El Cáceres gusta y luego perece

Los de Roberto Blanco, agresivos en los primeros minutos en la zona defensiva, consiguieron que los visitantes no atesorasen más de cinco puntos en los 10 primeros minutos de juego. Un inicio de ensueño para un Cáceres que, con la ausencia de Ricardo Úriz, se fue mandando en el primer cuarto por un ilusionante 17-5. Todo con la colaboración de un Jorge Bilbao que crece a pasos agigantados, a tenor de las últimas actuaciones protagonizadas por el pívot vasco. A la postre, estos buenos minutos del equipo verdinegro serían todo un espejismo en comparación con lo visto en el último cuarto, donde los cacereños se dejaron comer el pan.

Lejos de sacar la bandera blanca a las primeras de cambio, el Lucentum Alicante intentó plantar batalla a los extremeños al inicio del segundo cuarto. Chumi Ortega se erigía por entonces como el auténtico adalid de un grupo que por entonces luchaba por intentar sacar rédito de tierras extremeñas, aunque por entonces pocos pensaban que pudiese ser posible. Bien es cierto que, con el paso de los minutos, con un correcto acierto de los alicantinos en zona atacante y con algunos ajustes tácticos, dieron con la clave para no entregar la cuchara en un tiempo de descanso en el que el Cáceres se fue mandando con una renta de ocho puntos, con un 32-24 para los del Multiusos.

Fue ya en la segunda parte cuando el Cáceres tuvo la oportunidad de poner tierra de por medio. No obstante, los visitantes evidenciaron la impronta ya arrojada en las primeras jornadas ligeras para luchar por alcanzar un final de partido apretado. A la vista está que lo consiguieron. Esta y no otra era, precisamente, la intención de un Pedro Rivero que nunca cejó en su empeño de que sus jugadores tuviesen oportunidad de alcanzar laudos. La opción del cuadro alicantino llegaría, sobre todo, en el último cuarto, cuando los visitantes pusieron al Cáceres la espada de Damocles.

Fue entonces cuando al Cáceres le entró el miedo en el cuerpo y los jugadores llamados a la reacción verdinegra no dieron el tipo ante su público y delante de un rival que podría haber perecido en el intento y que salió henchido de confianza. Ahí fue cuando llegó la reacción del cuadro visitante que, sin haber dispuesto de grandes parámetros estadísticos hasta el momento, dio un paso al frente para plantar cara al hasta entonces confiado Cáceres.

Los alicantinos consiguieron hacer de los últimos 10 minutos un partido nuevo. Algo que al Cáceres, que hasta entonces había vivido un encuentro plácido, le pilló de sorpresa. Buena culpa de la reacción alicantina la tuvo Bamba Fall, quien se despidió del envite con un triunfo en el que también intervino Josep Busquets con sus 11 puntos.

En la escuadra cacereña se echó en falta en los minutos decisivos la aportación de hombres llamados a acumular más cantidad de puntos, como es el caso de Nikola Rakocevic, pese a los 13 puntos anotados en su haber. Kosta Jankovic volvió a erigirse en protagonista involuntario al no gozar de minuto alguno a las órdenes de Roberto Blanco. El propio técnico del Cáceres ya ha asegurado en varias ocasiones que el croata presta buen servicio entre semana, aunque las dos partes estarían conformes con una salida acordada, pues Jankovic no entra actualmente en los planes del cuerpo técnico.

La próxima semana el Cáceres rendirá visita el líder, el Valladolid, en en un pabellón Pisuerga que hasta el momento es territorio prácticamente inexpugnable para sus adversarios. Una buena ocasión para que el equipo de Roberto Blanco, sin presiones clasificatorias en la actualidad, pueda hacer gala del potencial mostrado en este arranque liguero de la primera vuelta. Se espera que para entonces los cacereños puedan contar con la espada del veterano Ricardo Úriz en la dirección. El contrastado base se ha perdido los dos últimos encuentros del equipo por molestias en la espalda.