodrygo y numerosos miembros del plan B del técnico italiano.
Un estadio que luce para la ocasión, con numerosa publicidad de la Copa del Rey en el interior y en el exterior. Un auténtico ejército de vigilantes, policía y miembros de seguridad vigilan para que espectadores, prensa, etc. vayan por el sitio por donde deben ir, pero no siempre se consigue. La gente del club, pese a los refuerzos, es insuficiente para tanto trasiego. «Nunca nos hemos visto en una de estas, pero no siempre te viene el Real Madrid», comentan desde la entidad verdiblanca.
Un Real Madrid que este martes, aunque fuera por unas horas, bajó a la tierra, acostumbrado a vivir en las alturas. Los pasillos del vetusto feudo cacereño se quedaban pequeños para tanto séquito en la llegada del plantel. El vestuario al menos aprobaba el examen, si bien seguro que no están acostumbrados a esas dosis de humildad. Y faltaba por comprobar el césped, que no presentaba un mal aspecto pese a las recientes lluvias. Pero la humildad es lo que tiene.
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