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¿Qué ha pasado este sábado, 6 de diciembre, en Extremadura?
Gala Merino, Mayte Pérez, Bea Galán, Marga Ramos y Nerea Cáceres están al frente del CD Badajoz femenino. HOY

Un equipo de fútbol femenino por dentro y por fuera

Las caras del deporte ·

El conjunto blanquinegro, que milita en Primera Nacional, destaca por tener un cuerpo técnico íntegramente compuesto por mujeres

Martes, 1 de diciembre 2020, 13:48

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El fútbol femenino lleva años intentando culminar un despegue no exento de turbulencias. A pesar de los esfuerzos de LaLiga y las federaciones por profesionalizarlo, aún queda mucho camino por recorrer. Prueba de ello es que la mayoría de equipos femeninos están pilotados por hombres.

En la Liga Iberdrola, la máxima categoría del fútbol femenino, hay 18 equipos. Solo en tres de ellos las mujeres están al mando. Es el caso del Levante, de la Real Sociedad y del Sporting de Huelva. Una escalón por debajo, en Reto Iberdrola, de un total de 34 conjuntos, seis están capitaneados por féminas.

En Primera División Nacional, el equivalente a Segunda B masculino, los equipos se reparten en diez grupos. En esta liga, los conjuntos extremeños que tienen representación -seis en total- compiten en el grupo IV, compuesto por 14 clubes. Solo dos son entrenados por ellas. Uno de estos, además, tiene una peculiaridad y es que todo el cuerpo técnico está compuesto por mujeres. Es el caso del CD Badajoz femenino, liderado por la oliventina Bea Galán.

«Me gusta tanto el fútbol que siempre tuve claro que no quería desvincularme de él», recuerda la entrenadora. Por eso, con 19 años obtuvo el primer título para poder entrenar en fútbol base. Cuando finalmente colgó las botas, con 26, el técnico del Olivenza le propuso quedarse en el lado de banquillo. Un par de temporadas después ya estaba inmersa en la formación reglada para poder estar al frente en cuaquier categoría.

Sus primeras experiencias fueron dirigiendo al Olivenza y al San Jorge, ambos masculinos. Actualmente, desde hace ya tres años, ha conformado un cuerpo técnico a medida en el CD Badajoz femenino. En su primera temporada -2018/2019- se enfrentó al difícil reto de construir un equipo de la nada. Lo consiguió y además, lo ascendió a Primera Nacional. El año pasado, la covid-19 paralizó la competición y quedaron terceras. Y este 2020, por el momento, las cifras son buenas, pues las blanquinegras llevan siete partidos sin perder, siendo colíderes junto al Betis.

Bea Galán está escribiendo la historia del conjunto pacense, acompañada de Marga Ramos, quien ha ejercido en las dos anteriores temporadas como segunda entrenadora y en esta se encarga de la estrategia; Gala Merino, psicóloga, que gestiona la parte emocional de las jugadoras y cuya labor Bea considera de gran importancia; Mayte Pérez, la preparadora física que además, trabaja codo con codo en la recuperación de lesiones con Nerea Cáceres, la fisioterapeuta. Juntas conforman un cuerpo técnico experimentado pero atípico por dos razones: son jóvenes -todas rondan la treintena- y son mujeres.

Pero, ¿por qué hay tan pocas entrenadoras y otros cargos de responsabilidad dentro de los clubes femeninos? Bea Galán cree que las mujeres en el deporte cuentan con un hándicap: tener que demostrar su valía un poco más que los hombres. «Me han llegado a decir que necesitaba a un hombre al lado para que los jugadores me respetasen, pero yo quiero ser respetada por mi trabajo, no por ser mujer u hombre», asevera. Además, tiene diversas anécdotas en las que la han confundido con la delegada de campo o incluso con la masajista. «A la gente todavía le cuesta ver a una entrenadora. Pero también tengo muchas experiencias positivas; personas que nos han felicitado y nos han dicho que somos unas valientes».

Opina que la clave para que no sea una excepción un cuerpo técnico femenino es la visibilidad. «Que salgan mujeres en los medios de comunicación es muy importante porque la gente lo empieza a normalizar», indica. Ella tiene muy claros sus referentes. Admira a María Pry, actual entrenadora del Levante, y a Maribel Márquez, que lideró hace algún tiempo al Sevilla femenino. «De la primera me gusta mucho su filosofía y a la segunda le pido consejos a veces», cuenta.

Diferencias de género

La deportista oliventina no ve diferencias entre un vestuario masculino o femenino. Por norma general las mujeres tienen más sensibilidad y detalla que a algunos de sus jugadores les chocaba cuando les preguntaba cosas que sus entrenadores no les habían cuestionado antes, como si se encontraban bien, qué tal les había ido en el trabajo o si estaban descansados. «Pero quitando esas salvedades, para mí es solo fútbol», recalca.

No obstante, reconoce que la complicidad que tiene con sus compañeras Marga, Mayte, Gala y Nerea es óptima para estar en lo más alto de la tabla. «La relación tan cercana que tenemos nos hace crear grandes cosas, porque cuando trabajas con gente profesional y de confianza, todo sale mejor».

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Un equipo de fútbol femenino por dentro y por fuera