El Cáceres tira un triunfo ante el colista que tenía en su mano

Desde el principio se pudo comprobar que los dos equipos no iban a realizar ninguna concesión ante la relevancia de lo que había en juego. Comenzó golpeando el equipo cacereño gracias al buen juego de pies de Dikembe y a su poderío físico en la pintura (0-4).

Los ataques locales acababan en lanzamientos triples que no entraban. Hasta que Txemi Urtasun clavó el primero. Fue el inicio de un parcial de 10-2, culminado con otro triple de Tamba (10-6).

Arturo Álvarez movió el banquillo y Bonilla acercó a su equipo a dos puntos, pero Peñarroya y Kolo volvieron a estirar el marcador en los peores minutos del Cáceres (18-13). Al final del cuarto, el equipo riojano mandaba en el marcador por cuatro puntos: 21-17.

Bonilla fue el protagonista del comienzo del segundo cuarto, en el que el equipo extremeño le dio la vuelta al marcador en los primeros minutos. Un triple de Nuga situó el 23-24 y después, entre Bonilla y Atencia -este con un triple- colocaron el marcador en 24-29, tras lograr un parcial de 3-12.

Kolo y Tamba sostenían al Clavijo, mientras que Balaban se hacía fuerte en ataque para cerrar el segundo cuarto con una ventaja de seis puntos, 31-37, gracias a un 10-20 en el cómputo del cuarto.

El tercer parcial comenzó con dos canastas de Moreno, contrarrestadas por un triple de Raitanen y una canasta bajo el aro de Dikembe. Nicolau cogió el relevo del escolta para empatar a 42 el choque.

Txemi Urtasun se unió a la fiesta para situar un inquietante 49-46. Entonces, el Rioverde Clavijo se metió en un bache total. Los triples de Gantt -dos- y Nuga, más dos canastas de Atencia, dieron cuerpo a un parcial de 0-13 para hacer crecer la diferencia hasta los diez puntos, 49-59.

Lo tenía todo a su favor el Cáceres, que comenzó el último acto con 51-61, para amarrar un triunfo balsámico. Sin embargo, no fue capaz de mantener la diferencia, que fue menguando por la buena defensa local y por los nervios e imprecisiones de los jugadores del cuadro verdinegro.

Cada minuto que pasaba el Clavijo se acercaba un poco más en el marcador. La tensión se apoderó de la cancha y el balón quemaba en las manos a todos los jugadores del equipo cacereño.

Txemi Urtasun, uno de los ilustres veteranos de la categoría, olió sangre y se lanzó a por un triunfo en el que pocos creían en el Palacio de los Deportes. Con la ayuda de Peñarroya y, sobre todo, Tamba, el cuadro logroñés endosó un parcial de 10-0 que hizo parar el cronómetro a Arturo Álvarez (72-71). Demasiado tarde. Su equipo estaba hundido y su rival, lanzado.

Moreno, con dos tiros libres, amplió la diferencia a tres puntos. Las caras de Atencia, Gantt y compañía eran un poema.

Txemi Urtasun, desde la línea de personales, casi sentenció el encuentro a falta de poco más de 25 segundos (76-73), aunque su afán por conseguir la victoria le hizo cometer una falta a Dani Rodríguez cuando el base del cuadro verdinegro iba a lanzar desde fuera del arco.

El base barcelonés falló dos de los tres tiros libres, pero apareció Balaban para conseguir el rebote y empatar a 76.

Quedaba una posesión, que aprovechó Txemi Urtasun para lograr una bandeja ante la endeble defensa de la escuadra cacereña en una jugada crucial, y sentenciar el choque. El lanzamiento desde nueve metros a la desesperada de Atencia en el último segundo se fue muy desviado y el partido concluyó con la explosión de alegría del banquillo del equipo riojano.