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Eduardo Olaverri
Viernes, 26 de septiembre 2014, 06:44
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Juntar a dos de las piezas más importantes del mundo del cine y de la gran pantalla es complicado. La adaptación de un libro de Ricard C. Morais lo ha conseguido: reunir otra vez a Steven Spielberg y Oprah Winfrey bajo el mismo paraguas. Los dos se enamoraron del proyecto que les propuso la tercera pata de esta producción, Juliet Blake: llevar a la gran pantalla 'Un viaje de diez metros', una comedia que se estrena hoy donde la comida y la fusión gastronómica son los ejes. De esta manera, Spielberg y Winfrey volvían a trabajar juntos casi tres décadas después de rodar 'El color púrpura', también basada en una novela. «La comida es una gran herramienta igualadora. Pone a todos al mismo nivel y une a cualquiera de cualquier país», apunta el director.
Pero en esta ocasión, el registro del proyecto es muy diferente. Nada que ver con el drama sobre el maltrato y la esclavitud que el director planteó a mediados de los ochenta. Ahora, es un viaje de color, sabores y olores a través de dos cocinas tan diferentes como la de los grandes chefs y la india de base. 'Un viaje de diez metros' es el trayecto que hay que realizar para pasar, en un pequeño pueblo del sur de Francia, de un mundo a otro. La familia Kadam decide establecerse en Saint-Antoni-Noble-Val y montar un restaurante con los productos típicos de su país.
No pasaría nada si a solo diez metros no se encontrara Le Saul Pleureur, un restaurante de alta cocina con una estrella Michelin dirigido por madame Mallory, a quien da vida una de las grandes damas del cine británico de los últimos años: Helen Mirren . «Madame Mallory es un pez gordo en un estanque pequeño, en un país que se toma la cocina muy en serio. Es muy profesional, está muy comprometida y totalmente dedicada a su restaurante, pero se ha convertido en lo único en su vida. Ella es simple y profesional, comprometida con la comida francesa y su historia», explica la actriz, transformada en esta ocasión en una francesa orgullosa. Demasiado orgullosa a veces, «rozando el extremismo».
Mucho color
Unos sentimientos que también tiene Papa, el contrapunto de Mallory en la película. El patriarca de la familia Kadam -protagonizado por Om Puri- será el encargado de llenar su local con cardamoro, azafrán, cilantro, canela o chiles picantes. Olores y sabores intentos con los que tendrán que luchar Mallory. «Parece muy refinada y elitista, pero es más clásica en su actitud, mientras que Papa es más rústico. Pero eso no quiere decir que el rústico no tenga derecho a vivir», afirma Puri.
«Es una lucha que se convierte en una guerra abierta dentro de una sociedad civilizada, pero sigue siendo una guerra», añade Mirren , que se ha decantado, en sus últimos trabajos, por la comedia (las dos entregas de 'Red'), poner voces a películas animadas (tanto en 'GaHoole. La leyenda de los guardianes' como 'Monstruos University') y colaborar en diferentes proyectos televisivos ('Glee' o 'Phil Spector', con Al Pacino). Este derroche de color, tan típico en todas las películas realizadas por la industria de Bollywood, su forma de comer -algunos con las manos- y el roce continuo fue un reto.
«Las cocinas y los restaurante son lugares muy apasionados. Y las películas con comida deben ser viscerales y hermosas, provocar que el público salga y vaya a un restaurante francés o indio», añade la 'reina' Mirren . Para mostrar al mundo las dificultades diarias de dos restaurantes, los productores escogieron a Lasse Hallström, un director todoterreno, capaz de hacer películas románticas como 'Querido John', 'Casanova' o 'Un lugar donde refugiarse' a hacer pequeñas joyas como 'La pesca del salmón en Yemen' o '¿A quién ama Gilbert Grape?'. También se atrevió a entrar en una cocina, aunque en este caso en una pastelería en 'Chocolat', película melosa protagonizada por Juliette Binoche y Johnny Depp.
En esta ocasión, el realizador sueco estaba preocupado por sacar bien los platos que aparecían, por dar la sensación de realidad que tan bien realizan sus homólogos indios o chinos. «Mi mayor miedo era hacer un primer plano de un plato y que pareciera uno de esos anuncios de pasta con imágenes a cámara lenta, -asegura Hallström-. Pero creo que logramos que parezca suculenta cuando la enfocamos».
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