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Nikolic 'machaca' el aro del Gipuzkoa. :: adgmedia

El Cáceres planta cara al Gipuzkoa

El cuadro verdinegro fue de más a menos en la pista del potente combinado vasco, que impuso su superioridad desde el tercer cuarto

UNAI EGUIGUREN (ADG)

Sábado, 11 de enero 2020, 09:55

Cayó en San Sebastián un Cáceres Patrimonio de la Humanidad que enseñó sus dos versiones frente a un rival muy duro y que demostró tener un punto más de oficio y solidez (72-64). El bloque liderado por Marcelo Nicola se repuso, a costa de los pupilos de Roberto Blanco, de su traspié ante el Carramimbre Valladolid en el duelo entre líder e inmediato perseguidor que sirvió para inaugurar el año baloncestístico. Pese a esta derrota, en la que la escuadra norbiense fue de más a menos, el Cáceres sigue peleando por mantenerse cerca de los puestos de playoffs.

GIPUZKOA

72

-

64

CÁCERES

  • Gipuzkoa Dee (15), Motos (6), Oroz, Murphy (11), Faye (4) -cinco inicial-, Jawara (7), Ancizu (3), Olaizola (4), Sollazzo (19) y Niang (3).

  • Cáceres Patrimonio de la Humanidad : Zubizarreta (2), Kuyper (8), Rakocevic (7), Ventura (8), Joseph (12) -cinco inicial-, Nikolic (7), Uriz (10), Parejo, Bilbao (7) y Berg (3).

  • Parciales : 16-17, 16-16 (32-33), 19-15 (51-48) y 21-16 (72-64).

  • Árbitros: Quintas Álvarez (Comité vasco), Langa de Martín (Comité madrileño) y Martín Vázquez (Comité gallego). Eliminados los locales Faye y Olaizola por acumulación de faltas personales.

  • Incidencias : Polideportivo José Antonio Gasca. 1.800 espectadores.

Iniciaron el partido con defensas muy ajustadas ambos, pese al mejor arranque local gracias al acierto en el lanzamiento por parte del senegalés Faye. La defensa mixta propuesta por Roberto Blanco dio sus frutos dificultando la circulación de balón del cuadro guipuzcoano, siempre pendiente de dar alimento a sus interiores. No conseguía jugar cómodo el equipo dirigido por Marcelo Nicola pese a las mínimas ventajas iniciales en el marcador. No tardó en hacer efecto el buen trabajo coral visitante, cerrando las líneas de pase y haciendo transiciones rápidas con exteriores muy abiertos. Hacían daño Ventura y Kuiper hasta que Uriz encontró el timón y decidió hacer aún más suya la cancha. Emotivo homenaje el recibido ayer al veteranísimo base pamplonica previo al salto inicial.

Fue ya en el segundo cuarto cuando sucedió lo que parecía el punto de inflexión del encuentro. El quinteto de Blanco hizo saltar todas las alarmas con un baloncesto de categoría que despertó los abucheos y la bronca generalizada de la parroquia local. Una defensa que chirriaba en cada emparejamiento, sin permitir respirar a la pareja de interiores rival y con una excelente selección de tiro como fórmula magistral. Ni un minuto se demoró en mostrar sus intenciones el equipo cacereño. Lo hizo con Ricardo Uriz y Bilbao como estiletes para firmar un parcial 2-13 que puso las primeras distancias notables en el marcado (18-27). El 'David' cacereño retaba a un Goliat recién descendido de los altares del baloncesto nacional. Marcelo Nicola varió sus planteamientos ofensivos para exprimir su juego exterior dando un respiro a unos interiores incapaces de hacer valer su teórico dominio sobre la pintura. Fue ya pasado el ecuador del segundo cuarto cuando reaccionó el equipo local para ajustar su lanzamiento y acercarse en el marcador. El recién incorporado base francés Niang enseñó su tarjeta de presentación con un juego de piernas muy eléctrico. Se hizo palpable la desconexión del Cáceres permitiendo una jugada de cuatro puntos por parte del GBC, que dejaba en un tanto la diferencia. Una distancia que se mantuvo hasta el paso por los vestuarios y que fue la misma con la que arrancó el segundo cuarto. En todo caso, el equipo de Roberto Blanco enfiló el túnel con la sensación de oportunidad perdida.

La misma dinámica continuó tras la reanudación. Un parcial inaugural de 8-0 que resultó demoledor obligó al banquillo del Cáceres a parar el tiempo y refrescar las ideas de un equipo que se deshizo antes del descanso. Jugaba a placer el roster exterior de Marcelo Nicola, con Dee anotando un 'coast to coast' sin encontrar oposición. El tiempo muerto no sirvió para mejorar la imagen de un equipo que por momentos perdió los nervios abusando de pases con mucho riesgo y poca ventaja (42-35, min. 24). Fue el punto decisivo para que Roberto Blanco diese la oportunidad a su segunda unidad para tratar de revertir la situación. Sin embargo, a esas alturas de partido Sollazzo ya era una pesadilla para el equipo verdinegro. El alero de Florida dio un auténtico recital de fundamentos baloncestísticos cuando tuvo el viento a favor.

En la pintura era Murphy quien se aprovechaba de la falta de intensidad en los rivales. También fue el momento en que se empezó a notar la diferente profundidad en ambos banquillos y el desgaste realizado en los primeros veinte minutos por el bando cacereño. Sin embargo, la ruleta de un partido loco giraba de nuevo sonriendo a Cáceres. Ricardo Uriz y Nikolic anotaban sendos lanzamientos para colocar el choque a una distancia de triple encestado (51-48).

En la salida del último round, se lanzaron miradas de aviso y reconocimiento ambos contendientes. Fueron instantes de tanteo mutuo hasta que Jawara y Sollazzo conectaron dos manos directas a la mandíbula para tumbar el aspirante. No tuvo demasiada historia el resto de partido una vez dado el golpe en la mesa por parte de un equipo que sigue en la pomada por retomar su puesto en la elite nacional. Un último cuarto que supuso un castigo excesivo para un Cáceres muy atascado en ataque y sin chispa en defensa. Ni siquiera el duelo fraterno de los hermanos Uriz sirvió para animar un encuentro en el que los locales demostraron tener una marcha más y mucha capacidad de reacción para sellar su presencia en la Copa Princesa.

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