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El escritor Lorenzo Silva. :: daniel mora
«La universidad me decepcionó por culpa de 'Retorno a Brideshead'»

«La universidad me decepcionó por culpa de 'Retorno a Brideshead'»

Le dejaron frío 'Los Soprano' y 'Perdidos'. A Pedro Sánchez le regalaría 'Oficina de infiltrados'. Se intercambiaría por el Papa de la serie de Sorrentino

MIKEL LABASTIDA

Domingo, 15 de julio 2018, 10:44

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Ha regresado a las librerías con 'Lejos del corazón' (Destino), con el que trae de vuelta a los agentes Bevilacqua y Chamorro. Este autor, ganador del Nadal o el Planeta, se somete a un interrogatorio para desvelar sus gustos seriéfilos.

-Se le acusa de serieadicto. ¿Se declara, culpable o inocente?

«'Verano azul' hizo mitificar el veraneo a toda una generación»

-Inocente, hasta me estoy volviendo algo seriescéptico. Lo bueno: estoy leyendo más.

-¿A qué serie enviaría a Bevilacqua y Chamorro para resolver algún caso?

-A las distintas versiones de 'El puente'. En la sueco-danesa aportarían un poco más de chispa, y en la norteamericana un poco más de empatía y de temple.

-Por cierto, ¿cuál es su pareja seriéfila de policías preferida de todos los tiempos?

-Starsky y Hutch, por el coche. Bueno, no: porque entonces yo era muy joven y muy indocumentado, y eso es incomparable.

-Lo que no tenían ellos era una tensión sexual no resuelta, que sí ha caracterizado a muchas parejas profesionales en series.

-Esto lo mismo sorprende, pero no soy especialmente partidario de las tensiones sexuales no resueltas. Lo que de veras me gustan son los amores platónicos y las amistades profundas que priman sobre lo erótico, como la de Charles Ryder y Sebastian Flyte en 'Retorno a Brideshead'. Lo sé, soy un antiguo.

-Sobre gustos... De niño, ¿a qué título estaba enganchado?

-A 'Hawaii 5-0'. La música de la cabecera me ponía de buen humor de forma inmediata. Y a 'La piedra blanca', porque me enseñó la magia de lo insignificante.

-Y de adolescente, ¿qué ficción le marcó?

-El principio de la adolescencia 'Verano azul', que hizo mitificar el veraneo a toda una generación. El final, 'Retorno a Brideshead'; por su culpa, la universidad, que no era aquel Oxford rutilante, sino la polvorienta Complutense, me decepcionó horriblemente.

-¿Qué personaje le gustaría haber escrito?

-El sargento Brad 'Iceman' Colbert de 'Generation Kill', de David Simon. Por su capacidad para mantener el juicio cuando todos lo pierden y preservar así las vidas de los suyos, de los civiles y del enemigo. Pero se me adelantó, como a Simon, la realidad: existe de veras.

-Ahora ha escrito una novela en la que los narcos tienen gran importancia. Es una figura que se ha convertido en héroe por la serie de Netflix, ¿qué le parece?

-Una frivolidad. Un narco es un personaje sin gloria y muchas veces con poca cabeza, que se mueve por la más cruda codicia y que suele acabar despeñado por su temeraria elección de vida.

-Uno de los rasgos determinantes de su libro es que se desarrolla en un lugar fronterizo. Hay series que han hecho de eso su característica principal.

-Claro, 'Breaking Bad'. Sin esa frontera caliente entre Estados Unidos y México, la serie perdería la mitad de su atractivo. Lo mismo puede decirse de 'El puente' en su versión norteamericana; la frontera entre Suecia y Dinamarca es mucho más anodina.

Rodeado de enemigos

-Dígame algo que ocurre en las series y nunca pasa en la vida real.

Que todas las tramas se cierran. En la vida hay asuntos, como el 'procés' catalán, sustancialmente interminables e irresolubles.

-Veremos qué sucede con el nuevo presidente. ¿Qué serie le regalaría a Pedro Sánchez?

-'Oficina de infiltrados' (en francés, 'Bureau des légendes'). Me parece excelente cómo describe la vida de quien vive rodeado literalmente por el enemigo.

-¿Se ha sentido identificado con algún escritor de serie?

-Con el David Simon de 'The Wire' y de 'Generation Kill' (no tanto con el de otras series suyas), por la verdad que respiran el relato y cada personaje.

-¿Y habría otro personaje con el que se intercambiaría un rato?

-Por el joven Papa que interpreta Jude Law en la serie de Sorrentino. Para desconcertar como él y también, de paso, para despachar con el cardenal secretario de Estado, Voiello, un tipo fascinante.

-¿Qué serie 'indiscutible' para casi todo el mundo no le gustó?

-¿Hay series indiscutibles? Sí puedo decir que me dejan frío algunos supuestos monumentos de la televisión. No he entrado nunca mucho en 'Los Soprano' y nada en 'Perdidos', por ejemplo.

-¿Puede confesar su último atracón seriéfilo?

-'Happy Valley'. Desde que la vi, hace año y pico, no he sentido la necesidad irrefrenable de empalmar varios capítulos de nada.

-¿Ve series solo o acompañado?

-Suelo verlas acompañado. Para mí tienen sentido como experiencia social y familiar. En soledad, prefiero la lectura.

-¿Cuál le hizo llorar?

-'La forja de un rebelde', cuando muestra en el primer capítulo la pobreza extrema del protagonista. Porque de esa pobreza (y de ese silencio, que diría Raimon) venimos, o al menos vengo yo.

-Es una buena adaptación literaria. Iba a preguntarle por el mejor libro trasladado.

-El mejor, no sabría decir, pero destacaría 'Retorno a Brideshead' y series españolas como 'Los gozos y las sombras' o 'Crematorio', que demuestran que cuando nos ponemos no lo hacemos mal.

-¿Qué final le indignó?

-Los creadores de 'Mad Men' no respetaron el derecho a una muerte digna de su criatura. Una pena, Don Draper merecía algo mejor.

'El puente'.En medio del puente que conecta Copenhague con Malmö aparece el cuerpo de una política sueca.

'Happy Valley'.Una sargento de la Policía vive afligida vigilando a su nieto, para el que es como una madre.

'Retorno a Brideshead'.Un estudiante de Oxford vive impresionado por el hijo más joven de una noble familia.

'Generation Kill'.Un reportero se infiltra en un batallón en la guerra de Irak.

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