Arturo Álvarez observa desde la línea de fondo una jugada en el Cáceres-Cantabria. Armando Méndez
LEB Oro

Los siete pecados capitales del Cáceres

Los verdinegros esquivaron el descenso por la derrota del Melilla en Burgos pero el viernes serán de Plata si no ganan al Ourense; estas razones explican su grave crisis

Marco A. Rodríguez

Badajoz

Lunes, 15 de abril 2024, 21:15

Mal asunto cuando un técnico acumula ruedas de prensa en las que lanza más halagos al trabajo del adversario que a su propio equipo, si bien el pasado fin de semana era lógico puesto que Arturo Álvarez regresaba a su tierra, Asturias. La verdad es que la temporada del Cáceres no está siendo para grandes elogios y abundaron más los palos que las zanahorias en sus comparecencias, si bien le honra que él se incluye como responsable. De la esperanza ha pasado a reconocer que solo un milagro evitará un descenso que casi fue matemático el domingo tras la derrota en Oviedo. De haber ganado el Melilla en Burgos –algo más que improbable–, el club verdinegro ya sería carne de LEB Plata, aunque solo ha esquivado un golpe que podría ocurrir en la noche del viernes si no gana en el Multiusos (20.45 horas) al Ourense. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Siete pecados capitales pueden explicarlo.

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1) Confección de la plantilla

Las lesiones de los 'Pablos' en los albores del curso ya hacían sospechar que el plantel no tenía efectivos válidos, tanto en calidad como en cantidad. Dos entrenadores después, se ha evidenciado que este equipo no compite como querrían sus seguidores. Ni Roberto Blanco ni Arturo Álvarez lograron implicarles para tener una rotación con posibilidades. Error grave de la dirección deportiva para dotarles de armas suficientes para dignificar el trabajo, ni en la pintura ni fuera de ella.

2) Demasiado dóciles fuera de casa

Para cualquier técnico de la LEB Oro que te visite el Cáceres debe ser casi una bendición. Sigue sin ganar lejos del Multiusos en lo que va de temporada y acumula ya un año sin hacerlo. La última alegría data del 18 de marzo de 2023, ante Cantabria (93-96) y ya ha llovido. Así es muy difícil, salvo que hagas de tu feudo un verdadero fortín, otra misión no cumplida en este aciago curso 2023/24. Curiosamente, casi rompe el maleficio hace dos semanas en la pista del San Pablo Burgos, que necesitó dos prórrogas para doblegar a los extremeños (109-102) en una locura de encuentro donde dieron la cara.

3) El Multiusos no fue factor

Aunque no de forma tan sangrante como en los compromisos a domicilio, en casa el Cáceres no asusta a nadie. Las seis victorias de la campaña proceden todas del Multiusos, pero se antojan escasas para no pasar los apuros por los que está atravesando hace meses y que parecen tener el mismo destino. Un Multiusos al que años atrás se aferraron los verdinegros para salvar la categoría cuando estuvo en serio riesgo.

4) Fragilidad mental

Ya lo dejó caer Blanco con los primeros nubarrones y lo lleva repitiendo Álvarez como si fuera un mantra. Este domingo tras el choque en Oviedo por enésima vez. Y es que cualquier parcial que encajan los cacereños se les hace un mundo. Son incapaces de agarrarse a la pista en cuanto pintan bastos. Si el rival acelera con un parcial de 12-2, por ejemplo, parece que el encuentro está perdido y no hay nada que hacer, vino a decir el técnico asturiano, que razona en el aspecto mental esa carencia, en el sentido de que la pesada losa de las derrotas pasadas suponen un serio obstáculo para las victorias presentes o futuras. El equipo no es nada fuerte en ese aspecto tan importante de un juego de vaivenes psicológicos como es el baloncesto y lo paga en exceso.

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5) Sentir más la camiseta

Sin que resulte populista, estos jugadores tendrían que ser más conscientes de donde juegan y de lo que fue –y es– Cáceres en el mundo del deporte de la canasta. Por la impresión que dan en un gran número de partidos que terminan con resultados demasiado abultados, no lo parece. El manido asunto del orgullo, etc. La defensa practicada ante los exteriores del Oviedo –que les cosieron a triples– es buen ejemplo de ello. El Cáceres, desde hace ya meses, no juega partidos, sino finales, y no reflejan ese sentimiento. Quizá falte un líder en la pista y en el vestuario que ponga las pilas a los demás.

6) Más apoyo de la afición

Desde todos los estamentos del club siempre hay palabras amables para la afición del Cáceres, pero es tangible que su apoyo podría subir un escalón. Un dato es revelador. Un millar de aficionados en el encuentro más vital de la temporada en el Multiusos con los verdinegros acechados por el descenso. Es muy mejorable. El club lo ha intentado todo, con iniciativas y actividades encaminadas a que los hinchas acudan después al pabellón, sin suerte.

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7) El despido de Roberto Blanco

En el baloncesto, los números y la estadística son los mejores 'influencers'. Y las cifras cantan. Solo una victoria en doce choques de Arturo Álvarez desde que tomó las riendas del banquillo tras el dramático despido de un hombre de la casa –aunque placentino– y muy querido como Roberto Blanco. Álvarez aterrizó en Extremadura cuando el Cáceres era penúltimo, idéntica posición a la actual, pero tenía cinco victorias en su casillero por trece derrotas. Una decisión que se ha corroborado como errónea. La directiva pensó que en esta ocasión se precisaba un revulsivo que moviera el avispero, pero la medida no funcionó.

Es el séptimo de los pecados capitales de un Cáceres Patrimonio que, salvo milagro, podría bajar este viernes a la tercera categoría del baloncesto nacional.

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