El Coria desborda el delirio a orillas del Alagón
El conjunto celeste afronta el sorteo reforzado tras someter a un club de superior categoría
En la pasada velada sabatina, la capital de la comarca del Valle del Alagón rezumaba felicidad por los cuatro costados. Contra todo pronóstico, y en ... su segunda participación en la Copa del Rey, lograba dejar en la cuneta a un rival de Primera RFEF con pasado reciente en el fútbol profesional y se clasificaba para la segunda ronda. El 2-0 con el que sometió al Fuenlabrada reflejaba una superioridad inusitada que neutralizó las diferencias de categoría y presupuesto. Alberto Urquía, el arquitecto de la utopía, contó con una cuadrilla de obreros que levantaron los cimientos de una gesta sin precedentes en la entidad: «Me he dado un abrazo con cada uno de ellos. Han hecho feliz a mucha gente de aquí», comenzaba su alocución tras el encuentro.
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El preparador celeste ya avisaba en la previa: «Si tenemos un buen día y ellos no, podemos pasar». Un silogismo simple que tuvo su demostración empírica el sábado ante un Fuenlabrada abrumado y completamente superado por el nivel de intensidad de los locales. «Han estado todos a un nivel muy alto, han hecho un partidazo, estoy muy contento con ellos».
A Alberto Urquía se le notaba ostensiblemente orgulloso, no escatimó en elogios ante la capacidad de sacrificio y resiliencia de los suyos. Especialmente porque supieron reponerse a dos factores acuciantes. La inesperada y dolorosa derrota ante el Alcorcón B dejó tocado al grupo y el bloque celeste sufría bajas tan sensibles como las de el goleador Nané o Isma Cerro. Eso obligó a reconvertir a futbolistas que ocuparon posiciones poco habituales y cuyo rendimiento superó las expectativas. Como es el caso de Traver: «No es punta y no es la posición que más le gusta, pero pensábamos que tendríamos espacios y se ha asociado bien por dentro. Nos venía bien alguien con libertad para caer a un lado y a otro, para venir en apoyo y con espacio en la espalda. Su velocidad nos ha dado mucho».
Pero el preparador extremeño resalta el gen luchador de los suyos por encima de cualquier otra circunstancia. «Este equipo compite, habrá días que no estemos finos, pero no baja los brazos nunca y el que nos quiera ganar tendrá que sudar mucho». Es un aviso a navegantes para el próximo forastero que desembarque en La Isla en la ronda copera cuyo destino designará el bombo de este miércoles. Llegados a este punto, Urquía reconoce que no hay preferencias. «Un Primera, el que sea».
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La proeza ya se ha cumplido, todo lo que venga a partir de ahora será un «premio gordo», como comentaba a este diario en las horas previas al compromiso en el torneo del KO. «Para el club era muy importante conseguir el pase, es un día histórico». Además, se ha despertado en la localidad un entusiasmo que es el mejor legado: «La idea es enganchar a la gente y estos partidos ayudan».
Particularizó en los hombres de la retaguardia, porque la solidez y la fortaleza atrás fue una de las claves: «Defensivamente han estado muy bien, con los centrales junto a dos puntas que han generado situaciones de dos contra dos». Y también se refirió a otro de los protagonistas, un Alberto Bernardo que se sacó de la chistera un misil de fantasía que rompió la resistencia madrileña para hacer vibrar a una grada que no daba crédito a lo que estaba viendo. «Tiene un golpeo espectacular, quienes estamos con él en los entrenamientos ya le hemos visto alguna de esas, pero que lo haga en un partido de Copa tiene mérito». El autor de una de las acciones para el recuerdo y que pervivirá en la retina de los caurienses por muchos años, ironizó y recurrió al humor para describir su hazaña. «El mejor despeje que he visto en mi vida, ha sido brutal», explicaba el atacante manchego, que inauguró el marcador. Su narración está cargada de emotividad y de tintes épicos, porque se dejó todo en el verde hasta que el cuerpo dijo basta. «Después de la tarjeta, y con el césped resbaladizo, estaba tieso, pero ha sido una alegría inmensa».
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Más allá de lo que supone a nivel de gesta en el torneo del KO, considera que el partido ha mostrado un camino a seguir que debe servir de guía para la temporada. «Sabemos que hay 21 tíos que se van a partir el pecho, pero ya no hay excusas, hay que dar lo de hoy siempre». Enchufados, con un nivel superlativo de motivación y «compitiendo al 200%, en casa no hay rival que sea muy superior», recalca.
En cuanto al análisis más pormenorizado del encuentro, más allá de su tanto y el que cerró el triunfo con un gran disparo cruzado obra de Miguel Cera, «la clave ha sido el balón que ha parado Diego con 0-0, que ha sacado un gran pie, porque si se ponen 0-1, se hace cuesta arriba». Algo en lo que coincidió su entrenador. «Es el primer partido en el que juega y cuando ha tenido que intervenir lo ha hecho muy bien». Toca sorteo y el Coria ya ha demostrado que quien vaya a La Isla tendrá que remar para seguir surcando las aguas coperas.
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