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El periodista se puso de moda con '¿Quién sabe dónde'? (TVE).
«La televisión abusa de los sucesos»

«La televisión abusa de los sucesos»

Paco Lobatón revisa los crímenes sin resolver más famosos en 'Informe Lobatón', su regreso televisivo. El estreno, hoy en el canal de pago 'Crimen & Investigación'

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Jueves, 20 de marzo 2014, 13:09

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Durante los años 90 Paco Lobatón (Jerez de la Frontera, 1951) buscó a personas desaparecidas en su ya mítico programa '¿Quién sabe dónde?' (TVE). Ahora vuelve a ponerse a los mandos de un espacio de sucesos con 'Informe Lobatón', que estrena hoy el canal de pago 'Crimen & Investigación' a partir de las 22.30 horas. El periodista analizará junto a su equipo de expertos los crímenes que conmocionaron a la sociedad española y dejaron abiertos muchos interrogantes. «Cuando los crímenes quedan impunes, los criminales se fortalecen», advierte Lobatón.

¿Qué vamos a ver en 'Informe Lobatón'?

Vamos a tratar casos de forma monográfica. Ofreceremos primero un documental minucioso, ya que son casos que ocurrieron hace tiempo y después los expertos aportarán respuestas.

Algunos casos ocurrieron hace casi 20 años, ¿ha sido difícil volver a dar con las fuentes?

Estamos casi en la frontera de la prescripción del caso. Muchas de las fuentes están a punto de difuminarse, pero esa cuenta atrás representa un reto formidable. Hay que intentar divulgarlos nuevamente y que por fin alguna información emerja y se pueda ir a por los culpables. Ese es el gran desafío, y aunque lo hagamos en una cadena temática con una audiencia más discreta, no solo no es imposible, sino que no vamos a darnos por vencidos.

¿Quiere demostrar que no existe el crimen perfecto?

Es justo una de las consideraciones que analizamos en el programa. Cuando los crímenes quedan impunes los criminales se fortalecen con la idea de que han cometido un crimen perfecto. Es evidente que hay gente que sabe quién lo hizo, y si los ciudadanos nos aliamos y conseguimos hacer que la gente se implique, todavía estaríamos a tiempo de resolverlos.

¿Cómo ha visto a los familiares de las víctimas?

En todos ellos se percibe una huella visible. Para muchos no tirar la toalla se ha convertido en su resorte vital. Por ejemplo, el padre de Casterina Carrillo tuvo que abandonar su profesión, era camionero, y destinar todos los ahorros de su vida a la investigación del asesinato de su hija. Ves a ese hombre sobreponiéndose al dolor y te das cuenta de que no va a parar con su batalla. Es un ejemplo humano formidable.

¿Cómo le afectan estos casos?

Todo el equipo nos llevamos el programa a casa, porque una de las cosas que ocurre es que después de las grabaciones, durante el tiempo de la edición y en el plató, volvemos a revivirlo. Tenemos además ese compromiso de '¿qué podemos hacer?'. Nos gustaría que el programa tuviera eco, una continuación en las redes sociales.

¿Qué le parece el tratamiento de los sucesos en la televisión?

Ahora mismo el periodismo de sucesos, salvo alguna excepción, está encuadrado en magacines y se ha convertido en un contenido excesivo, que llena muchas horas. Prima la cantidad, una idea obsesiva por la primicia y se hace un uso y abuso de este concepto, a veces directamente equívoco, cuando no mentiroso. No me gusta porque da la impresión de que los casos sirven para componer una parrilla, pero a las familias no les sirve como solución para hacerse comprender a la sociedad.

¿La audiencia española está madura para estos temas?

La responsabilidad es de las televisiones. No se puede reprochar a la gente que sea amante del morbo, porque toma de lo que hay.

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