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El cantante inglés Liam Gallagher, durante su concierto en Madrid. Juanjo Martín (Efe)
Liam Gallagher en Madrid: chulería a saco y 71 minutitos de demasiadas canciones de Oasis

Liam Gallagher en Madrid: chulería a saco y 71 minutitos de demasiadas canciones de Oasis

Aunque su disco es notable y se mantiene en el candelero como el bocazas desafiante que siempre fue, el repertorio que plantea en su gira, aparte de rácano como si realmente estuviera empezando, se apoya quizás en demasía en la banda que formó junto a su hermano

europa press

Madrid

Sábado, 24 de febrero 2018, 17:03

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Liam sigue esperando a Noel. Puede decirlo de mil millones de maneras en la prensa, es capaz de hacer todos los cirlunloquios que sean necesarios, inventarse insultos imposibles. Si es preciso llega al extremo de publicar un nuevo disco, el primero en solitario a estas alturas de la película. Pero la sensación es que Liam sigue esperando a Noel.

Porque inevitablemente tiene que ser mágica una velada que arranca con 'Rock n Roll Star' y termina con 'Live forever'. Pues claro. Pero es que ambas son de Oasis. Y hablamos de un concierto que duró exactamente 71 minutos y en el que hubo demasiadas canciones de la vieja banda con la que los ahora archienemigos conquistaron el mundo entonces.

Demasiadas si tenemos en cuenta que Oasis acabó en 2009 y que desde entonces los hermanos han seguido caminos diferentes para llegar hasta 2018. Con Liam publicando hace unos pocos meses su primer trabajo como solista, paso inevitable después de triturar dos bandas de éxito. Primero la familiar y luego la premeditadamente olvidada Beady Eye.

Y no vive un mal momento Liam Gallagher, en cualquier caso. Su disco es notable y se mantiene en el candelero como el bocazas desafiante que siempre fue. Pero claro, es que el repertorio que plantea en su gira, aparte de rácano como si realmente estuviera empezando, se apoya quizás en demasía en Oasis. Algo que los parroquianos siempre agradecen, pero que revela cierta flaqueza a los 45 años.

Sea como fuere, empieza duro y disparando muy alto con 'Rock n Roll Star' y '(What's the story) Morning glory'. Dos pelotazos que el público que abarrota La Riviera madrileña, británico y etílico en un altísimo porcentaje, recibe con la lógica algarabía de un viernes noche en la ciudad. Se suben unos a hombros de otros y a pecho descubierto agitan al aire las camisetas del Manchester City, muchas de ellas con el número 99 y el apellido Gallagher en la espalda.

Durante esos minutos es fácil caer en el juego, sentir que estamos 25 años antes y que esta es la movida. Pero es un espejismo y Liam es de cartón piedra. Ya no desafía, ahora su carisma brilla por inercia y la chulería inherente sale casi por obligación. Pero es un comienzo fantástico, que luego se apaga progresivamente con las canciones de su debut en solitario: 'Greedy soul, Wall of glass' (estas mantienen el pulso), 'Paper crown', 'Bold y For what it's worth'.

Literalmente hay un hooligan inglés durmiendo en el suelo en un rincón de la sala, pero los que se preocupaban de eso se despreocupan rápidamente cuando vuelve Oasis con dos de catedrales como 'Some might say' y 'Slide away', coreadas de principio a fin por un público que, claro, se sabe toda la letra porque eso del idioma inglés le viene de serie.

'Come back to me', 'You better run' y 'Universal Gleam' son otro trámite un tanto dormilón que se deja correr porque Liam tampoco es que parezca que tiene un gran interés. De vuelta a Oasis con 'Be here now', que está bien, antes del karaoke del demonio en 'Wonderwall'. Con el consabido mar de móviles, los abrazos grupales, los cantos tribales. Y ahora al fondo de la sala algún desfallecimiento porque eso no puede faltar en la ecuación Gallagher + rock macarra inglés + fin de semana.

Justo por eso es genial que siga presente como primer bis el mundo Oasis con 'Cigarettes & Alcohol', que es un macarreo más que agradecido. Y que tiene continuidad con la siempre grandilocuente Live forever, más cantada por los cerca de 2.000 asistentes que por el propio Liam, notable alto como frontman casi sin querer, aunque parco en palabras. Mucho gesto chulesco, mucha pose, malencarado por defecto, canta sus partes y se larga.

En definitiva, 71 minutos, chulería a saco, carisma por inercia, un montón de hooligans de pub y unas cuantas buenas canciones. Demasiadas de Oasis par alguien que pretende apuntalar una nueva carrera en solitario. Pero es que claro, si ese alguien es Liam Gallagher, en realidad no puede jamás empezar de cero. Porque fue, es y siempre será el cantante de Oasis. Y del Manchester City.

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