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Fotografía facilitada por el Teatro Real del ensayo de 'Faust', Efe
Un 'Fausto' digital entre 'hooligans y barbies'

Un 'Fausto' digital entre 'hooligans y barbies'

Álex Ollé impregna la ópera de Gounod del feroz estilo 'furero' en la inauguración de la vigésima segunda temporada de Teatro Real de Madrid

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Miércoles, 12 de septiembre 2018, 17:40

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Álex Ollé ha convertido al 'Fausto' de Gounod y Goethe en una «especie de Steve Jobs encerrado en un laboratorio molecular en busca de la vida artificial». El escenógrafo curtido con La Fura dels Baus presenta así al «humanizado» protagonista de la ópera de Gounod, según el universal relato de Johann Wolfgang Goethe, obra con la que el Teatro Real de Madrid abre su vigésima segunda temporada. Un 'Fausto' digital que se mueve «entre 'hooligans' y 'barbies' recauchutadas», avanza Ollé. El Real ofrecerá 13 funciones de la legendaria ópera francesa entre el 19 de septiembre y el 7 de octubre.

«Fausto somos todos. La insatisfacción humana que encarna se identifica con cualquiera», dice el escenógrafo, que ha impregnado del feroz estilo 'furero' a esta pieza, fundamental del repertorio francés pero con aires wagnerianos, que llega a España en una producción que se estrenó en 2014 en Ámsterdam.

«Vivamos el momento. No esperemos a ser viejos para arrepentirnos». Este es, según Ollé, el vigente mensaje de este 'Fausto' digitalizado al que ha encerrado en un tecnificado laboratorio del siglo XXI. «Es una especie de Steve Jobs que quiere dar alas a la máquina con la que está atrapado en ese laboratorio de biología molecular en busca de un homúnculo», resume el escenógrafo.

También habla Ollé de «una tragicomedia construida para divertir, plagada de 'hooligans' y 'barbies' operadas, y de matronas corpulentas y pulposas y militarotes» . Unos personajes que «se han exagerado» para destacar la figura del temeroso 'Fausto', «un cobarde que no se atreve a matarse ni a vivir y que necesita a Mefistófeles», explica Valentina Carrasco, corresponsable del montaje escénico junto a Ollé. «Mefistófeles instiga a Fausto a satisfacer los deseos que ha ocultado, las pulsiones que ha sublimado y las perversiones que ha camuflado», precisa Ollé, presentando al infernal personaje «como un alter ego de Fausto, como el diablo que lleva escondido». «El peor enemigo de un creador es el miedo y Mefistófeles otorga a Fausto la capacidad de vencerlo», apunta Ollé.

Es la cuarta vez que Ollé aborda el mito de 'Fausto' a lo largo de su carrera en La Fura dels Baus. Después del 'F@ust 3.0' en 1997, 'La damnation de Faust', de Héctor Berlioz, en 1999, y la película 'Fausto 5.0' en 2001. Ahora se aleja de la lectura más superficial «ahondando en la cuestión que atraviesa toda la obra de Goethe: la búsqueda de la vida no vivida».

En clave 'furera' el montaje y recurre a artificios dramatúrgicos de gran eficacia, al colocar a Fausto ante un inmenso ordenador que simula el cerebro humano en un espacio hipertecnificado. «Las trampas y fantasías de las que van surgiendo algunos arquetipos de la sociedad actual son más reconocibles para el espectador», apunta Ollé.

Mal estreno

Tanto para el director musical, el israelí Dan Ettinger, que debuta en el Real, como para el director artístico del Real, Joan Matabosch, estamos «ante una ópera francesa de esencia alemana». Recordó Matabosch cómo está ópera de Charles Gounod (1810 -1893) fue un «relativo fracaso» en su estreno en París el 19 de marzo de 1859, pero aun así, ha llegado a ser muy popular. Tanto que «es el emblema o el epítome del repertorio francés, a pesar de haber sido encumbrada en Alemania bajo el título de 'Margarita'». Ha sido también una de las más aceptadas y apreciadas por el público del Teatro Real, donde se representó 229 veces entre 1865 y 1925. Tras la reapertura del coliseo lírico en 1997, se han dado doce funciones en 2003 como homenaje póstumo al director de escena Götz Friedrich.

Encabezan el reparto los tenores Piotr Beczala e Ismael Jordi, que se alternan en el papel de Fausto. Hacen lo propio en el de Margarita las sopranos Marina Rebeka e Irina Lungu, y los barítonos Luca Pisaroni, Erwin Schrott y Adam Palca como Mefistófeles.

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