Dulce regreso a casa

Dos de dos. El Cáceres logró este viernes su segunda victoria de la temporada en otros tantos encuentros disputados tras derrotar en el Multiusos y con cierta autoridad al Ourense (75-66). Un dulce regreso a casa de los de Roberto Blanco, que supieron madurar a la perfección el envite durante la primera mitad para dar el zarpazo definitivo en la segunda. Hombres como Marcius -durante los 15 minutos que estuvo en pista-, Schaftenaar o Schmidt, este último decisivo en el arreón final, fueron puntales de una victoria que deja a los verdinegros invictos en este arranque de campeonato. Todo ello ante unos aficionados totalmente entregados a la causa y que volvieron a disfrutar de su equipo 245 días después.

El juego interior fue el sustento de un Cáceres que en los primeros compases del encuentro movió bien el balón para que los interiores gozasen de golosas posiciones en la pintura. Por el contrario, el cuadro dirigido por Gonzalo García de Vitoria buscaba desde más allá de la línea de los 6,75 metros el oxígeno necesario para mantener unos guarismos parejos (13-12) pasado el ecuador del primer cuarto. Uno de los momentos más esperados se dio con la salida de Sandi Marcius a menos de tres minutos para el final del primer acto. El primer balón que tuvo entre sus manos lo transformó en dos puntos para los extremeños, dando continuidad a su buen hacer con una eficaz acción defensiva a renglón seguido. Aunque en el aspecto colectivo eran mejores las sensaciones en el Cáceres que en el conjunto visitante, los gallegos se fueron mandando al término de los 10 primeros minutos de juego merced al acierto en las individualidades (19-22), especialmente de Noguera desde el perímetro.

Obligado por la ausencia de Fran Cárdenas en la dirección, Ferrán Ventura tuvo que asumir el rol de base durante varios minutos del encuentro para dar descanso a Jorge Sanz. Mientras, el verdinegro Schaftenaar, la torre de los cacereños, dejaba muy buenas sensaciones en los dos lados de la cancha. Ourense, con la ausencia del exjugador verdinegro Joseph, que no pudo vestirse de corto, consiguió mantener un nivel aceptable para llegar a los seis minutos del segundo cuarto con un favorable 25-30.

Devin Schmidt, que había estado poco afortunado en sus labores de la rotación, dejó sitio a un Jeff Xavier que tampoco estuvo acertado en ninguno de los dos intentos que probó a continuación. Todo ello para llegar al descanso con un 33-36 para los visitantes.

La segunda mitad comenzó con un juego algo más trabado por parte de ambos equipos, para desesperación de los dos técnicos. Paco del Águila, con un afortunado triple que dio antes en la tabla, encendió la chispa para los de Roberto Blanco, que en un abrir y cerrar de ojos se colocaron 42-36 tras un parcial de 9-0. No estrenó el Ourense su casillero de puntos en la segunda parte hasta pasados los cuatro minutos y medio. Lo hizo por mediación de Dimitrijevic con un certero lanzamiento de tres. Pese a la tímida reacción del cuadro orensano, el Cáceres se soltó la melena por momentos en los últimos compases del tercer cuarto para adquirir 10 puntos de renta (50-40). Todo ello con un Marcius que marcaba diferencias dentro de la pista y cuya carga de minutos estuvo minuciosamente estudiada por el entrenador local.

Así las cosas, con el Ourense aún dentro del partido, se llegó a los últimos 10 minutos de juego con el 52-47. Schmidt vio aro a las primeras de cambio para dar impulso a los verdinegros desde la esquina. El estadounidense se desquitó de sus erráticos minutos anteriores anotando los ocho primeros puntos del Cáceres en este cuarto para poner el 60-49 a falta de poco menos de ocho minutos para el final del partido. Por si fuese poco, el escolta verdinegro también contribuyó defensivamente con un robo que acabó en una contra cacereña bien ejecutada. Volando sobre la pista, el Cáceres entró en los últimos seis minutos con una ventaja de 15 puntos (64-49). Aunque los gallegos no entregaron la cuchara y lucharon por el partido hasta el final tras reducir parte de la ventaja, el equipo de Roberto Blanco supo conservar sin mayores apuros una distancia prudencial para sellar el definitivo 75-66. Todo ello con el público del Multiusos totalmente entregado a la causa de un equipo que aún no sabe lo que es perder esta temporada.