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Luis Parejo, ayer en el Multiusos con dos metafóricos balones. L. CORDERO
LEB ORO

Luis Parejo, un simple giro del destino

El capitán del Cáceres, que meditó dejar el baloncesto antes de su fichaje en 2013, cumplirá el domingo 200 partidos con el club verdinegro

J. CEPEDA

Martes, 11 de febrero 2020, 08:11

Juan Magán y su 'Mal de Amores' suena en las emisoras de música comercial en un Madrid casi desértico y conquistado por turistas que, sombrero en la cabeza y botella de agua en mano, desafían de tú a tú a un verano que a la postre se alzaría como el decimoséptimo más caluroso de los últimos 40 años. Es agosto de 2013 y Luis Parejo (Almería, 5 de febrero de 1989) ha pensado en dejar el baloncesto.

El hoy capitán del Cáceres, que este domingo en Palma de Mallorca jugará su partido número 200 defendiendo la enseña verdinegra, bien podría haber sido el protagonista del 'Simple twist of fate', de Bob Dylan, pues un simple giro del destino recondujo sus designios vitales: «Ese verano estuve a punto de dejar el baloncesto. Acabé la temporada en Castellón y fue un año muy bueno porque nos metimos en playoffs. Toni Ten, el entrenador, me quería renovar, pero el club todavía no tenía la viabilidad económica suficiente como para sacar el equipo adelante. Hice en Madrid las prácticas de Administración y Dirección de Empresas y ya estaba metido de lleno en el mundo laboral. Cuando empezó agosto no tenía nada cerrado ni contaba con ninguna oferta deportiva que me ilusionara. Fue la llamada de Ñete Bohigas un 8 o 10 de agosto la que hizo que siguiera», rememora.

Aquel joven jugador que llegó a tierras extremeñas con afán de crecimiento es hoy padre de familia y se ha convertido en toda una institución no solo en el propio Cáceres, sino también en una ciudad que ya siente como suya. Algo inimaginable por entonces: «Echo la vista atrás y no me creo que lleve siete temporadas aquí y vaya a cumplir 200 partidos. En aquella época el baloncesto español estaba como estaba y me vi obligado a jugar una campaña en cada sitio. Fue llegar a Cáceres y encontrar la estabilidad. El segundo año ya me nombraron capitán y el cariño de los aficionados propició que cada temporada me sintiese más a gusto».

«El verano de 2013 estuve a punto de dejar el baloncesto. Fue la llamada de Ñete Bohigas la que hizo que siguiera»

«Me siento afortunado por hacer lo que me apasiona y mi sueño es ser capitán del Cáceres en la ACB. Sé que es complicado, pero nada es imposible»

Formado en las categorías inferiores del Real Madrid, donde recaló desde los 14 hasta los 19 años, Parejo fue posteriormente, quién lo diría hoy, todo un nómada del baloncesto patrio, pues antes de aterrizar en el Multiusos jugó en Fuenlabrada, Illescas, Tíjola, Ávila, Alcázar de San Juan y Castellón. El hecho de abandonar su casa a edad tan temprana, ¿favoreció esa faceta integradora que demuestra en el vestuario? «Yo creo que sí, pero no solo eso, sino también los valores que me inculcaron mis padres y mi familia. Las cinco temporadas en el Real Madrid me sirvieron para madurar y para vivir experiencias tanto buenas como duras. Como capitán, una de mis facetas es arropar a la gente para que los jugadores se sientan a gusto cuanto antes. Es una de mis labores y me encuentro muy bien desarrollándola».

El alero verdinegro, que logró sin problemas compatibilizar los estudios con la práctica deportiva, dice ser un privilegiado por tener la oportunidad de disfrutar día tras día de su verdadera pasión: «En esta vida hay ciertos trenes que hay que coger porque son experiencias únicas. Me siento afortunado por hacer lo que me apasiona, que es jugar al baloncesto. Si no desempeñas tu trabajo con pasión, es imposible sentirte realizado», explica.

Ñete Bohigas y Roberto Blanco son los técnicos a cuyas órdenes ha estado en el Cáceres. ¿Qué le ha aportado cada uno de ellos? «Ñete me ha transmitido el saber estar en cada situación, así como la templanza para tomar decisiones en los momentos más complicados. Roberto es pasional y vive todo con muchísima intensidad en el día a día y en los propios entrenamientos. Tienes que estar metido al cien por cien. Con él he aprendido que no te puedes relajar nunca».

A juicio de Parejo, la estrecha relación de amistad que tiene con el actual preparador no influye en los quehaceres profesionales: «En el momento en el que él se pone el polo de entrenador y yo la camiseta de jugador, eso se olvida. De hecho, seríamos malos profesionales si influyese. Como capitán y como entrenador sí aprovechamos esa complicidad para tener una comunicación transparente».

Respecto a los mejores momentos vividos con la elástica verdinegra, el capitán, que es quien más veces ha vestido la camiseta del Cáceres, guarda en un lugar privilegiado el día del ascenso a LEB Oro con su ya mítico triple ganador frente al Guadalajara en abril de 2015. Del mismo modo, también hace referencia a la última jornada de la pasada campaña, cuando los verdinegros salvaron la categoría en la cancha del Canoe: «Fueron dos días muy emotivos».

El jugador del Cáceres, que llegó a debutar con el primer equipo del Real Madrid en un amistoso frente al CAI Zaragoza a las órdenes del croata Bozidar Maljkovic, también tiene grabadas a fuego sus incursiones como internacional en las categorías inferiores de la selección española como cadete, júnior y sub-20. Especialmente recuerda la medalla de bronce conseguida en el Europeo sub-16 en León con Ñete Bohigas al frente, así como otro bronce continental sub-20 en Grecia, con Gustavo Aranzana como seleccionador. No obstante, el almeriense de nacimiento y cacereño de adopción confía en que el mejor momento aún esté por llegar: «Mi sueño es ser capitán del Cáceres en la ACB. Sé que es complicado, pero nada es imposible».

Respecto a la ilusionante temporada realizada por un Cáceres que en la actualidad ocupa puestos de playoffs de ascenso, Parejo muestra prudencia y ambición a partes iguales: «Nuestro objetivo es la permanencia. Una vez podamos certificarla, tenemos que ir a por otro reto y a por el premio de los playoffs. El grupo se lo merece porque es trabajador, humilde y honesto en el día a día. Sería un buen colofón y si lo conseguimos iremos a por todas porque somos inconformistas», sentencia.

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Luis Parejo, un simple giro del destino