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Andrés Jiménez
Viernes, 15 de mayo 2015, 01:08
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En estos días se está presentando Morir es relativo, una novela escrita a cuatro manos entre el autor madrileño Miguel Baquero y el escritor vasco, afincado en Sevilla, Eduardo Cruz Acillona. Tomando como punto de partida el relato clásico policiaco, ambos autores dan una vuelta de tuerca al género, explorando sus posibilidades humorísticas.
El personaje protagonista es un inspector de policía, obsesionado por medrar en el cuerpo, que es destinado a Miranda del Campo, una localidad pequeña pero que, sin embargo, presenta el mayor índice de criminalidad del país. En especial, el mayor número de asesinatos no resueltos. Dispuesto a promocionarse con su resolución, el nuevo inspector reabre todos esos casos, pero sólo para acabar rindiéndose a la evidencia de que si aquellos asesinatos quedaron en su día en el cajón de asuntos sin resolver fue porque había algo en ellos algo disparatado, absurdo o incongruente que hacía imposible su esclarecimiento.
Morir es relativo supone el cuarto título lanzado, hasta el momento, por la joven editorial Cazador de Ratas, un sello que, dentro de su colección policiaca, busca revisar las claves del género para presentar a los lectores novelas diferentes bien por su humor, bien por recalar en terrenos hasta ahora no tocados por la novela negra.
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