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La periodista y escritora María Montesinos. Asís G. Ayerbe
Guerreras desde los pupitres

Guerreras desde los pupitres

«La literatura y el cine han despreciado el filón de los indianos», lamenta la autora de 'Un destino propio', una novela que mezcla amor y pedagogía

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Lunes, 27 de enero 2020, 00:52

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En la España de 1877 el 81% de las mujeres eran analfabetas. Como el 62% de los varones. «España tenía, y tiene, un gravísimo problema educativo que lastró nuestro desarrollo durante buena parte del siglo XX», asegura la escritora y periodista María Montesinos (Burgos, 1968). Reivindica a través de la ficción al grupo de arrojados reformadores y pioneros que se empeñaron en sacar a las mujeres de aquella espiral de ignorancia proporcionándoles la educación que secularmente se les negaba por machismo, desidia política, presión eclesiástica y una crónica escasez de recursos.

Algunas lograron esquivar esa condena a la exclusión, como la maestra que protagoniza 'Un destino propio' (Ediciones B). La tercera novela de Montesinos evoca en su título el legendario referente feminista de Virginia Wolf y celebra el arrojo de los educadores y valedoras de unas adolescentes privadas de derechos básicos y de un futuro. Mezcla pedagogía y amor entrando en el desconocido mundo de los indianos, aquellos emigrantes que hicieron fortuna en América y regresaron para alzar sus ampulosas mansiones, sobre todo en Asturias y Cantabria.

«La educación era y es la gran maltratada de todos los gobiernos españoles, sean del color que sean»

Nadie duda hoy que la educación es el eje primordial para apuntalar la igualdad entre hombres y mujeres y «superar una brecha que entonces se agigantaba al abandonar la educación primaria. Hace apenas un siglo, cuando las mujeres tenían prohibido el acceso a la universidad y casi a cualquier trabajo» explica Montesinos en la sede de la Fundación Fernando de Castro, que acogió la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (AEM) en la que se inicia su novela. Fue una milagrosa institución de inspiración krausista, creada en 1868 por Fernando de Castro Pajares, y de la que salieron maestras, mecanógrafas, telegrafistas y, sobre todo, unas institutrices ilustradas que se rifaban las familias pudientes de todo el país. Casi siglo y medio después las cosas no ha mejorado todo lo que debieran. «La educación es la gran maltratada de todos los gobiernos españoles, sean del color que sean, en el siglo XIX, en el XX y parece que el XXI».

Micaela Moreau, la protagonista, se inspira en las editoras de la efímera revista 'Ilustración de mujeres', María Carbonell, Matilde Cherner y Sofía Tartilán. Participa de su empeño de incorporar a las mujeres a la educación «de manera completa e integral» para rescatarlas de un destino inexorable: «conseguir el mejor matrimonio posible».

Joven «solterona»

La joven maestra, una «solterona» de 28 años, luchará por la educación igualitaria para la mujer en la atrasada España de 1883, en el contexto político de la Restauración, y en la que las brillantes y modernizadoras excepciones pedagógicas eran la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y la AEM. «Plantaron una semilla que fue imposible extirpar», agradece la narradora, que admira la valentía que supuso promover en aquel contexto la educación de las mujeres y alentar su emancipación.

«Son las pioneras y predecesoras del feminismo», dice Montesinos, que da voz en la novela a unas mujeres que se atrevieron a rebelarse contra una sociedad que se negaba a escucharlas tomando ejemplo de pioneras como Concepción Arenal, Rosalía de Castro o Emilia Pardo Bazán. A través de las vidas de «aquellas valientes que plantaron cara a quienes les negaban sus derechos» retrata Montesinos la desigual sociedad de la época. Recrea, además, una historia de amor ambientada en Santander, «un microcosmos en el que coinciden una aristocracia imbuida de las costumbres más rancias y clasistas, una opresión del campesinado que parece propia de la Edad Media, una burguesía emprendedora, y los indianos, los emigrantes que vuelven a su tierra tras unos años trabajando en América».

Decidió situar la historia en Comillas en una visita a 'El Capricho', el deslumbrante y estrambótico edificio modernista que un joven Antonio Gaudí construyó para el indiano Máximo Díaz de Quijano, fallecido una semana después de regresar a España tras su último viaje a Cuba. Montesinos investigó su historia y descubrió el «apasionante e inexplorado» mundo de los indianos. «El cine y la literatura han despreciado un filón que el mundo anglosajón habría explotado a fondo», aventura la creadora de Héctor Balboa, un indiano que decide abrir una escuela para niños en Comillas y que acogerá niñas por la presión de Micaela.

Montesinos autopublicó en Amazon sus dos primeras novelas, 'La estúpida idea de dejarte marchar' (2015) y 'El mapa de mi piel' (2016), que lograron captar la atención de los editores. También autopublicó esta novela como 'El Indiano', pero llegó el auxilio, el consejo y las modificaciones de sus editores, que apuestan por ella con 30.000 ejemplares. «Autopublicarse es estresante. Debes tomar decisiones para las que quizá no estás capacitada», concluye la autora.

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