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Rosa María Mateo, ayer sonriente antes de su tensa comparecencia ante la comisión mixta de control de RTVE. :: maya balanya
«Yo antes era muy feliz»

«Yo antes era muy feliz»

Rosa María Mateo rechaza que exista una purga en RTVE y niega que esté al servicio de los partidos políticos. «Nadie me va a dar órdenes», dice la directiva que está «deseando» dejar el cargo

JULIÁN ALÍA

Miércoles, 26 de septiembre 2018, 08:44

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Rosa María Mateo protagonizó ayer una tensa comparecencia ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de Control Parlamentario de la RTVE, la primera tras la controversia suscitada por los nombramientos realizados tras su toma de posesión el pasado 30 de julio como administradora única y provisional del ente público. Mateo aprovechó para negar ante los diputados del PP, lo más críticos con su corta gestión, que los cambios se deban a una «purga».«Purga significa gulag, significa estalinismo, significa nazismo, fascismo, franquismo, pinochetismo, campos de concentración, abuso de poder y, en definitiva, dictadura, sea del color que sea. En lugar de purga, puedo hablarles de ceses y de cambios, unos cambios que he hecho siguiendo únicamente criterios profesionales», dijo. Y por si quedaba alguna duda añadió que la elección del personal no se ciñe a simpatías ideológicas «porque no me importa a quién votan los profesionales ni de quién son amigos». La que fuera presentadora del 'Telediario' subrayó que el criterio se ha centrado en contar «siempre con los trabajadores de la corporación» para formar un equipo en el que prime «el interés general, el respeto a la verdad y a la imparcialidad frente al interés del gobierno de turno, sea cual sea». «No soy podemita, no soy socialista, no soy nada. Soy una ciudadana que tiene unas creencias y que sobre todo cree en la libertad de los seres humanos», clamó. E insistió en desvincularse del Gobierno que la ha aupado al cargo. «Soy independiente y nadie me va a dar órdenes, porque no se lo consiento». Y dirigiéndose a todos los parlamentarios de la comisión les espetó: «Les importa muy poco la televisión pública, solo lo hacen cuando pueden controlarla. Esto ha pasado desde que yo entré en el año 1966, todavía con el dictador vivo. Había censura, y después ha habido manipulación. Los trabajadores de TVE estamos cansados de todos los políticos».

Mateo, que gana 10.400 euros brutos al mes, admitió que dudó «mucho» antes de aceptar el cargo porque era consciente de que era una «herencia compleja», y confesó que espera dejarlo pronto. «Les aseguro que espero que dure el menor tiempo posible. Yo era muy feliz antes de venir a enfrentarme con ustedes. Estoy deseando que se haga el concurso público y que llegue a buen término», dijo la periodista de 76 años.

También negó que hubiera dado órdenes a los responsables de los informativos, salvo intentar llevar a las tertulias gente que no solo sea de Madrid, aunque haya que pagarles el viaje y el alojamiento, así como «gente joven», ya que «la media de edad está por encima de los 50 años».

«Los trabajadores de TVE estamos cansados de todos los políticos», les dijo a los parlamentarios

En su comparecencia, recordó que José Antonio Álvarez Gundín, antiguo director de informativos de RTVE, acumuló más de seiscientas denuncias de manipulación realizadas por el Consejo de Informativos de la propia cadena, y que tanto él como su predecesor, Julio Somoano, destituyeron a 47 de los 49 cargos con que contaban los informativos.

Encendido fue el toma y daca durante los turnos de preguntas de los populares, quienes achacaron a Mateo una «persecución implacable» y una «vulgar revancha» de «estilo estalinista». Por supuesto, el término purga se escuchó en decenas de ocasiones.

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