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ELADIO PANIAGUA SIMÓN
CORIA.
Lunes, 25 de junio 2018, 08:27
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Un cinqueño de lujo, jabonero y playero, con gran presencia y respetables pitones de nombre Vieiro fue un toro del gusto de los corredores más que digno protagonista del primer encierro de los sanjuanes. Vieiro ofereció una gran función en la plaza y en el recorrido por las calles del recinto amurallado.
Con diez minutos de retraso debido a que hubo que una ambulancia tuvo que entrar en el recinto del toro para trasladar a una persona enferma, se dio suelta al primer encierro de las Fiestas de San Juan 2018, con la ciudad repleta.
El encierro fue rápido y limpio. El astado salió imponiendo su ley y encabezando la manada hasta el punto de entrar en la plaza en solitario y tras él su escuadra de mansos. Vieiro, tras una vuelta a la plaza, fue recogido por los mansos y sin crear problemas entró en los toriles. Como nota a destacar en las Cuatro Calles se estrelló contra la pared dando una voltereta completa.
A la tercera campanada salió a la plaza, también con los ya consabidos diez minutos de retraso, ante la impaciencia de los aficionados, que estaban ansiosos de ver en acción a este precioso ejemplar de la ganadería Aurelio Hernando, señalado con el número 19 y guarismo 3.
Impresionante fue la salida del morlaco, que impresionó a todos pos su presencia, con unos enormes pitones que imponían mucho respeto y aunque al principio se mostró como trotón, poco a poco se fue adueñando de la situación demostrando que no venía a Coria como convidado de piedra, sino con ganas de pelea.
Y así, poco a poco, se dieron cuenta los recortadores del peligro que entrañaba el astado, raudo en sus carreras, enfilando a los corredores y rematando con genio en los barrotes, motivo por el cual poco a poco se fue haciendo el amo en el plaza. Varios recortes sufrió el animal, algunos de mucho mérito y muy expuestos, donde puso en peligro al recortador.
La lidia en la plaza tuvo mucha emoción por lo que expusieron los recortadores y por la brega del animal, que a pesar de los cerca de los 600 kilos en los costillares, no se arrugó en ningún momento, rematando con fuerza en los barrotes. Por este motivo la gente salió contenta con su rendimiento y sobre todo, por haberse iniciado las fiestas de San Juan con buen pie y con un gran toro.
Con el tiempo justo de su estancia en la plaza, salió por la puerta de las Cuatro Calles, subiendo por la calle los Paños hacia la Cava y volviendo a entrar unos segundos en la plaza por el mismo lugar por donde salió. Definitivamente volvió a salir por la calle del Obispo hacia el atrio de la Catedral y recorriendo prácticamente todas las calles del casco histórico de la ciudad.
Un toro de los que marcan una época por su lidia completa en la plaza y en las calles. Sobre las seis de la madrugada y en la plaza de la Catedral acabó con él Unai Simón de un certero disparo.
La fiesta continuó en la mañana de ayer con el encierro de Rayito, que suplía al que estaba destinado para el día de San Juan de nombre Churrerón perteneciente a la ganadería de Pablo Mayoral. Un toro que hace unos día mostró cojera al lesionarse en una pata, por lo que la Abanderada, Mamen Yerpes, tuvo que sustituirle por el que estaba destinado para la madrugada del día 28. Un toro de la prestigiosa ganadería Núñez de Tarifa, de color melocotón, con buenas hechuras, cornipaso y muy astifino, señalado con el número 28, guarismo 3 y de nombre Rayito.
El encierro transcurrió por los cauces normales, con un calor asfixiante y nutrida presencia de corredores, siendo el encierro rápido, donde el toro acudió a los toriles bien arropado por los mansos.
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