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Juego de venganzas
Baloncesto | Mundial

Juego de venganzas

España vuelve a encontrarse con Francia en un duelo en el que parece que siempre existen ánimos de revancha y ganas de hacer rendir cuentas pendientes al vecino.

Luismi Cámara

Domingo, 7 de septiembre 2014, 21:56

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Los duelos entre Francia y España se han convertido en un clásico del baloncesto internacional en los últimos años, con partidos en los que normalmente suele haber algo importante en juego. La calidad de ambas plantillas y la ambición de sus componentes han hecho que cada encuentro entre los vecinos acabe en un choque de trenes en los que siempre existen cuentas pendientes.

Los galos han querido destacar la victoria en la semifinal del pasado Eurobasket de Eslovenia y las ganas de venganza de los anfitriones desde el día que se conoció la coincidencia de 'La Roja' y 'La Tricolor' en el mismo grupo de la primera fase del Mundial.

Sin embargo, Juan Antonio Orenga ha repetido hasta la saciedad en las últimas semanas que el torneo continental de 2013 nada tenía que ver con este campeonato. «Son diferentes jugadores, diferentes partidos, diferentes situaciones», insistió el seleccionador tras batir a Senegal en octavos de final, y volvió a nombrar a Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Serge Ibaka y Felipe Reyes, que no estuvieron el verano pasado. Y reiteró las ausencias en Madrid de Tony Parker y de Alexis Ajinça, tan importantes en la consecución del oro en el Europeo. Hasta Rudy Fernández, uno de los miembros del equipo al que suelen tener más ganas sus adversarios en la cancha y la afición rival en la grada, sólo señalaba el encuentro como «especial», pero sin darle más importancia más allá de lo deportivo. El escolta madridista quitaba también hierro al último tropiezo porque, si los franceses ganaron en Eslovenia, los españoles lo habían hecho antes en varias ocasiones consecutivas.

Pero fueron los pupilos de Vincent Collet los que volvieron a despertar viejas rencillas en cuanto pudieron y apelaron a la necesidad de desagravio tras la contundente derrota de hace unos días en Granada. El 88-64 que infligió España a Francia parece haber escocido más de lo necesario a unos jugadores que retomaban la palabra «venganza» en sus vocabularios.

El base del Baskonia Thomas Heurtel explicó tras batir a Croacia la ilusión que le hacía volver a encontrarse con los Gasol y compañía y el afán de «revancha» que se sentía entre los suyos.

La estrella francesa, Nicolas Batum mostró también sus ganas de desquitarse. El escolta de los Blazers, habitual participante en las refriegas con los vecinos y uno de los señalados por los pitos de los aficionados en la liguilla, comparó estas batallas con «duelos a vida o muerte» y, cómo no, citó la semifinal de 2013. «La última vez que nos vimos en una eliminatoria a cara o cruz ellos perdieron. Por eso, intentarán que su venganza sea el miércoles, porque la fase de grupos no dejaba fuera a nadie», se empeñó en destacar.

En el bando local, Ricky Rubio, precisamente, uno de los que estuvo en esa supuesta debacle de 'La Roja', pensaba sólo en superar al adversario como paso necesario en el objetivo final de alcanzar el partido del próximo domingo y trabajar sobre la base del duelo de Granada. «Nos conocemos mucho. Tenemos que seguir haciendo bien las mismas cosas que funcionaron y corregir las que hicimos mal, como frenar su rebote ofensivo». El base de los Timberwolves adelantó que el margen para preparar la eliminatoria que daban los casi cuatro días iba a hacer que fuera un encuentro «de nivel táctico elevado».

Orenga, por su parte, valoró positivamente el tiempo de descanso entre los octavos y los cuartos porque, en un Mundial en el que han jugado seis partidos en ocho días, este parón iba a «servir para que los jugadores se recuperen de golpes, empujones y sobrecargas». Uno de los que lo agradecerá será Pau Gasol, que comentó no encontrarse demasiado bien tras los octavos de Senegal. Sin embargo, su técnico no le dio excesiva importancia y confía en que «todos lleguen bien» ante Francia, limpios de sentimientos de revancha y ánimos de venganza. Esa venganza que sólo Francia parece querer cobrarse.

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