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MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Lunes, 2 de julio 2018, 08:24
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Entre chalets y tiendas de lujo del barrio madrileño de La Moraleja se esconde una réplica del palacio de La Moncloa que estos días también está habitada por un presidente de gobierno y su primera dama. Ellos son Emmanuel Esparza y Myriam Gallego (Orense, 1976), los protagonistas de 'Secretos de Estado', el nuevo 'thriller' que rueda Mediaset para su futuro estreno en Telecinco. La serie supone el regreso de la actriz gallega a la pequeña pantalla, después de haber estado siete años interpretando a La Marquesa de 'Águila Roja' (TVE). Ahora da vida a, en sus propias palabras, «una mujer con estudios que renuncia a todo para ceder paso a su marido en su carrera hacia la presidencia».
-Ahora tengo la sensación de que no me interesa nada, ni para una visita. Me repele. Nunca he tenido un interés especial hacia la política, sé que es importantísima y necesaria, pero agota.
-Realmente vives otros colores, porque sabes que estás haciendo ficción, otro tipo de juego. Pero, como ciudadana, estoy un poco desencantada.
-El arranque de la serie es muy político, no está maquillada para nada la realidad, se ven la trastienda y las cloacas de La Moncloa. Pero, básicamente, esta es una serie sobre el poder, sobre la guerra por el poder. A mitad de temporada gana más peso el 'thriller' y las intrigas amorosas. Se desdibuja un poco la línea política.
-El partido que gobierna en la ficción es el Partido Democrático Independiente. No es real, pero se ve claramente que no es de izquierdas; al contrario, representa al centro derecha. Creo que estamos preparados como sociedad para ver una ficción política.
-Es que no hay calcos de partidos políticos que ahora mismo nos representan. Es lo que hay. En mi caso, he tomado como referencia a Hillary Clinton y su matrimonio con Bill Clinton. Me interesaban como pareja, no me he fijado tanto en nuestra política nacional. Había compuesto al personaje de forma muy elitista, muy alejado a mí en cómo habla y en cómo se mueve, pero lo he tenido que desdibujar un poco porque a los directores les interesaba tener a una mujer más cercana.
-Sí, pero no es una mujer florero, es una mujer muy activa en la política. Ella tiene estudios, la misma carrera que su marido, pero en un momento determinado decide relegar su vida profesional para impulsar la de su marido hacia la presidencia. Hay un acuerdo matrimonial.
-Sí, ella también da un paso atrás para poner por delante a su marido. Pero vamos a contar otra historia, dirigida a un público más generalista, con una temática más amplia.
-Me atrajo mucho esta mujer, todo lo que representa. El giro que da el personaje en el primer guion al final me enganchó. Me gustó mucho lo arriesgada que era, lo punky que es.
-Esta serie no tiene plató, se rueda íntegramente en espacios naturales. Este año ha sido muy bueno para los pantanos, pero para los que trabajamos en este sector es complejo por el plan de rodaje. Nos hemos chupado nieve, lluvia, frío, calor. Es lo que tiene no tener plató, pero es maravilloso para el espectador, da una riqueza espectacular. Yo prefiero la dureza si el resultado va a ser mejor luego.
-No frecuento mucho La Moraleja. Tenga el dinero que tenga, no me interesa el lujo. Nada. Ver este barrio y sus casas no me sorprenden porque tengo muchos amigos viviendo aquí, pero no va conmigo.
-Acabé esa serie y enganché con teatro, que es algo que necesitaba después de estar tanto tiempo en tele. Luego se me han caído varias series porque no me decidía a fichar por ellas, aunque algunas las he visto después y me han gustado mucho. Y en 'Secretos de Estado' llevo un año rodando, así que no he tenido tiempo para nada más.
-Si ellos quieren, sí. Pero solo pido que no se desdibuje el color de la serie. Ahora me gusta el ritmo que lleva.
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