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Pepe Viyuela y su hijo en la sede del Festival. :: BRÍGIDO

«Desde el principio tuvimos claro que teníamos que trabajar como compañeros»

Pepe Viyuela y Samuel Viyuela Actores ·

Pepe Viyuela actúa por sexta vez en el Teatro Romano, y Samuel Viyuela vuelve a Mérida tras ser actuar de figurante hace 13 años

beatriz bravo

Martes, 24 de julio 2018, 08:04

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El actor Pepe Viyuela y su hijo, Samuel Viyuela, comparten escenario por segunda vez. Tras su interpretación en 'El burlador de Sevilla', el clásico de Tirso de Molina, padre e hijo llegan esta semana a Mérida con la obra 'Filoctetes' en los papeles de Ulises y de un soldado fanático del poder.

Lejos de sus personajes cómicos, para Pepe Viyuela ha sido interesante dar vida a un personaje al que no le importa hacer una barbarie a través de la mentira. Él, que siempre defendía que no hay que mentir aunque reconoce que ha metido muchas veces, ha disfrutado dentro de esa psicología de Ulises como alguien que defiende abiertamente la utilidad de la mentira y que se siente orgulloso de usarla si con ello consigue su objetivo final.

«Siempre me he sentido mal cuando mentía», señala el actor. Y cuenta que tiene escrito un texto teatral sobre una pareja que, en sus últimos días, se confiesa las verdades que no se han dicho nunca. Así descubren que la mentira era más cómoda y que haber vivido con ella era le ha hecho respetarse, porque si hubieran conocido lo que el otro le estaba ocultando entonces la convivencia habría sido imposible.

Es la mentira piadosa que Pepe Viyuela no sabría si decir que es buena o mala pero sí que puede ser útil. Para Samuel, «decir que no somos mentirosos sería mentir» y explica que hay mentiras como las que se cuentan a los niños para favorecer su imaginación y que crezcan con emociones.

Y en esta obra, el fin de la mentira es «muy loable», subraya Pepe Viyuela, pues se utiliza para acabar con una guerra, pero se busca para ello «un arma de destrucción masiva», apunta por otro lado Samuel.

El joven actor destaca de su personaje cómo llega a ser el contrapunto del honrado Neoptólemo. Revela que su papel en esta obra empezó siendo el de corifeo, la persona que dirigía el coro en las antiguas tragedias clásicas, pero poco a poco se fue polarizando hasta ser el negativo de Neoptólemo.

Trabajar con su padre no implica para Samuel Viyuela tener una especie de director añadido para el espectáculo, sino «todo lo contrario». Lejos de recibir apuntes de sus padre, es él quien va a exponerle sus dudas. «Siempre le pregunto al director, pero también creo que los actores debemos apoyarnos entre nosotros en ese sentido», explica.

Las sucesivas actuaciones de Pepe Viyuela sobre el Teatro Romano en la historia del Festival de Mérida han sido seguidas por su hijo desde las gradas. Sin tener ni idea de que algún día su hijo sería actor, le relataba lo que había disfrutado con su actuación y cómo era esa sensación de pisar las piedras milenarias. Hasta que un día Samuel lo vivió en su propia piel. Su padre se enteró de que necesitaban figurantes para una obra del Festival, se lo planteó y aceptó sin dudarlo.

Vuelta al Teatro Romano

Aquella emoción que los dos ya han vivido, volvieron a experimentarla cuando han vuelto juntos este domingo al Teatro Romano. Fue «como una apnea», declara Samuel Viyuela. Su padre asegura que «volverlo a vivir no implica que se pierda la sensación de la primera vez porque es especial, no hay un espacio escénico igual».

De su primera actuación en Mérida, Samuel recuerda el «impacto» del aplauso del público. Un impacto que también es físico, señala, para explicar que «3.000 personas aplaudiendo en el Teatro Romano es ya una sensación brutal» y recalca que tiene muchas ganas de ver qué ocurre esta vez con espectáculo 'Filoctetes'.

Para Pepe Viyuela, lo mejor de actuar junto a su hijo en esta obra es que ha ido bien el trabajo que vienen realizando juntos. «Desde el principio tuvimos claro que teníamos que trabajar como compañeros», señala. Y la parte menos buena es «que se va a acabar dentro de poco», señala, mientras su hijo asiente con la cabeza.

Los dos actores admiten que no pueden evitar hablar de teatro en casa, donde se suman dos actrices más: la esposa y madre, Elena González, y la hija y hermana, Camila Viyuela, que también se dedican a la interpretación.

FILOCTETES

  • Versión Jordi Casanovas.

  • Dirección Antonio Simón.

  • Reparto Pedro Casablanc, Pepe Viyuela, Félix Gómez, Samuel Viyuela. Y la colaboración especial de Miguel Rellán.

  • Escenografía Paco Azorín.

  • Coro Arantxa Aranguren, Sandra Arpa, Marina Esteve, María Herrero, Sara Illán, Nahia Laiz y Mónica Portillo.

Pero las reuniones familiares también le sirven a esta familia de actores para contarse sus «traumas» sobre el escenario y se intentan apoyar, explica Samuel. «En casa hablamos de funciones que vamos a ver y debatimos sobre lo que nos ha gustado y lo que no; el teatro está muy presente es nuestra vida porque aparte de ser un trabajo es una vocación», señala Pepe Viyuela.

Para el veterano actor, la filosofía y el teatro tienen mucho que ver, y explica que, aunque no lo pretendió, «siempre hubo algo» en él y en su forma de entender la vida que le llevó a cursar sus estudios de Filosofía y luego de teatro. Quería estudiar algo que le gustara y con lo que disfrutara, como hace con la interpretación. Así, la filosofía le ha servido como herramienta a la hora de vivir, entender, respetar... «Es un gran alimento del espíritu», dice el actor sobre esta disciplina que «también fomenta el sentido crítico y el autocrítico», recalca.

A Samuel le venía diciendo su madre «que estudiara otra cosa» en lugar de teatro y él lo justifica en que es una carrera complicada, con una tasa de paro es muy alta en este sector. De hecho, el joven actor lamenta que muchos compañeros suyos no pueden vivir de la interpretación y que ni siquiera trabajan en ello, aún siendo personas con vocación y que se esfuerzan en ello.

Sobre cómo empezó su interés en el teatro, el hijo de Pepe Viyuela recuerda que sus padres les recogían a él y a su hermana en el colegio y les llevaban con ellos allí donde trabajaban. Mientras sus padres ensayaban, ellos hacían los deberes del día siguiente.

«Les sometíamos a radiaciones tóxicas», bromea Pepe Viyuela, mientras Samuel cree esa gran capacidad de absorción que tienen los niños de lo que ocurre a su alrededor tuvo su efecto en él y en su hermana. Y también el hecho de que sus padres trabajaban con actores «muy grandes», con Pedro Casablanc entre ellos.

«De manera inevitable eso nos caló a mi hermana y a mí», afirma Samuel, quien no recuerda haber dicho nunca 'me voy a hacer actor' porque trabajar en el mundo de la interpretación le fue vocacional.

A cuentas de la situación política actual, Pepe Viyuela dice encontrarse en un momento «de esperanza» por el «oxígeno» que ha entrado con un cambio en el gobierno. Considera que la alternancia en política es fundamental para abordar con ilusión nuevos proyectos.

«El adormecimiento que provoca el apoltronamiento, los sillones, es muy negativo, tanto en la derecha como en la izquierda», declara el actor. Su hijo comparte que «hacía mucha falta oxigenar» la política española y se mantiene expectante a lo que suceda. En todo caso, Samuel cree que hay mucho trabajo por hacer y cosas que cambiar, sobre todo de ámbito social.

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